La habitación apestaba a cebolla (un remedio natural para mitigar la tos), le ponía el Vicks VapoRub en la planta de los pies, a pesar de que está contraindicado su uso en niños menores de dos años. Pero es que estaba desesperada. El niño no dormía y yo tampoco. Hubo una oche que no pegué ojo y me fui al trabajo arrastrándome.
Finalmente llevé a Daniel a la pediatra, que me recomendó que le diera unas gotas de Romilar durante la cena para que el pequeño pudiera descansar. "A veces es más productivo que duerma a que expulso los mocos y las flemas a través de la tos". Este medicamento también está contraindicado para menores de dos años, pero la médico me aseguró que la cantidad que le iba a dar era mínima y que no había ningún peligro.
Así que le suministré el medicamento y... efectivamente, el niño tosió mucho menos por la noche y pudo descansar. Ni qué decir que la madre también pudo cerrar el ojo tranquila. Estábamos los dos de mucho mejor humor. Ahora Daniel está mucho mejor. Tose menos, incluso por el día, que no le doy el Romilar. Puede que hoy no se lo dé tampoco para la noche. A ver cómo sigue.