Torres de papel higiénico

Siguiendo la estela de mis "grandes ideas", tras dejarles un día jugar con tetrabricks, se me ocurrió que una torre hecha con rollos de papel higiénico debía molar mucho. Así que saqué todos los que encontré por la casa y les pregunté a mis hijos si les apetecía jugar con ellos.

La verdad es que a Iván no le hicieron mucho "tilín" y siguió a los suyo, pero Daniel se puso manos a la obra enseguida. Al poco vino a buscarme y me comentó que eran pocos (¡¡¡Pocos!!! ¡Pero si le saqué muchísimos!) y que el castillo quedaba muy bajo. Nada que no pudiera solucionar una caja bien colocada.

Muy feliz siguió con la construcción de su castillo. Estuvo muy entretenido con su tarea ¡y hasta le hizo una cama a Perrito! Cuando acabó se fue a por sus muñecos y se puso a jugar con la construcción. Esta vez no temí porque se rompiera nada, aunque sí que hubo algún rollo un poco dañado. Nada grave comparado con el rato de diversión que tuvo el chiquillo.