miércoles, 16 de septiembre de 2015

La Ermita de San Olav, un lugar lleno de magia vikinga

Tenía muchas ganas de visitar la Ermita de San Olav, pero, a pesar de estar tan cerca de Covarrubias, no encontrábamos el momento. Por fin llegó un día en el que nos cuadró la visita y Raúl condujo hasta casi la puerta de la misma, situada en el valle de los Lobos, una paraje que parece sacado de un libro de criaturas mitológicas.

Nos acercamos a la estructura para admirarla de cerca y leímos en los horarios que sólo habrían los sábados por la tarde y domingos por la mañana. Que pena. Aunque sólo verla cerrada ya valía la pena. Les habíamos contado a los chiquillos que la habían construido en honor de un rey santo vikingo y que habían elegido el acero como símbolo de la armadura del homenajeado. Los peques se lo pasaron genial buscando armas en las paredes. Entre las cruces, logramos vislumbrar una espada y un hacha.

También nos acercamos a la torre. No se podía subir, como era de esperar, pero ya sólo verla desde su base era impresionante.

Desde allí iniciamos una ruta preciosa. Nada más empezar el paisaje empezó a parecerse a un bosque encantado. Casi podías ver a los mágicos seres que se nos antojó que lo poblaban. En nuestros paseo descubrimos trolls convertidos en piedra, la espina dorsal de un dragón, espíritus arbóreos, incluso un monstruo que, sin mala intención casi mata del susto al pobre Iván. El caso es que el chiquillo no paraba de exclamar: "Y cuando sale el monstruo, y cuando sale el monstruo", así que decidí darle el gusto y aparecía a sus espaldas dando un gran rugido. El chiquillo se quedó blando. Le abracé antes de que comenzara a llorar desconsoladamente y me disculpé con mil besos y achuchones. Al final me perdonó sólo si hacía de monstruo, pero... "siempre por delante, eh mamiiiiii".

Daniel, por su parte, no tenía el día. No paraba de quejarse de que estaba cansado, cuando apenas hacía una par de horas que se había levantado de la cama y chillaba todo lo alto que podía que no quería dar ni un paso más. Me tocó arrastrarlo medio camino. Al principio intentaba animarlo con planes para cazar a los trolls del bosque, pero he de admitir que acabó con mi paciencia. Y cuando ya logró enfadarme de verdad. Se animó, e incluso se puso a trotar cual cervatillo. Tras un buen rato de mascar mi monumental enfado, mientras el padre y los chiquillos reían felices, tuve que tragármelo por el bien de la excursión familiar.

Al final nos volvimos a casa sin ver el interior de la capilla, sin haber cazado ningún troll, pero con muchas aventuras y batallas imaginarias a nuestras espaldas.






7 comentarios:

  1. Qué lugar tan interesante!!! Nunca había oído hablar de él.

    Tus niños tienen una energía incombustible. No me extraña que tengas que armarte de paciencia. Jajajaja. Besotes!!!

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    1. Buuuuf! No te imaginas. Te tocan las narices hasta que estallas y luego te dicen que quieren que estés contenta jajaja Vaya elementos!

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  2. ¡Menuda excursión! La casita de metal es para "un volveremos", si ya impresiona desde fuera, no quiero imaginármela por dentro.

    La penúltima foto es impresionante, ya la vi en facebook y en twitter y me sigue pareciendo bellísima.

    ¡Un muackiles para la reina de los enfados de caramelo, que se le van con el tiempo! Jajajaa...

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    1. Sí que hay que volver ¡para verla por dentro! Se me ha quedado una curiosidad enormes jajaja
      La verdad que el paraje es precioso, de cuento de hadas, por eso esa foto que comentas salió tan mágica :D

      Y en cuanto al enfado... Llegó un momento en el que Daniel parecía el troll y otro en el que lo parecía yo jajaja

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  3. Halaaa, no lo había oído nunca pero es realmente impresionante. Que sitio tan chulo.
    Besos familia

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    1. Sí que e simpresionante y además tiene una leyenda muy curiosa detrás de una princesa noruega que se casó con un hermano de Alfonso X el Sabio y que acabó muriendo de pena... O de calor, según la versión del que te lo cuenta. El caso es que hizo prometer a su marido que haría una ermita dedicada al santo rey vikingo Olav. El INfante le dijo que sí, que sí, pero nada de nada. Hasta que en el Siglo XXI la hicieron por fin :D

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  4. Halaaa, no lo había oído nunca pero es realmente impresionante. Que sitio tan chulo.
    Besos familia

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