Viajar en coche con Daniel es agotador. Antes mi pequeñín se dormía placidamente casi todo el trayecto en coche, pero ahora la cosa ha cambiado. Sus piernecitas quieren acción y de dormir: sólo una siesta al día y protestando, que la vida es muy corta como para perderla roncando.
Al principio se entretiene con los juguetes que le voy pasando, pero en cuanto se aburre los tira a un lugar al que no llegue para que no vuelva a importunarle poniéndole delante de las narices el cochecito, muñeco o peluche de turno. Entonces comienza la operación mantener su boquita ocupada. Mami le va dando trocitos de sandwich, galletas, bizcochos... lo que haga falta. Pero llega un momento en que tampoco tiene hambre. Ni siquiera gula. Empieza a protestar y todavía falta medio camino por recorrer. Gruñe, se remueve inquieto y acaba berreando.
Quiere acabar con su encierro y salir corriendo. Si el tramo es corto no paramos, porque luego no quiere volver al coche y nos retrasamos muchísimo.
Normalmente a estas alturas ya le estoy suplicando al padre que ponga los cantajuegos y quite esa música heavy que nuestro bebé no sabe apreciar. A regañadientes el progenitor cambia "Hijos de Caín" de Barón Rojo por "El tallarín". Y ahí está la mamá bailando sentada y cantando a voz en grito para que su hijo se distraiga y no dé la lata.
Cuando llegamos a nuestro destino es una liberación para los dos.
jajaja madre miiia no quiero imaginarme el trayecto...entre las migas, los juguetes volando, un tallarin y otro tallarin jajajja el mio por suerte se queda dormidito, eso si a la noche... juergaaaa !!
ResponderEliminarUf, pues no sé que es mejor :S
ResponderEliminarDe todas maneras, no es por preocuparte pero el mío también se quedaba dormidito a los nueve meses ;)
chica, te comprendo a la perfección, en mi caso es parecido, solo que solo pasa en el viaje de vuelta a casa, ese es el momento de pelear, gritar, reír como locos y desconcentrar al chofer..es decir el churri, un desastre, pero...mejor eso que andando jjjeje
ResponderEliminarun abrazo