Sorpresa pañalera. Mi chiquitín está descompuesto y con el culo rojito como el de un cangrejito. ¡Ala! culito al aire libre durante una horita para que se oxigene, a rezar para que no haya una desgracia escatológica y preguntarle cada dos minutos si quiere hacer pis. Siempre la misma respuesta: "No".
Una hora después la casa está intacta y el culito de Daniel un poco mejor. Menos mal que tenemos la milagrosa crema Lutsine a mano. A untar a lo bestia, cerrar el pañal y a observar toda la tarde al chiquillo por si hay vómitos o dolores de estómago. Nada. Come como un fiera (más que yo) y tiene muchísima actividad. Ni siquiera parece que le moleste el pañal. Pues nada, al día siguiente a la guardería.
En cuanto les enseño la cremita de Eryplast las profes me ponen mala cara "¡¡Gastroenteritis!!" Sentencian. "Pero... ni vomita, ni tiene malestar, come muchísimo...", pero Manoli me corta tajante a mitad de frase: "No tiene nada que ver. Tiene Gastroenteritis. Tenemos un brote muy fuerte, así que a casa" ¿A casa? ¡Imposible! Al niño se le ve bien y la mami tiene que entregar el lunes unas páginas en el periódico chino que casi ni ha empezado. Encima el chiquillo está jugando emocionado con sus amiguitos y la cocinita de clase. ¡Cómo para decirle que nos vamos! Perreta segura. "Lo siento chicas, pero ahí os lo quedáis. Si se pone malo de verdad me llamáis y acudiré volando" No les hace gracia pero acogen a Daniel con todo el cariño del mundo. Aún así me insisten en que venga antes de la hora a por él. "¡Nos va a contagiar a todos!" Me aseguran temerosas. Pero si se lo habéis pegado aquí. Si tenéis a cinco chiquillos con gastroenteritis de verdad que ahora mismo están compartiendo juguetes con el mío. ¡Qué me estáis contando! ¡Cómo se nota que sabéis que estoy de baja en el otro trabajo! Pillinas.
Con un poco de resquemor en la conciencia corrí a hacer todo lo que tenía que hacer. Mis riñones me estaban matando, pero me quedaba la duda de que Danielito tuviera gastroenteritis de verdad y se pusiera malísimo de repente. Sin pararme a respirar puse mi casa y mi ordenador en orden, comí y volví a por mi pequeño antes de la hora de salida.
Las profes me aseguraron que todo bien y que había comido muchísdimo, aunque le habían dado comida de dieta. Buf, eso sólo podía significar que mi pobre niño salía muerto de hambre. ¡Exacto! Se comió el plátano, el sanwich, tres galletas y no me comió a mí porque no me dejé. En cuanto llegué a casa le quité el pañal... ¡¡¿Pero qué es esto?!! Blanquito, blanquito. Ni una rojez. ¿Y para eso me hace correr? Y sólo ha hecho una caca en el cole. ¿A eso le llaman gastroenteritis? Yo le llamo ligera descomposición. ¡Qué exageradas!
el mio le paso eso ayer...le dio un dolor de estomago y tenia la garganta y el estomago malo...pero hoy, esta bien del estomago y solo le queda la garganta...debe ser un virus, lo llevamos al medico y bueno antibiótico para la garganta, pero de diarrea ni rastro
ResponderEliminarbesos
Espero que pollito ya esté mejor. El mío parece que sí, lo malo es que ahora es al contrario lleva un día sin manchar el pañal. Este niño non tiene término medio.
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