El lamento de Daniel me taladró los oídos "¡Ay!" escuché entre las tinieblas del sueño. Subconscientemente pegué un salto de la cama olvidandome por completo de mi barrigota y un dolor punzante me dejó clavada en mi sitio. Angustiada por el chiquitín desperté a Raúl. "El niño, atiende al niño" le imploré. Y lo que le dí es un susto morrocotudo cuando me vió, lívida y sin poder mover un músculo. Me agarro e intentó subirme a la cama, pero no pudo. "Para, para. Atiende al niño" le repetía yo, pero el seguía tirando de mí sin piedad. Uf, que dolor. Finalmente parece que se despertó del todo y atendió mi demanda de que me dejara tranquilita hasta que se me pasara el latigazo.
El niño debía haber hablado en sueños, porque no volvió a dar señales de vida. Cuando pude moverme de nuevo fui a verle y me lo encontré roncando plácidamente. Raúl me echó la bronca por levantarme tan bruscamente y me ayudó a acomodarme entre los muchos cojines que me rodean. Con el barrigón no queda más remedio que ir amoldando la forma de la cama a la del cuerpo a base de cojines. Me ponga como me ponga el bebé me pesa, me tira, me aplasta... Acabo durmiéndome por puro agotamiento y me levanto con molestias por todo el cuerpo.
Por la mañana Raúl se plantó. "¡Vete al médico ya!" Resignada ante la seriedad de su tono pedí hora en el centro de salud. Me dieron para el día siguiente, pero como el dolor de riñones fue en crescendo durante toda la mañana no me quedó más remedio que acudir a urgencias a que me dieran algo que me lo mitigara. Sobre todo porque hoy libraba por haber trabajado el fin de semana, pero mañana ya toca trabajar de nuevo y no estaba segura de poder resistir en la silla tantas horas.
La médico de urgencias me echó una bronca monumental cuando le di todos los detalles de mi dolencia. Cuando me preguntó si había hecho esfuerzos y le contesté que no me quedaba otro remedio con un niño de dos años de por medio llegó al culmen de su asombro. "Tienes lumbago, muy normal en las embarazadas. Y más si tienen hijos pequeños a su cargo. Lo que me extraña es que no hayas venido antes" me explicó. Me dió una receta de Paracetamol que recogí con avidez, un certificado para permanecer tres días de reposo en casa y la recomendación de pedir la baja lo antes posible. Mañana voy al médico de cabecera a ver que me dice. A lo mejor no opina lo mismo. Nunca se sabe. Por ahora me he tomado el Paracetamol y parece que el dolor va remitiendo ¡Menos mal!
cuidate y descansa!!
ResponderEliminarcuidate mujer!!! el instinto maternal es mas fuerte que una, pero piensa que viene el bebe dentro de nada.
ResponderEliminarun beso cuidate!!!
Muchas gracias. Hago lo que puedo con la fierecilla rondando por aquí. Las madres somos unas sufridas jaja. Recuerdo que de pequeña mi madre me decía que las madres no tiene derecho a ponerse malas. Muy exagerado por su parte, pero si es verdad que tenemos una convalescencia complicadilla. sight
ResponderEliminarsi es que... es superior a ti !!! seguro que por donde vas ves cosas para hacer... andaaaa y mira para otro lado, que cuidarte es lo primero. SObretodo porque Daniel aún no sabe lo que viene... y ahora sólo está él... cógete la baja, ponle carita de pena al médico de cabecra y a descansar todo lo que puedas !!! un abrazo!!!
ResponderEliminarEs que las tareas del hogar son interminables. Y mas si hay un chiquitín enredando. De todas formas se nota lo de no ir a trabajar. ¡Muchísimo! Quien pillara un euromillón bien cargadito :D
ResponderEliminarjajajaja ayys el euromillón, la loteria, el cuponazo... a cuanta gente querida le alegrabamos la vida !!!
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