sábado, 3 de septiembre de 2016

Punto de equilibrio y teoría de Arquímedes

Estos niños me dejan flipada con las cosas que me sueltan. No les gusta nada estudiar, pero jugando absorben como esponjas.

Hace poco estábamos en el parque infantil para que se desfog... Estooo, jugaran a gusto sin hacer temblar los cimientos de mi casa. Los dos estaban pegando brincos en un columpio que se parece mucho a un balancín, pero al revés. Como me explico como un libro cerrado lo mejor es ilustrar el columpio en cuestión con una foto. Ahí estaban dándolo todo cuando el mayor se giró hacia a mí para pedirme que les diere más impulso. Yo que me las prometía tan felices sola con mi pensamiento, volví a la realidad y sacudí vigorosamente desde un lado para incrementar los botes. Los peques trepaban arriba y abajo como monos. De repente se me ocurrió comentar que justo en ese momento me costaba más esfuerzo mover el columpio que antes y mi primogénito se volvió para darme una explicación muy ufano: "A ver mamá, ¿no ves que éste es el punto de equilibrio?", soltó señalando al centro del balancín, "Cuanto más nos acerquemos a este punto más esfuerzo tendrás que hacer y cuando más nos alejemos menos esfuerzo. ¡Es evidente!". Pues sería evidente, pero a mí me dejó loca que me soltara eso en pleno declive veraniego. Se ve que lo que le enseñan en el cole, y le interesa y motiva, le cala hondo y no se le olvida durante los meses estivales.

Esta anécdota me hizo recordar que últimamente Iván busca el punto de equilibro del tenedor o la cuchara en el plato de comida siempre que nos sentamos a la mesa. Me encantan que les guste tanto experimentar por su cuenta. Lo va moviendo moviendo, hasta que se queda en suspenso sin apoyarse ni de un lado ni de otro, sólo del centro apoyado en un borde del plato. Se echa a reír y nos reclama nuestra atención entre gritos de triunfo.

Y precisamente fue Iván el que me dio la segunda sorpresa del día durante la hora del baño. Me llamó muy entusiasmado y me dijo: "Mira lo que he descubierto mami. Si ponemos este cacharro dentro del cubo ¡el agua sube!" "¡Eureka!" grité yo. Mis benjamín me miraba sin entender nada. "Es lo que dijo Arquímedes cuando descubrió lo mismo que tú", le aclaré. "¿Y por qué pasa eso?" me preguntó curioso. "Por el agua se tiene que apartar para hacer sitio al cacharro. Ese hueco que ocupaba ahora lo ocupa el cacharro y se tiene que poner en otro sitio. Un poco más arriba. Lo mismo sucede con tu cuerpo. Cuando te metes en la bañera sube el agua". Más feliz que una perdiz se puso a menearse para formar olas. Le paré de inmediato antes de que el principio de Arquímedes me supusiera una inundación en mi baño. "Eso no vale", le dije justo antes de sacarlo de la bañera ignorando sus protestas.

Es increíble como van llegando a conclusiones cada vez más complicadas por ellos mismos. Qué rápido crecen...

4 comentarios:

  1. ¿Ya le están enseñando el punto de equilibrio? Creo recordar que eso lo aprendí mucho más mayor. Hay que ver lo que saben los niños de hoy en día... Un besote!!!

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    1. Buuuf. Yo tengo memoria de pez. No recuerdo cuando ni como estudié eso Ainsss. Ni lo apliqué nunca a los columpios ni al baño. Me han salido repelentes niños vicentes uuuy Dentro de poco me darán mil vueltas XS

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  2. Un balancín similar lo descubrimos ayer, es super chulo pero vaya que como tú yo dándoles brincos y anda que no pesa. Ese era más alto teníamos que subirlos, y era de madera. Mucho agotamiento pero es una experiencia preciosa

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    1. Se lo pasan genial dando brincos. Y se supone que nosotras, las mamis, no tendríamos que participar con nuestro esfuerzo jajaja
      Pero ya sabes que ellos te meten en el juego en cuanto pueden <3

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Me encanta saber lo que piensas.