sábado, 22 de marzo de 2014

De repente el peque dice que no come... ¡Y no come!

Estamos con una crisis interna que nos trae de cabeza. El más pequeño de la familia ha decidido no comer ni cenar. Eso sí, ponerse hasta las trancas de chuches y biberones sí que entra en sus planes.

La cuestión no me preocupaba mucho porque, teniendo en cuenta que siempre ha comido bastante bien, no se le ve muy desnutrido. Así que me dije: "¡Cuando tenga hambre ya comerá!". Pero, a la vez, lo hinchaba a biberones porque una no puede dejar de ser madre ni un segundo y algo de alimento tenía que meter en esa pancita testaruda.

El caso es que, su padre, que siempre ha tenido los pies sobre la tierra, y es el encargado de dar paz y sosiego a mi alma cuando llevo los "síntomas" de los peques a la exageración... ¡empieza a estar preocupado! Hasta hablaba de llevarle al médico y ha soltado palabras como "anemia" o "carencias".

Ya me estaba dejando llevar por la angustia, cuando recordé el chorizo, las galletas y el batido de chocolate que se había zampado el peque esa misma tarde. ¡Este niño tiene cuento primaveral!

Después de varias confrontaciones madre-padre sobre como llevar el tema, por fin hemos llegado a un semi acuerdo. Ni le vamos a atar a la trona hasta que embuche todo por temor a que se debilite su salud, como pretendía el padre, ni le vamos a tener a dieta de nutritivos biberones, como dictaba mi moral materna. Nos hemos quedado en un: intentar no hacerle mucho caso, tenerle en la trona el tiempo que nosotros tardamos en cenar y seguir con la rutina de ir a la cama tanto si ha comido como si no. Dándole sólo el biberón correspondiente a la noche.

Oírle berrear mientras se contorsiona en la trona es una tortura, pero al menos hemos conseguido tener alguna comida y cena normal en las que ha engullido, incluso con gusto. Una noche, al ataque de rabieta fue tan grande que se nos quedó torrado abrazado a su almohadita (que le había facilitado su mami, en un despiste paterno). Y así andamos, que si un pasito para adelante y otros dos para atrás.

Parece que el buen tiempo le ha cerrado el estómago y pretende comer sólo por el gusto de comer. Es decir, sólo y únicamente lo que le deleita, como el chocolate, las galletas, las chuches, el chorizo... Pero con el frente paterno ha chocado. Permaneceremos fuertes en nuestras posiciones hasta que vuelva a normalizar su alimentación... O al menos, permanecerá el padre, que tiene más voluntad que la madre.

8 comentarios:

  1. jajajaja.
    q le mola el chorizo al peque, eh? jejejeje.

    No está desnutrido, y es cierto que la primavera y el cambio estacional logra en muchas personas (mayores y peques) estos cambios (no siempre buenos).

    Dadle tiempo, mientras más importancia le deis peor (es muuuuuy complicado de hacer).

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    1. Estoy contigo. Seguro que esto forma parte del intrincado misterio del crecimiento de los niños ;)

      Pero mi marido piensa diferente y tenemos que respetar ambas opiniones. A veces usamos mi método y otras el suyo. Pero estamos tranquilos, porque, como bien dices... ¡no se le ve nada desnutrido! :)

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  2. ajajaj cuento primaveral esa es buena! No sé, supongo que si nosotros nos cansamos a veces de las cosas , ellos también. Paciencia y calma! besoss

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    1. Pero en mi casa es raro que se repitan platos. Solemos innovar bastante. Aún así, la pasta con tomate, las tortillas y el pollo empanado no lo podemos evitar. Además, lo hacemos por ello. Si fuera por nosotros... ¡todo con cebollita, ajo, salsas deliciosas, condimentos a millones...! Jajaja

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  3. Me huele a chantaje, la cosa. Mira a ver si se le va pasando y si no, consultadlo con el pediatra. Un besote!!!

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    1. A mí también. A mí me apesta a chantaje emocional. Pero soy muy blanda y no puedo verle llorar mucho tiempo sin dejar caer una caricia al menos :S

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  4. Que duro cuando tocan la comida, yo no puedo dejarle un dia sin comer,pero claro si se trata de chantaje no hay que ceder, yo es que soy muy blanda!!!

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    1. Yo también soy muy blanda, peeeero, cuando sient que me toman el pelo así me sublevo. Los dos sabemos que no se va a morir de hambre. Si realmente quiere comer acaba con algo entre los dientes ;)

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