Y esperaba que me montara menos bulla los días de lluvia, cuando se diera cuenta que se quedaba sin parque, pero sigue cogiéndose las mismas perretas cuando me desvío hacia casa.
Parece que la habitación le ha gustado. Se entretiene un buen rato ojeando sus cuentos, pintando rayajos, esparciendo las piezas de lego, jugando con los coches, con la mesa de actividades... Pero tienes que estar tú con él. Y aún así no aguanta dos horas seguidas ni mucho menos.
De todas formas, aún es muy pequeño. Seguro que le saca más partido dentro de un añito o dos.
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