viernes, 21 de marzo de 2014

El libro de los experimentos

El año pasado Daniel se enamoró de una libro que explicaba recetas de cocina para hacer con niños y estuvimos con las manos en la masa semana tras semana. Parece ser que este año toca otro de experimentos. Cuando lo vio en la biblioteca Municipal se le encendieron los ojitos. Ya en casa lo ha ojeado mil veces para elegir entre uno y otro experimentos. Algunos son tan complicados que ni me planteo llevarlos a cabo, pero otros parece que puede entenderlos sin mucho problema.

Lo cogimos este sábado y ya hemos hecho un experimento sobre al velocidad a la que cae la lava por la falda del volcán, hemos fabricado una nube, un choque de continentes con plastilina, hemos observado las esporas de un champiñón, hemos fabricado un pedo y estamos quitándole el calcio a unos huesos de pollos... esto no es más que el principio.

Primero, fabricamos la nube. Pusimos agua caliente en un bol, agregamos sal, mezclamos, echamos una cerilla dentro, tapamos con papel plata y deslizamos cubitos de hielo por la superficie. La nube que salió era vapor y el peque no lo vio bien, así que no se quedó muy satisfecho con el proceso, que quería demostrar como se evaporaba poco a poco el agua del mar, se condensaba en el papel plata y su chupábamos esas gotas descubríamos que no eran saladas. De repente, se le ocurrió otro experimento a él solito. Teníamos que calentar más el agua y meter los cubitos de hielo dentro para ver como se derretían. Para hacerlo más emocionante, me pidió que encendiera una cerilla y la pusiera sobre el cubito de hielo. Parecía todo un científico observando los cambios de estado del agua.

Para simular la lava del siguiente experimento, usamos miel. Me vino genial para trabajar la fuerza de los dedos de Daniel. Tiene muy poca fuerza y se le caen las cosas con mucha facilidad. Hacer presión para que caiga la miel fue un ejercicio muy bueno. Pusimos la miel en tres vasitos que el peque numeró con tiza. El número dos y el número tres los calentamos en el microondas. En el número tres pusimos trocitos machacados de galleta simulando las piedras. Colocamos en una fuente tres galletas sobre un batido de chocolate tumbado, de tal manera que formaran tres pendientes. Y echamos el contenido de los vasos, por orden, en cada una de las tres galletas. El peque observó que la número dos era la más rápida. A la número tres la frenaban las piedras y la número uno iba muy lenta porque estaba fría y su consistencia era menos líquida. Las galletas me las comí yo para merendar porque a Daniel no le gusta la miel, y el batido se lo zampó Iván en un bibe, porque el envase pringoso era irrecuperable

Para el choque entre continentes fabricamos un muro de contención con los legos, hicimos dos bloques con capas de plastilina de varios colores y los hicimos chocar empujando con dos piezas de Lego, hasta formar una montaña. El pedo de hace mezclando una cucharada de harina, una y media de azúcar glas, un cuarto de levadura fresca y agua hasta conseguir una pasta un tanto líquida. La metemos en un globo con un embudo. Tapamos la abertura con un tapón, atamos con elásticos o cuerda. Lo metemos en el micro unos segundo observando que se infle, pero que no explote. Lo sacamos. Quitamos el tapón y... Prrrrrtz. éste le encantó al peque. No sé por qué.

Ahora mismo, estamos en mitad de un tercer experimento que dura ocho días. Hemos metido huesos de pollo, que hemos limpiado, dentro de un botella con vinagre de manzana (tenía que haber sido blanco, pero no tenía). Supuestamente, el vinagre hará desaparecer el calcio de los huesos y los volverá blanditos.

Detrás del cómo se hace experimento, el libro trae la explicación científica con dibujos, diagramas, esquemas... ¡Una chulada! Nos hemos leído las explicaciones de los que hemos hecho y, al menos, el peque ha prestado atención. Aunque no sé lo que habrá entendido.

Mañana cogeremos piedrecitas en el parque para hacer más experimentos. El peque está entusiasmado.

No se puede decir lo mismo de Iván, aunque lo comprendo, porque lo veo demasiado pequeño. Para que participara de la emoción científica les puse a hacer moléculas inventadas con palos de brocheta y plastilina. Les encantó la iniciativa. Aunque pronto la derivaron por otros derroteros más lúdicos. Lo importante es que se lo pasen bien.

4 comentarios:

  1. De pequeña me encantaban los experimentos, aunque nunca me dio por buscarles la explicación científica. Para mí era magia y ya. Jajaja. Besotes!!!

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    1. Yo creo que Daniel también pasa de la explicación jajaja

      Para mí sigue siendo magia no creas ;)

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  2. Un pedo??? jajajja me parto........esto lo tengo que hacer yo a la bichito le va a encantar

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    1. Creo que es el experimento que más le ha gustado por ahora jajaja

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Me encanta saber lo que piensas.