Pequejornadas en Arkania: Juegos y más juegos

Mientras los mayores escuchábamos a los ponentes de las Pequejornadas de Arkania, los peques se lo pasaban bomba en una aventura heroica medieval o convertidos en avispados detectives de monstruos, excepto Iván, que esta muy enmadrado y, últimamente, si no estoy yo a su ladito no va a ningún sitio. Peor para él porque su hermano descendió las escaleras emocionado con su partida, aunque en ese momento no soltó prenda. No fue hasta el día siguiente que lo cogí por banda y le freí a preguntas para esclarecer el misterio. Afortunadamente, le pillé con ganas de hablar.

Fuente: jugandoporellos.es

A él le asignaron una misión en la partida de Pequeños detectives de Monstruos, publicada por NoSoloRol. Tenían que encontrar a un revoltoso monstruito que estaba poniendo la casa patas arriba. Para ello tenían investigar en todas las dependencias y buscar pistas evitando ser mordidos. Tuvieron que revolver entre carteles con ropa dibujada hasta encontrar a los gamusinos. Él dice que encontró uno debajo de unos calcetines.

Estos simpáticos seres les dieron tres pistas que les ayudaron a resolver el misterio. Nuestro monstruo es verde, se parece a un dinosaurio y le encanta revolver la ropa: ¡es el monstruo de los calcetines! Lo buscamos en el libro, pero ahí todos son negros. "Es que el dibujo que nos enseñaron era verdeeeee". También les ayudó un gamusino construido con bolitas que se enganchan unas con otras y ojos, que al final los peques desmontaron quedándose con una bolita cada uno. Esta parte me la contó muy entusiasmado. Por supuesto, lograron atrapar al monstruo y lo apaciguaron contándole entre todos un cuento con ayuda del Story Cubes. Que partida más genial. Cómo se lo curraron.

Cuando acabaron las partidas de rol, los niños subieron al piso de arriba y hubo un descanso para preparar el sótano con las mesas y las sillas y jugar a los juegos de mesa. Mientras tanto, se sortearon varios premios muy chulos entre los niños asistentes. Mis chicos aprovecharon para pedirme unas patatas encarecidamente y señalarme solícitamente todo lo que querían que les comprara. "De todo lo de Star Wars puedes comprarme lo que quieras", me indicó el más pequeño poniéndome ojitos mientras el mayor babeaba ante su adorado zombicide.

Finalmente, nos dieron carta blanca para bajar y nos repartieron juegos al azar. Los había muy chulos. Me senté con María José,  mariajoserodriguezescritora.com, y Rafa, Jugando por ellos, y sus peques, que se llevan muy bien con los míos y comenzamos con White Stories, pero nos pareció muy complicado para los peques, así que enseguida cambiamos por Looney Quest, uno de los juegos preferidos de mi primogénito.

Lo estábamos pasando genial cuando nos avisaron que habían acabado de jugar con Dino Race y que podíamos cogerlo. Mi hijo pequeño se había empeñado que ese es el que quería y se había enfadado mucho cuando no le tocó, así que hablé con la familia que lo tenía y amablemente nos avisaron cuando terminaron. Majísimos. Lo pasaron genial en la carrera para no se les quemaran las colitas a los dinosaurios con la lava del volcán.

También nos partimos de risa con La Escalera Fantasma. ¡Vaya guirigay se montó! Casi desde el principio perdimos de vista quien era quien. Fue de lo más emocionante. También jugamos a Fantasma... Y allí nos hubiéramos quedado mucho más si no hubieran tenido que cerrar.

Viendo nuestro interés, Richard, que es un encanto de persona, nos informó que esa misma tarde hacían otra actividad para peques, Rafa y María José se tenían que ir a casa a cuidar de un gatito abandonado que habían recogido y yo decidí que mis hijos ya habían tenido suficiente juego sentados y que necesitaban parque más que respirar.

Antes de irnos compramos unos sobre de Heroclix Señor de los Anillos porque mis peques andan obsesionados con el mundo Tolkien y eso hay que alimentarlo. Es una bonita obsesión.