Paisajes surrealistas con animales

Llevaba tiempo queriendo hacer una actividad que le vi a La Jirafa en su blog. Consiste en humedecer sal gorda y así puedes hacer figuras con moldes. Miré en la despensa y vi muy poquita materia prima. Pero no me desanimé. Se me ocurrió que con esa sal, el colorante azul, el arroz de colores, un poco de orégano, los animales de plástico y mucha imaginación podrían crear un divertido habitat de juguete.

Les llamé y dispuse todos los materiales. Iván se prestó al juego enseguida y creó un habitat muy chulo con los materiales a su disposición para luego imaginar mil historias con los animales.

En cambio su hermano lo mezcló todo desde el minuto cero y se dedicó a guarrear con ahínco. Bueno, cada niño es diferente y me parece bien que se diviertan a su manera. Los dejé hacer, pero al rato se ve que a Daniel le dio envidia el escenario de su hermano porque vino a pedirme más sal para hacer el agua. Ni me quedaba sal ni colorante azul, pero salí del paso con sal fina y el color rojo como si fuera un pantano arcilloso. No era lo mismo, pero como el crío era feliz, para que complicarse más.

Estuvieron jugando una rato más. Cuando volví a aparecer por la cocina parecía que había habido un terremoto en el escenario de Iván y Daniel  había vuelto a mezclarlo todo tras jugar un rato con los animales.

Al verme entrar, decidieron que ya se habían cansado del juego y se ya se iban prestos a ocuparse de otros asuntos, cuando les paré los pies y les dije que ahí había que arrimar el hombro para ayudar a mamá. Les puse a limpiar animales de plástico a regañadientes, pero así van aprendiendo que después de las actividades no sólo tiene que recoger mamá.