Al día siguiente nos esperaba el concurso de dibujo en la Plaza Mayor. En un principio, Daniel me había dicho que iba a dibujar a El Cid, pero terminó plasmando una terrible batalla campal entre plantas guerreras y zombies. Cuando me preguntó si iba a ganar le puse una cara un poco rara y le expliqué que si el dibujo no versaba de Covarrubias ni de refilón lo veía imposible. "Pues el próximo año hago que la batalla sea en el pueblo". Me parece que el próximo año tampoco va a ganar.
Iván hizo un dibujo precioso del torreón y las cerezas. Al lado dibujó a Zampón, un gato de unos tíos de Raúl al que su hermano mayor imita mucho. Se lo curró mucho, pero tampoco ganó.
Aunque a mí me parece que las ceras de colores, el lápiz, la goma y la enorme bolsa de chuches que les regalan sólo por participar ya es suficiente premio.
Iván hizo un dibujo precioso del torreón y las cerezas. Al lado dibujó a Zampón, un gato de unos tíos de Raúl al que su hermano mayor imita mucho. Se lo curró mucho, pero tampoco ganó.
Aunque a mí me parece que las ceras de colores, el lápiz, la goma y la enorme bolsa de chuches que les regalan sólo por participar ya es suficiente premio.
Muy contentos devoraron sus golosinas mientras correteaban por la plaza a la espera de una actividad infantil que se iba a realizar con toros de mentira. Peques y mayores corríamos desorganizadamente delante de los cuernos de plásticos muertos de la risa. Aunque algún pequeñín más bien estaba espantado.
Daniel se colgaba en los cuernos del toro que pillaba... Hasta que le llamaron la atención una par de veces porque no dejaba correr al bicho y se fue enfadado a una esquina. Nada de lo que le dije hizo que volviera al juego. Me parece que tenemos una gran problema a la hora de que siga normas de juego. Nada que unas sesiones intensivas de juegos de mesa no puedan resolver.
Daniel se colgaba en los cuernos del toro que pillaba... Hasta que le llamaron la atención una par de veces porque no dejaba correr al bicho y se fue enfadado a una esquina. Nada de lo que le dije hizo que volviera al juego. Me parece que tenemos una gran problema a la hora de que siga normas de juego. Nada que unas sesiones intensivas de juegos de mesa no puedan resolver.
Entre calmar las iras del mayor y vigilar que el pequeño no se me perdiera en el gentío el toro me pilló dos veces de pleno. Cómo se reían los de alrededor cada vez que me pillaba por sorpresa. Y los que más mis hijos. Pero eso no vale, que con vigilar donde andan los niños ya tengo suficiente.
Y ahí no acabó la cosa, porque después vino la sardinada. Que buenas están. Yo pensaba que los peques no comerían ese día con tanto que habían picado, pero me equivocaba. Zamparon sin problemas. Se que que correr delante del toro abre el apetito.
Como todo lo bueno tiene un final, tras comer, nos metimos en el coche y ¡a casa! El fin de semana había llegado a su fin.
¡Qué maravilla de días! Yo quiero celebrar mi cumple así... qué divertido jajaja... Bueno, menos los moretones del torito jajajaja...
ResponderEliminar¡Un muackiles para los cuatro!
Si el toro no daba fuerte jajaja Lo que pasa es que dabas la vuelta pensando que era un niño y ¡el toroooooo! Y a correr jajaja
EliminarAnda que no os lo pasáis bien ni nada. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarHola: fue un fin de semana super intenso y llena de actividades diferentes. Lo de correr delante del toro debió de ser super divertido y no me sorprende que os comiérais las sardinas. Qué ricas! Los regalos de la abuelas y bisabuela son perfectos. Ya veo por las fotos que las fiestas de Covarrubias fueron fabulosas. Seguimos en contacto
ResponderEliminarEse toro enamorado de la luna....!! Dime una cosa ¿En ese pueblo hacen algo más que no sea estar en fiestas?jajaja. ¡Os va a poner unas estatuas vuestras en la plaza del pueblo!
ResponderEliminarEs verdad! Siempre están organizando alguna. Es genial lo activos y creativos que son :D
EliminarNo sé yo si van a ponerle una estatua a los revoltosos de mis hijos. Cualquier día tiran la de la pobre princesa Kristina XS