sábado, 21 de mayo de 2011

Dependencia al chupete


Cómo fui muy permisiva cuando estuvo malito, Daniel se ha enganchado al chupete. Y ahora no solo para la hora de dormir. Quiere llevar el dichoso trozo gomoso todo el día. Dicen que a estas edades ya pueden haber problemas de deformaciones en la boca y problemas en el habla. Este enano no habla porque no le da la gana. Es un vaguete, pero quiero evitar posibles interferencias en el aprendizaje del pequeñajo. Así que me tengo que poner dura, aunque es muy difícil.

Cuando Daniel no está entretenido con algo se acuerda de repente y lo pide a gritos "¡¡Peteeeeee!!" o "¡¡Teteeeeee!!". Según le da. Se retuerce y llora hasta conseguir su objetivo. Y entonces lo chupetea con fruicción. Ultimamente lo pide hasta cuando pareceque está entretenido con alguna cosa. Está tan tranquilo y al segundo siguiente clama por su "pete".

Ahora le digo y le repito que le chupete es sólo para dormir y que si lo quiere se tiene que acostar en su camita y cerrar los ojos, pero no cuela. Sigue desgañitándose por el pedazo de goma. ¡Qué tendrán! A lo mejor son más antiestres que las famosas vaquitas suaves.

Vamos a tener que tomar medidas drásticas.

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