miércoles, 16 de noviembre de 2011

Ahora ya sin pañal de verdad

Las profes han hablado seriamente conmigo y me han anunciado que ya ha llegado el momento de la verdad. Hay que empezar a quitarle el pañal durante el día al peque. Ese mismo fin de semana nos lanzamos a la aventura sin pensárnoslo dos veces. A la calle lo sacamos con el pañal y para dormir tampoco se lo quitamos así que tampoco estuvo mucho tiempo con los calzoncillos, pero aun así le dió tiempo a mojar unos cuantos. Fracaso total.
Ese lunes llevé a la clase una bolsa enorme llena de ropa de repuesto. Por si acaso. Las profesoras sonrieron ampliamente cuando me vieron entrar. Durante el camino de ida le había preguntado a Daniel si quería hacer pis tres veces, las tres me dijo que sí  con lo que le bajé los pantalones y le arrimé a un arbol muy decidida. El niño se lo estaba pasando bomba, pero de pis nada de nada. Estoy segura de que me estaba tomando el pelo el muy sinverguenza.

Me fui a casa muy intranquila, pensando en mi pequeñín. No podía esperar para ir a recogerle y que me contaran la experiencia. Por fin abrieron las puertas de la guadería y me precipité dentro empujando el carrito de Iván.

"¿Qué tal? ¿qué tal?" Inquirí ansiosa. "Fenomenal" me contestaron "Mírale, va con la misma ropa que trajo. Pide ir al baño, se sienta el el orinal sin problemas..." Yo las escuchaba alucinada. ¿Es el mismo niño? ¿Están hablando de mi hijo? ¿El que ni pidió ir hacer ni una sola vez y lloraba a voz en grito si le sugería una visita al baño? Pues sí hablaban del mismo que se hizo pis durante el camino a casa, y luego también en casa, que no pidió el pis en ningún momento y que lloraba cuando se lo nombrabas. No logro entender por qué en la guardería sí y en casa no.

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