viernes, 25 de febrero de 2011

Tantas cosas a tener en cuenta...

Cuando hablo con otras madres me doy cuenta de que ellas llevan todos los aspectos que afectan a sus hijos al milímetro. Cada diente que les sale, el peso, la medida, cada granito en la piel... ¡Cómo lo hacen! Si yo a veces no me acuerdo ni de los meses exactos que tiene mi niño.

Cuando sale un tema de esos me echo a temblar porque sé que me van a mirar de esa manera tan peculiar que quiere decir: "¡Vaya desastre de madre!". Tampoco veo tan importante saber cuantos dientes tiene el niño. Pues ya le saldrán, como a todos lo niños. Y si algo va mal, seguro que es fácil de identificar. Porque yo le miro mucho, aunque no me fije en los detalles.

Cómo el niño está sanote, activo y sonriente, tampoco llevo al día lo que pesa y lo que mide. A simple vista está un poquito más alto que los niños de su edad y un poquito más delgado. No necesito que la báscula y el metro me diga lo que es obvio. Además, cada niño tiene su constitución y a las medias no hay que hacerles mucho caso. Está claro que los niños gruesos o de constitución delgada van a estar siempre fuera de esa media. También los hay altos y bajos. Yo soy más baja que la media española y nunca me he preocupado por eso.

Por supuesto, le llevo a todas las revisiones pediátricas, pero una vez me han dicho que todo está bien suelo olvidar el resto de los detalles unos días después. Por eso, cuando una madre me pregunta que cuanto pesa mi niño no sé que responderle. "Pues no sé" aseguro. "¡¿Cómo no lo vas a saber?!" suele ser la respuesta que me dan. "¿Cuanto pesó en la ultima revisión?" "No me acuerdoooooooo". No puedo tener tantas cosas en la cabeza. y el dato importante es que el chiquillo está bien. Aún así insisten "Venga, haz memoria" Ni que fuera algo tan importante. "Eeehhh...¿Diez kilos?" "¿Cómo va a pesar diez kilos si el mío pesa once y es más pequeño que el tuyo?" Si quieren decirme cuanto pesa el suyo, que me lo digan y ya está, que no me hagan el tercer grado. Pero no, ellas quieren comparar. Les encanta. "Pues entonces debe pesar once y medio" Y ahí ya se quedan medio contentas con la respuesta, pero con esa mirada en la cara de la que hablábamos antes y que me hace sentir un poco torpe. Si es que la final hay que estudiar para pasar esos exámenes orales que te hacen en el parque de vez en cuando.

2 comentarios:

  1. Dácil, qué guapo está Daniel! Mejor ser una mamá normal y no una obsesiva compulsa de los detalles de sus hijos ;)
    muchos besos para los tres!

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  2. Por lo visto las mamás normales son las compulsivas jeje.
    De todas maneras a mí se me cae la baba con mi niño y me encanta oirte decir que está guapo, así que tengo ya un 99% de madre normal.
    Muchos besos guapa.

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