miércoles, 23 de febrero de 2011

La edad del pavo del bebé


En las revistas y libros especializados le llaman los terribles dos años. Yo digo que a mi hijo se le ha subido el pavo. Lo malo es que todavía no ha cumplido los dos años. De hecho ni siquiera año y medio. Y ya tenemos una pelea generacional de caballo. Ha llegado el momento de hacer tripas corazón y ponerse dura. A veces cuesta, pero otras veces, se te sube tanto a las barbas, que es facilísimo quedarte inamovible en tu posición.

Ahora, por menos de nada, ya tenemos montada una perreta monumental. Normalmente le dejo desgañitarse despues de haberme cerciorado de que tiene algo blandito debajo de su cabeza para evitar cocazos que redoblen sus gritos. Pero, cuando el momento de ira acontece en público tienes que, por lo menos, fingir, que te interesas por el bien del niño, aunque tu ya sabes perfectamente que lo que tiene es tontitis aguda. Así que empiezo "Cariño, ¿qué te pasa?, ¿te has hecho pupita?, ¿te has dado con algo?". Y Daniel cada vez sube más el volumen de sus lloros. Hasta que me harto y lo meto como puedo en el carrrito. Ahí, como va atado en una superficie blanda, no se puede hacer daño a si mismo. Normalmente deja de llorar en cuanto empiezo a empujar.

Habrá que armarse de paciencia para superar esta nueva etapa. Espero no hacer de Daniel un auténtico tiranito.

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