Mi marido ha tenido una idea genial. Me ha comentado que le haría ilusión montar una fiesta para niños en el patio de la casa de su abuela. Sin ningún motivo aparente que celebrar más que el comienzo de nuestras vacaciones. Enseguida ha comenzado ha hablarme de pruebas para los peques, de globos y de una barbacoa de salchichas y alitas de pollo propia de pequeños paladares.
Me ha contagiado su ilusión y enseguida me hice con los premios para los participantes: pistolas de agua para todos y un sonajero para la única bebé que asistiría. Al final invitamos a unos primos de Daniel y a un amigo de Raúl y su hija.
Poco antes de que llegarán los invitados empezó a diluviar. Nos temimos lo peor, decidimos dejar lo del patio para otro día y divertirnos en el interior, pero nuestros pequeños invitados entraron como un torbellino en el patio sin darnos opción a explicarles que la hierba estaba mojada. Enseguida estallaron todos los globos con ayuda activa de Daniel, que lejos de asustarse se lo pasó bomba sentándose encima, mordiéndolos y apretándolos hasta que hacían "¡pum!".
Raúl comenzó los juegos como un perfecto maestro de ceremonias. Los chiquillos estaban emocionados. Hicieron carreras, búsqueda del tesoro, imitación de animales, cantaron, jugaron al corro de la patata (un gran éxito entre los más pequeños), al juego de los colores con un antiguo tablero de Enredos... Todo entre risas, gritos y algún pequeño enfado sin importancia. Había que ver a los chiquillos con la nariz pegada al color rojo. Me partía de la risa.
El momento de los premios fue genial. Todos se removían inquietos en su sitio deseando recibir su paquete. Daniel incluso intento trepar hasta mis manos para conseguir uno, pero conseguimos frenarle y que se sentara junto al resto. Les encanto la pistola. Todos clamaban por agua para empezar la batalla. Menos mal que logramos hacerles entender que ya era muy tarde para mojarse. Prometimos que si volvían mañana les llenaríamos la piscinita para que jugaran.
Ahora tenían que jugar con juguetes de secano mientras Raúl preparaba el fuego de la barbacoa. Cenamos estupendamente aunque los peques no dejaron de hacer de las suyas en todo momento.
andaaaaaaaaaa hasta yo hubiera jugado !!! menudo fiestón !!! MIra ves , así voy cogiendo ideas para el cumple de Jaume. YA tengo que ir pensando que no quiero agobiarme la ultima semana. Jejejjeeje UNa fiesta genial !!! yo también quiero un patio asiiiiiii sniff...
ResponderEliminarJoooo que chuli
ResponderEliminarque apañao tu marido organizando, el mio es director de orquesta y tu valiente con la barriga!!!! un beso
En el primer cumple de Daniel hicimos una ginkana para los niños, con notas en las que se leían pistas y cin un mapa de toda la casa. Por ejemplo, poníamos la siguiente pista la encontrarás en la habitación con forma de ele, o en el lugar donde duerme el bebé, o en donde se alimentan las fieras (tenemos dos gatos). En cada nota además explicaba una prueba (encestar balones, hacer un puzle para ver la siguiente pista,consultar con el mago de la ducha (que, por supuesto, era Raúl disfrazado), etc, etc. Daniel se limitaba a seguir a sus primos mayores y a participar en las pruebas más sencillas, pero aún así se divirtió mucho. Espero que te haya dado alguna idea más. El patio es el de la casa del pueblo de mi suegra y la verdad es que es genial para los niños. Daniel lo disfruta muchísimo.
ResponderEliminarMi marido para estas cosas tiene mucha imaginación. Eso es maraviloso para Daniel. Hay que ver las construcciones que le hace con el Lego: Un supercamión, un circuito para los coches, una casa estupenda... A mi sólo me salen figuras de arte abstracto, pero mi niño me lo agradece igual. Es mas bueno...
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