lunes, 28 de septiembre de 2015

El Museo de la Naturaleza

No recuerdo dónde lo vi pero se me debió quedar clavado en la retina porque en cuanto llegué a la casa de campo de mi abuela en Elda me fijé en los pinos que estaban más próximos y corrí a por la cinta de embalar transparente. Entre los troncos crucé varias tiras pegajosas y luego fui a buscar a los niños.

"¡Vamos a hacer un museo de la naturaleza!" les expliqué contagiándoles mi emoción. Los chiquillos se prestaron enseguida a convertirse en exploradores y buscar piezas de colección por todo el jardín. Lo recorrimos entero cargados con cubos para transportar nuestros descubrimientos hasta el lugar donde había pegado las cintas de embalar. Hojas, piñas, flores, palos, pinocha... Hasta un montón de conchas de caracol que encontramos en nuestro camino.

Tras la exploración y recogida, llegó el momento de pegar la colección en las "paredes del museo". Les encantó buscarle sitio a todo, mientras mamá reforzaba con más cinta de embalar para que nada acabara en el suelo. Les hizo muchísima ilusión tener su propio museo. Tanto que no hicieron un visita guiada, primero Daniel, que nos contó el montón de "fósiles" y plantas "prehistóricas" con las que contaba el museo. Y después Iván, que se centró casi exclusivamente en las plantas pinchosas.

Fue tan divertido que, cada vez que salíamos a dar una vuelta y se encontraban con algo interesante lo guardaban para el Museo.

Cuando nos fuimos de Elda, todavía se guardaban las cosas interesantes que veían para el Museo, pero luego se acordaban de que mamá lo había tenido que quitar cuando se acabaron las vacaciones en el pueblo y lo tiraban con tristeza. Así que decidí que era el momento perfecto para desempolvar el libro de la naturaleza de Daniel y comenzar el de Iván.

Metí dos cubos y los cuadernos en la mochila y les invité a ir al parque a por material que aplastar entre sus páginas. Los dos fueron encantados. A recolectar me ayudaron con mucho gusto, peeero, cuando nos sentamos en el banco corrieron hacia los columpios y sólo miraron hacia atrás para pedirme que pegara yo las plantitas. ¡Que listos!

De vez en cuando, se acercaban para decirme si les gustaba así o mejor de otra manera. Ahora las libretas descansan bajos dos enormes ejemplares de arte con el fin de que se prensen y sequen bien las plantas, antes de volver a hacer otra excursión botánica.

8 comentarios:

  1. Jaja, Claro que sí, Dácil , ¡Hay que conservar y tener mucha ilusión! para todo en esta vida, porque es positivo y aporta mucho más que ser mustio y negativo en desde luego es contagioso. Pero ellos te han cogido "el tranquillo" jajaja, ¡Habiendo columpios! El trabajo duro te toca..jaja. ¡A ver si pegas las muestras bien ,que igual tienes reclamaciones!

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    1. Síiiiii. A mí siempre me toca el trabajo duro, pero es que encima me gusta jajaja No puedo entender cómo no disfrutan haciendo composiciones de hojitas y flores en las páginas blancas. Casi me abstraigo tanto que se me olvida vigilarles. Menos mal que no se dieron cuenta y aprovecharon para esconderse y darme un buen susto como ya han hecho otras veces Glups

      Lo mejor de todo es que nunca tengo reclamaciones. Son de buen conformar. Como mucho un comentario, consejo, sugerencia, opinión... ;)

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  2. Hola. menuda suerte tener vuestro propio museo con elementos de la naturaleza... es toda una experiencia. Me gusta la idea del libro de la naturaleza de Daniel y ahora empezar con el de Iván. Seguimos en contacto

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    1. Sí que fue una gran experiencia. Sobre todo cuando se convertían en guías de Museo y se inventaban las historias y características de cada pieza de la colección. Me partía con ellos :D

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  3. Qué bonito!!! No recuerdo haber tenido yo un cuadernito de estos. Un besote!!!

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    1. A mí me encantaba coger flores del jardín de mi abuela, ponerles entre folios y meterlas bajo librotes gordos para que se secaran. Y mi pobre abuela llevaba con resignación que le deforestara el jardín cada verano jajaja

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  4. Qué divertido lo de la cinta!! Me ha encantado la idea, está genial!! Lo del cuaderno está también muy bien. En casa hicimos uno hace años. Intenté que cogieran especies conocidas(la botaníca no es lo mio) y al lado de cada panta u hoja pusimos un poco de información. Nosotros antes de pegar las hierbas en el cuaderno las prensamos con papel de periodico. Jeje ya te imagino con los niños en los columpios y tu con as plantilas...Besos

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    1. Yo soy bastante nula para la botánica, así que en eso de identificar lo que cogen he tirado la toalla. No pierdo la esperanza en que algún día conozca algún botánico majo que nos saque de dudas jajaja
      Que buena idea lo del papel de periódico. Tomo nota :D
      Y sí, mis chicos tienen bastante morro jajaja

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