Estaba tecleando frenéticamente delante del ordenador cuando, de repente, me sobresaltó la musiquita de mi móvil. En la pantalla leí número desconocido. Lo cogí cruzando los dedos para que no fuera publicidad. Y tuve suerte. ¡Me habían admitido a Iván en las clases de natación del polideportivo! Que buena noticia. Como la piscina donde iba Daniel cerró por reformas, les había pedido plaza en otro y se habían quedado en la cola de la lista de espera. Al menos me habían admitido al pequeño. Cruzo los dedos para que pronto me llamen para el mayor, aunque Daniel cruza los dedos para justo lo contrario porque no le apetece nada.
En cambio, Iván estaba deseando apuntarse a natación desde que vio entrar por primera vez a su hermano a su clase. Cuando se lo dije saltaba de alegría y cuando le anuncié que a lo mejor no le llevaba a su primera lección porque estaba un poco malucho se puso a hacer pucheros y casi se me echa a llorar, así que le llevé con tos y mocos, pero con una gran ilusión reflejada en sus ojitos.
Nada más salir del cole, tenemos que pegarnos una carrerita hasta el polideportivo para llegar a tiempo. Allí le visto a toda velocidad, se lo entrego a su profesora, que me ha parecido encantadora, coloco como puedo las mochilas del cole, los abrigos, la bolsa de la piscina... Para que ocupe lo menos posible e intento entretener al mayor para que no se suba por las paredes. ¡Toda una Gymkana!
Encima ese viernes teníamos que volar después de natación para llegar en tiempo record al cumpleaños de una amiguita de Iván. Los hermanos mayores de los otros niños se negaban a ir porque decían que era una fiesta para pequeños, pero el mío debía pensar "¡¡Fiesta en el parque de bolas!! A los pequeños se les aparta de un empujón y ya está" o algo parecido porque no sólo asistió, sino que se lo pasó bomba igual que el resto de chiquillos. Está visto que cuando se trata de una parque de bolas la edad no importa.
Por el camino, el más pequeño de la familia nos contó que en la clase había hecho de todo, de todo, de todo: nadar, bucear, saltar, montar a caballito... ¡Que de cosas! Cómo me alegro de que se lo pase tan bien.
Y así empezamos un fin de semana que ha sido una locura.
q guay!!! la piscina yo creo que una apuesta segura, para divertirse, aprender y hacer deporte.
ResponderEliminarEso sí vaya actividad q tenéis ¡no paráis! :)
A Iván le ha encantado. Salió con una sonrisa enorme de la clase :D
EliminarCasi casi le está pegando el entusiasmo a su hermano que nos ha preguntado que cuando vamos a la piscina cubiertas todos juntos jajaja
La verdad que últimamente vamos a cien por hora y... necesito bajar el ritmo!!! Ellos no, pero yo sí jajaja
Estoy mayor...
¡Se te va a hacer un piratilla! Jajajaja.. La mami va a necesitar un gorrocoptero para ir de un lado a otro jajaja...
ResponderEliminar¡Un muackiles!
Yo necesito ese gorrocóptero ahora jajajaja
EliminarCuánto me alegro de que le guste!!! Pues hala, a disfrutarlo. Un besote.
ResponderEliminarSíii, porque el pobre Daniel iba siempre refunfuñando, menos mal que el peque, al menos, va ilusionado :D
EliminarQué bien que le guste, a la mía la llevo un poco obligada. Y me he reído porque es verdad que llevar a los peques a la pisci es agotdor, una auténtica gynkana!
ResponderEliminarAl mayor lo llevaba obligado. No le gustaba nada, pero no veas lo bien que se defiende ahora en la piscina. También me encantaría llevarle, pero no conseguí plaza para él aún y en la que estaba la están reformando. Me parece importantísimo que sepan nadar, por eso hacemos el esfuerzo jajaja
EliminarQué bien que le guste! mi peque este año ha elegido Taekwondo y está loca de contenta y el monitor dice que con lo movida que es, le va un montón, jaja
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Daniel, un cumpleaños es un cumpleaños y hay que disfrutarlo a tope! independientemente de la edad del cumpleañero!!
Como mola lo de Taekwondo. A Daniel le metí en judo por lo mismo, pero la extraescolar me salió rana. Como había exceso de alumnos a los elementos discordantes los tenían toda la clase castigados y así no se tenían que preocupar por ellos, así que el peque le cogió manía. Normal. Él era uno de los elementos discordantes jajaja Me río, pero en ese momento me enfadé bastante cuando me enteré.
EliminarY sí, un cumpleaños es un cumpleaños y más si es en un parque de bolas jajaja
Iván sí que sabe. A mí l piscina siempre me ha encantado y de peques más que parece enorme y puedes jugar la mar de bien.
ResponderEliminarMenudo día más agetreado, tus principitos se quedarían roques a la primera de cambio!
Besos
Aaay eso quisiera yo, pero que vá. Estos tiene pilas para rato snif snif
EliminarA mí ir a natación no me gustaba nada de pequeña. Iba de morros, pero ahora se lo agradezco mucho a mis padres. Saber nadar me parece tan importante...
Qué gracia con lo de la gymkana, menudos atragantones os teneis que dar las mamás para llevar a los peques a sus actividades!! Esta historia me recuerda a la mía cuando me llevaba a mí. Cómo os lo pasáis :)
ResponderEliminarUn beso,
Laura ♥
Por los peques lo que sea jajajaja
EliminarAunque yo estoy para el arrastre y sólo el lunes.
Horror!!
Besos!!!
Al mío peque no le mola naaaaaada, ja,ja,ja,ja, aunque parece que en estas últimas clses los profes han dado con la fórmula mágica: que haya dos profes con él, uno dentro y otro fuera, así Toin se siente más seguro. Le cuesta bastante. A Gololo le mola más, aunque realmente lo que le gusta es ir a su bola en el agua, no las clases en sí, pero bueno... Y es que cada uno es un mundo, pero la natación es necesaria! Un besote
ResponderEliminarQue majos los profes, que han buscado la manera para que Toin se sienta más seguro y disfrute más. Iván parece que se lo pasa genial y se lo ha tomado como un juego. Daniel es como Gololo, no soporta seguir normas jajaja
ResponderEliminarA pesar de los esfuerzos ,la natación merece mucho la pena. A mí me relaja y con el tiempo le he cogido el gusto y ya es un hábito para mí, salgo relajada y en estado zen....jaja.
ResponderEliminarSí que merece la pena. Estoy de acuerdo. Aunque yo lo veo más desde el punto de vista de la seguridad. Cuando voy a la playa o ala piscina no logro relajarme pensando en el peligro que tienen
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