Con el trabajo que me da Daniel no me da tiempo a mimarme ni a hacer seguimiento de mi embarazo. De hecho, el barrigón me estorba en ocasiones para agacharme a recoger juguetes, para coger en brazos al niño, para corrrer detrás de él, pero la mayoría del tiempo incluso me olvido que está ahí. Lo acaricio con cariño tooodas las mañanas en el trabajo y todas las noches al irme a dormir, pero en cuanto Daniel hace acto de presencia queda relegado a segundo plano.
Por eso me chocó tanto verme tan embarazada. Dentro de nada tendremos otro pequeño haciendo de las suyas por aquí y a mí no me ha dado tiempo a hacerme la idea. Ni siquiera le hemos comprado la cuna todavía. La de Daniel era de mi cuñada, que ha tenido un bebé hace unos tres meses, así que se la hemos devuelto.
Qué diferencia entre el primer embarazo y el segundo. Con Daniel cualquier cosita me preocupaba. Me preguntaba "¿Será esto normal?". Con el hermanito ni me entero de que me crece la barriga. El nombre de mi primogénito le tenía incluso antes de saber si era niño o niña. Con el segundo aún no hemos podido volver a repensar cómo se llamará (Conan no, seguro).
Tengo muchísimas ganas de que nazca y de que conozca en directo a Daniel. Van a ser la bomba juntos.
La foto es de Carlos Martínez (http://www.cmtz.es/).
CUIDATE!!! un abrazo
ResponderEliminarSin el chiquillo aquí me tomo las cosas con muuucha tranquilidad. Después vamos del pueblo de mi marido al mio, así que estaré mimada por mi suegra y mi madre. Me espera una temporadita de relax jeje
ResponderEliminarMuchas gracias