lunes, 7 de febrero de 2011

Enganchado a la trona

Daniel ha cogido la manía de engancharse a la trona y berrear a todo trapo para que le suba a ella. Al principio pensaba que quería cenar o comer, así que le bañaba a todo trapo para tenerle engullendo al poco tiempo. Pero me di cuenta de que no relacionaba la trona con la comida. Sino con la televisión. Lo que quiere el muy tuno es que le encienda la caja tonta. Y más concretamente, que le enchufe a los cantajuegos. Unos videos que le hipnotizan, pero que empiezan a ser una tortura para mí.

Lo malo es que he probado con mil cosas y nada es tan efectivo: "Dora, la exploradora", "Chuggitown", "Ya llega Nody"... Lo único que le llama más la atención es "El jardín secreto", que es la serie infantil más rollo que conozco. Supera incluso a los "Teletubbies". Pero si es lo que a él le gusta... ¡Adelante! Nos tragaremos algún episodio.

Lo malo es que sólo se entretiene de verdad con los cantajuegos. Con el resto de series requiere constantemente tu atención. Y no me deja hacer absolutamente nada. Así que acabo claudicando y escuchando de nuevo las mismas canciones infantiles una y otra vez.

Su padre se ha tomado como un reto la difícil misión de encontrar otros vídeos que le absorban tanto como este grupo musical. ¡Hasta se come la fruta cuando los ve bailar! Todo un milagro.
Lo malo es que se está volviendo muy teleadicto y, ultimamente, cada vez que entra en el salón va directo a la tronita. Así que hago todo lo posible por sacarlo al parque o llamar su atención con juguetes y libros para bebés. Espero que pierda su interés por la tele a medida que se haga mayor y se entere mejor de las amplias posibilidades que le ofrecen sus juguetes. Más allá de objetos para lanzar, golpear y rechupetear.

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