"Daniel no te metas las piezas de Lego en la boca" El chiquillo sonrío travieso y volvió a hacer exactamento lo que le había dicho su padre que no hiciera. Llevaba toda la tarde de un rebelde subido.
"Daniel, papá te ha dicho que no te metas las piezas del lego en la boca" le riñó su madre mientras le arrebataba la pieza de Lego con brusquedad. El niño, lejos de amilanarse, cogió una pieza inmantada de la nevera y sin quitarle los ojos de encima a su madre ni perder la sonrisa procedió a metérsela en la boca. Eso fue la gota que colmó el vaso. La mamá agarró a su hijo y lo sentó en un sillón de mala manera.
"¡Se acabó!" gritó. "Estás castigado. Ahora a pensar", pero el Daniel no estaba dispuesto a estarse quieto mucho tiempo. "¡Qué te he dicho que te sientes a pensar!" Chilló su madre. "No. A jugá" contestó el pequeñín. "Mamá se está enfadando" rugió su progenitora. El niño comenzó a berrear "Buaaaaa, jugá, quiero jugá". "A pensar, que te estés quieto, estás castigado" Bramada a su vez la mamá.
"Ya está, se acabó. Te has portado taaaaan extremadamente mal que voy a tirar los pitus (chupetes) por la ventana" Su madre le soltó y fue al lugar donde guardaba los chupetes. Los escondió detrás de unos zapatos y volvió a salir de la habitación con el ceño fruncido. Casi se tropieza con su retoño, que ya no sonreía, sino que lloraba desconsoladamente "Pitu, pituuuuuu" gemía entre lagrimones e hipidos.
La mamá vaciló con la fibra sensible muy tocada. "Daniel, es que te has portado fatal, y si te digo que no te metas cosas en la boca es para que no te hagas una pupa gorda. Si te tragas una pieza te tenemos que llevar al hospital." Intentó razonar. "Pitu, pituuuuuu" insistió el pequeño con voz lastimera. "Es que te los he tirado por la ventana, no tengo, no te puedo dar" Regla número uno de la buena mamá educadora, si le dices a tu hijo que vas a hacer algo tienes que cumplirlo, si no lo haces tú hijo no te obedecerá pensando que esta vez tampoco vas a cumplir tu palabra.
Los gritos de Daniel subieron de volumen "Pitu, pituuuuuuu". La madre seguía erre que erre que los había tirado por la ventana y el niño erre que erre con el "Pitu, pituuuu", así se pasaron toda la cena, en la que el pequeñajo malcomió su pollo ante la promesa de un rico postre. Eso sí, el postre se lo zampó sin problemas. Luego le pidió a sus padres que le soltaran de la trona para jugar.
Normalmente la rutina diario requiere que el niño vaya de la trona al baño y del baño a la cama, pero la mami ya se había ablandado totalmente y sufría pensando en lo mal que lo estaba pasando su hijito sin el maldito pitu. El padre, en cambio, se las prometía muy felices con el incidente "A ver si con esto le quitamos el chupete de una vez, que ya es muy mayor". Finalmente dejaron que el pequeñajo jugara un ratito con los juguetes mientras los papis acaban de cenar. Daniel no se lo pensó dos veces corrió a por su camión de bomberos.
Durante un rato no se le oyó llorar ni quejarse. Menos mal porque la madre estaba ya a punto de unirse a su hijo en un dúo lacrimógeno. Eso sí, sin admitir que no había tirado los chupetes por la ventana. Después de un rato, el pequeñín interrumpió la conversación de los adultos con un triunfal "¡Pituuuuuuuuuuuuu!" No se lo podían creer. El enano había encontrado un chupete vete a saber dónde y lo exhibía en su boca con una enorme sonrisa.
jajaja, te imagino a punto de rendirte y dándole el pituuuuu....yo soy de fácil convencimiento, se lo hubiera dado,jejejeje
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog!!
Te sigo!
¡Al final, se salió con la suya! jajajaja
ResponderEliminarjajajajajaja !!!!
ResponderEliminarpero cómo encontró un chupete ???? cómo ????
mira q son listos estos pitufillos eh? :)
ha de ser tan difícil intentar q entienda algo y q luego haga lo contrario...
besos, lo estás haciendo genial
jajajaja que bueno si son mas lsitos que nosotras!!!
ResponderEliminarjajajaja pero este Daniel, tendría un pitu de repuesto escondido dentro del camión...
ResponderEliminarJeza Bel, me encanta tu blog. No sólo los post sino que el diseño me parece de lo más acertado. Gracias por pasarte por aquí. La verdad es que me arrepentí de mis palabras en cuanto lo dije, pero ya no te puedes echar atrás y hay que apechugar. Pero lo pasé fatal oyendo llorar a mi niño.
ResponderEliminarSesi, sí que se salió con la suya. Ya decía yo que me desaparecían los chupetes. Seguro que los tiene escondidos por toda la casa.
Sofía, lo malo de Daniel es que entiende lo que le dices y hace lo contrario con toda su mala uva. Supongo que para llamar la atención.
Marta, desde luego a mí hay veces que me puede.
Aurelia, no descartamos ninguna posibilidad jaja el próximo post: Pitus de contrabando (estoy segura de que mi madre los está introduciendo a escondidas)
:O :O me ha dejado perplejo!!!
ResponderEliminarOh!!! Estos niños se la saben todas, y siempre ganan!!!
ResponderEliminarComprendo lo del duo lacrimoso.... bastante que me ha tocado :(
Es que es muy difícil reñir a tus hijos sin sentirte como la mala de la película :(
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