Daniel se ha formado una pandilla en el parque. Son los habituales. De hecho, alguna vez nos hemos encontrado solos en el parque porque hacía demasiado frío y las otras madres se habían acobardado. En mi opinión, se abriga mucho al niño y... ¡Ala! a correr. También tiene que acostumbrarse a salir de casa en invierno.
El caso es que Daniel tiene sobre todo dos "amiguitos" con los que más para: Luis y Hugo. Los dos son mayores de que él, Luis en un año y Hugo en un mes, pero Daniel nunca se ha achantado por eso. Son sus "amigos" entre comillas porque así lo hemos decidido sus madres. Él no ha tenido ni voz ni voto en este asunto.
En realidad, creo que es demasiado pequeño para tener amigos. Ahora mismo debe vivir en una enorme burbuja de "Yo, Yo, Yooooooooooo... ¿quien es este insecto que se cruza en mi camino? Mamá esclava apártalo" o algo así. Espero que de mayor le caígan bien estos niños. Hasta entonces no parece tener mucho criterio para las amistades.
Se lo pasa bien jugando con estos pequeñajos, quitándole la pelota a Hugo y tirándole al suelo de un empujón, persiguiendo a Luis por todo el parque disputándole cualquier juguete que se encuentren... Se han convertido en algo así como la pandilla pañal. Pero en realidad, Daniel tiene una preferencia que no engloba a ninguno de los dos. Se llama María y tiene cinco años. Es tan bruta como él y se lo pasan bomba empujándose, persiguiéndose, saltando, etc. También le cae muy bien Irene, de cuatro, aunque, cómo es más tranquila, no le divierte tanto. Le cae mejor que Yago, su hermanito, unos meses mayor que él. Con el que se pelea en el arenero por tener la misma pala o el mismo cubito.
Si es que, este niño ya tiene un amplio círculo social. Y sólo tiene un año y medio.
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