Llegaron los Reyes

La noche más mágica para los niños la durmió Daniel de un tirón. Lo malo es que se despertó a las 6.20 hora canaria. Cómo él sigue con el horario peninsular en su reloj interno se empeña en hcer todo una hora antes.

Así que salí de la habitación con un niño cargado de energías para afrontar el día más emocionante del año. Cerré la puerta del salón para que no viera los regalos antes de que se levantaran los demás.

Le aguanté un rato, pero estaba deseando entrar a la sala y le tuve que abrir. Afortunadamente no le hizo ni caso a los paquetes. Cuanod se levantó mi madre tuvimos un pequeño choque de pareceres. Ella pensaba que había que esperar a Natalia para abrir los regalos y yo que había que adelantar alguno a Danielito. Ahora es un bebé y no se entera mucho, pero el próximo año no creo que se quede esperando a su prima tan tranquilo. Cuando el niño se nos revolucionó mi madre nos dio la razón y le entregó un paquetito del montón. Daniel vio como lo abría su padre entusiasmado y lo cogió con ansia. Era un llavero para bebés con llaves y botones. Le encantó.
Hemos hablado con los reyes para que le traigan el grueso de los regalos a Madrid y así no tener que estar cargando todo en el avión, que luego te cobran el sobrepeso. Así que a Las Palmas le trajeron sólo unos cuantos. Se pasaron un poco, pero Daniel era feliz y eso a mi me vale. El próximo año hay que organizarlo para que Daniel abra un par de paquetes antes de que venga Natalia porque no creo que se espere hasta las nueve y media para desenvolver algo. el truco será tenerlo jugando un buen rato con cada juguete.

Los tíos y las primas llegaron con churros, así que nos pusimos a desayunar. A Daniel le gustaron más los churros que el roscón. Se comió cuatro el muy animal. Menos mal que no le sentaron mal.

Una vez desayunados llegó el momento de la verdad. ¡Todos al salon a desenvolver paquetes!
Natalia venía emocionada poque en su casa habían escrito "Daniel el travieso" en todos los paquetes dirigidos a mi pequeñín. ¡Como le conocen!

Empezamos con el ritual de entregar y desenvolver. Mi niño estaba entusiasmado y lanzaba grititos de alegría a cada momento. Yo pensé que no se enteraría de nada, pero estaba tan excitado como la propia Natalia, que ya es una niña mayor.

Le encantaron todos los regalos y les dedicó su tiempo a cada uno de ellos. Incluso a los que no eran para él porque se empeñó en quitarle los suyos a los pobres perritos. El llavero con luces y sonidos, el volante, los legos... todos fueron examinados y toqueteados por Danielito y sus emocionados padres.

Porque raúl y yo nos empeñamos en jugar como unos niños más y sumarnos al espíritu infantil. También contribuimos a usar los juguetes de Natalia. A mí en concreto me maquilló como una profesional. La verdad es que fue mucho mejor de los que me esperaba. Como cambia la Navidad con niños y sin niños.