A este niño se le resiste el lenguaje. Y creo que es por que me ha salido un poco vago. Yo le hablo y le hablo intentando articular bien y él me reponde con "uuuh", "aaaaah", "¡Pa!". Y eso las veces que me responde. Muchas veces no me hace ni caso. No sé si será verdad lo que dicen algunos acerca de que no le hace falta hablar porque yo le doy enseguida lo que necesita o si es el resultado de que todos en su clase sean más pequeños que él, con lo que su avance es más lento.
Los otros niños de su edad ya articulan muchas palabras y, lo que es mejor, sabiendo lo que dicen. Yo no quiero que me suelte una parrafada, pero me vendría muy bien que me pidiera "agua", "chicha" o "bibe". O que me dijera si tiene "pupa". Sería una gran ayuda para descifrar algunas de sus perretas.
Seguro que un día se soltará y entonces desearé que se calle un poquito.
Una amiga de la oficina me contó una salida de su hijo con el lenguaje que me chocó mucho. Hay que tener en cuenta que su hijo tiene tres años. El doble que el mío. Un día estaban aprendiendo las letras, cuando, de repente llegaron a la "M". "Mira cariño", le dijo la madre "la M de mamá". "No mamá", le contestó el niño "es la M de Mc Donalds". Cómo han cambiado los tiempos. Seguro que cuando Daniel cumpla los tres años me dirá "M de móvil de última generación 4G con tecnología super amoled, pantalla táctil de 3,3, pulgadas..."
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