Un día de esos en los que todo te sobrepasa, llevas durmiendo mal varias noches y los peques están más guerreros de lo habitual llegué a mi límite y... ¡estalle!
"Ya basta" grité como una energúmena. "Dejadme descansar cinco minutos, sólo pido que me dejéis descansar cinco minutoooooos"
Los dos niños se subieron sobre mí y me acariciaron la cabeza al unísono. "Tranquila, mamá, tranquila" me aconsejaba el mayor con voz muy suave, "vete a dormir". Cómo si fuera tan fácil. En cuanto metiera un pié en la cama volverían las peleas, los golpes fuertes y, lo que es peor, las palabrotas y los insultos que se dedican el uno al otro. "¡No!" le corté, "ya lo habéis conseguido: ¡Me habéis hecho enfadar!"
"Nooooooo" gritaron los dos. "Mamiiiii, estás contentaaaaa" protestaba el más pequeño. "Mami, queremos que estés contenta", le apoyaba el mayor.
"Pues os lo tenéis que ganar" les gruñí y añadí con lágrimas en los ojos, "Me vais a matar de agotamiento"
"¿Se puede morir uno de agotamiento?", me preguntó muy interesado Daniel.
"¡Claro que sí!" aseguré vehementemente.
"Joooooo", se engustió Iván, "Yo no quiero que te mueraaaaaas", y ahí empecé a dar marcha atrás aunque el cansancio todavía me podía y se traducía en un penetrante dolor de cabeza.
"¡Ay hijo! Como si fuera tan fácil morirse. Yo no me voy a morir" le aseguré más suave.
"¿Pero cuantas noches tienes que estar sin dormir para morirte?" Insistió el mayor.
"¡Y yo que sé!" volví a perder la paciencia. Tranquila, tranquila.
"¿Cien años?" siguió erre que erre
"Sí, cien años" le contesté para zanjar el tema
Daniel se volvió hacia su hermano y le soltó: "Tranquilo Iván, antes se morirá de vieja", luego se volvió hacia mí me dio un besito y me aseguró que me haría un precioso libro para que me pusiera contenta. Suspiré porque con estos granujas es muy difícil discutir y fui a por los materiales para su libro. En un principio quería pegar los folios con pegamento, pero se los di ya doblados por la mitad y grapados para dejarlo entretenido a él sólo mientras seguía con las tareas propias del hogar. Pero no me iba a ser tan fácil porque antes me sometió a una verdadero interrogatorio para ver que me gustaba.
Al poco Iván, me pidió un folio: "Yo te voy a hacer un dibujo para que te pongas contenta". Que lindos cuando quieren. Estuvo un buen rato garabateando y al final me explicó que había dibujado un temible monstruo al lado de un girasol y unas "patas" de robot rotas dentro del agua (se habían oxidado), un poco de agua y un poco de nieve y que si podíamos colgarlo. ¡Claro que sí! Me faltó tiempo para añadirlo a nuestra galería de arte infantil. Me pareció muy original.
Daniel se unió a nosotros para enseñarnos el libro. Estaba dedicado al power ranger rojo de la serie de Clan Power Rangers Megaforce. No sé en qué momento le dije que me gustara eso, pero estaba tan emocionado explicando la historia que no tuve valor para protestar. El cuento iba de una gran lucha entre el power ranger rojo y una araña mutante. Cuando gana aparece un mutante gigante con el que también tiene que luchar y que al final también gana. Le gustó tanto que cambió de idea y en vez de regalármelo a mí decidió que sería para toda la familia. Me pidió otros folios doblados y grapados y se puso a hacer el segundo libro del power ranger rojo.
¡Al menos calmé los ánimos!
Es normal,ellos son movidos y una se agota. Lo bueno es que ellos reaccionan ante tu estado e intentan solventarlo como pueden.
ResponderEliminarCuando estés así, puedes coger una cuerda y hacer el juego de la cuerda,el tira y afloja , ellos dos que se pongan de un lado y tú del otro y ¿A ver si pueden los dos contra tí? ,puedes hacer que cuando estén tirando con mucha fuerza soltar la cuerda y zas...¡Se caen hacia atrás! Cuidando claro que haya un sofá o alfombra o algo que a amortigüe la caída. Luego podéis probar a intercambiar parejas,uno de ellos contigo contra el otro,el que diga que es más fuerte o así, o si está el papá ,uno con papá ,otro con mamá, hay que poner una marca en medio para el que pase pierda porque sino ya sabes que nunca pierden y así liberáis tensiones todos, o las masas quedan diezmadas, una de dos,jaja.
Lo voy a intentar. En cuanto note que me enervo iré a buscar una cuerda. A ver si acabamos con los ataques de nervios en mi casa...
EliminarHola. creo que nuestros hijos tienen demasiadas vacaciones porque llegados a mitad de agosto están más rebeldes y traviesos que nunca. Entiendo perfectamente que hayas estallado... hay momentos en que también estoy al límite...Para mí dormir bien es esencial para enfrentarme a todos los quehaceres diarios... Me divertí leyendo las ocurrencias de tus peques y tus respuestas como 'los cien años sin dormir'... Ánimo y ya nos contarás qué tal evoluciona el segundo libro de los Power Rangers . Seguimos en contacto
ResponderEliminarYa va Daniel por el tercero y el argumento es más o menos el mismo jajaja
EliminarOjalá hubiera algún alimento que recargara la paciencia snif snif
Oh, me has hecho recordar a mi nenito, que me dice -exige exactamente lo mismo, cuando le digo "ya me molesté" él muy serio me dice "no, estás contenta, yo quiero que estés contenta!", ay por dios, como si fuera tan fácil con tantas locuras... y de descansar, ya quedó en el recuerdo jejeje...
ResponderEliminarAdmiro la paciencia que tienes, yo me hago un mundo con uno solo y tu con dos varoncitos, con peleas y palabrotas y etcs, pero eres un amor con ellos.
Sí, los míos igual. Me la lían parda, pro yo tengo que estar contenta. No se dan cuenta de que eso depende en parte de ellos. Buuuuf!!!
EliminarMuchas gracias por tus ánimos
Muy grande tu capacidad para, a pesar de tu agotamiento, conseguir entretener a tus hijos, qué grande eres! Besos
ResponderEliminarMuchas gracias!! Pero cuando pierdo los nervios me concierto en un troll y sálvese quien pueda!!
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