Nada más llegar a Covarrubias nos enteramos de que iban a montar un concierto de rock en Sad Hill, el cementerio que sirvió de escenario en el western El bueno, el feo y el malo. La cosa pintaba muy bien y me ofrecí a quedarme con los churumbeles para que el padre pudiera tener una noche loca, pero el pater de familia debe tener ancestros en Fuenteovejuna porque le encanta lo de todos a una.
Se empapó bien de qué iba la movida y anunció muy feliz que el evento era cien por cien familiar. Un ocasión única de quitarle de las cabezas los despacitos, la andaba buscando y Sofías que traen desde el cole no sabemos ni cómo ni por qué, pero que al padre le ponen negro (con lo que se curra él la música que les pone a los churumbeles). Se trataba del Sad Hill Rural Summer Party Hijo de Mil Padres con Cowbunga, Dead Bronco y Arizona Baby. No conocíamos ningún grupo, pero eso de ir al cementerio a escuchar un concierto que pintaba bien era una idea muy atrayente.
No nos lo pensamos más. Nos metimos los bocatas en la mochila y al coche. Cuando llegamos ya estaba petado y el primer concierto ya había empezado. Dimos una vuelta por las tumbas y nos sentamos a cenar con el escenario enfrente. Cuando acabamos el bocata mis hijos decidieron irse por libre a buscar aventuras con otros niños. Menos mal que se les veía bien desde donde estábamos. Una que es lista y les había puesto chaquetas azul intenso.
Se lo pasaron genial trasteando con los amigos por el cementerio. Al final nos encontramos con un montón de gente del pueblo que había tenido la misma idea que nosotros.
Sólo al final se dignaron a acercarse a escuchar el concierto desde la primera fila con su orgulloso padre. Daniel estaba animadísimo y parecía disfrutar de las guitarras eléctricas del último grupo, pero Iván se tapaba los oídos y me ponía ojitos para que le sacara de allí.
Me lo llevé hacia atrás pero lo que quería el chiquillo era irse a casa, así que tuve que cortarles el rollo a los otros dos miembros de la familia y tiramos para casa antes de que acabara todo y nos encontráramos con el follón de coches.
lunes, 31 de julio de 2017
viernes, 28 de julio de 2017
Abejas
Hace poco encontré un álbum ilustrado en una de las estanterías de nuestra biblioteca habitual que me llamó muchísimo la atención. Para empezar era muy grande y la ilustración de portada con un apicultor de principios del siglo pasado luciendo un gran mostacho y rodeado de graciosas abejas me tuvo fascinada hasta que se me acercó el más pequeño de los churumbeles. "¿Me lo lees?", me preguntó señalándolo muy sonriente. ¡Cualquiera se resiste! Nos sentamos en la moqueta y él mismo leyó el título: Abejas.
Abrimos la tapa y millones de abejas nos marearon perfectamente colocadas en un patrón continuo. Pasamos las páginas rápido hasta llegar a la primera llena de contenido. Los dibujos son muy graciosos y explicativos. El texto se reúne en la parte de abajo de la página conteniendo muchísimos datos de la vida, costumbres, leyendas, historia, importancia y futuro de las abejas. No tardó mucho en unirse el mayor, que enseguida anunció su intención de llevarse ese libro a casa.
Lo cierto es que ha triunfado y mis hijos no paran de repetir las curiosidades y conocimientos que han sacado de él. Algunas páginas las hemos releído hasta tres veces. Entre sus páginas hemos descubierto que campan por la tierra desde antes que los dinosaurios, que han formado parte de escudos importantes, lo que significan sus bailes, cuales son sus enemigos más peligroso, las bondades medicinales y estéticas de la miel... en un millón de datos más.
El libro está editado por Maeva Young, que se describe a si misma como una editorial que edita libros para los que les gustan los libros. Me ha gustado mucho la frase que utilizan. Y está escrito por Piotr Socha, que ha desarrollado una labor de investigación orientada a los más pequeños alucinante.
Yo, que odio las abejas (más bien a sus aguijones), he acabado admirándolas tras leer este álbum ilustrado.
Abrimos la tapa y millones de abejas nos marearon perfectamente colocadas en un patrón continuo. Pasamos las páginas rápido hasta llegar a la primera llena de contenido. Los dibujos son muy graciosos y explicativos. El texto se reúne en la parte de abajo de la página conteniendo muchísimos datos de la vida, costumbres, leyendas, historia, importancia y futuro de las abejas. No tardó mucho en unirse el mayor, que enseguida anunció su intención de llevarse ese libro a casa.
Lo cierto es que ha triunfado y mis hijos no paran de repetir las curiosidades y conocimientos que han sacado de él. Algunas páginas las hemos releído hasta tres veces. Entre sus páginas hemos descubierto que campan por la tierra desde antes que los dinosaurios, que han formado parte de escudos importantes, lo que significan sus bailes, cuales son sus enemigos más peligroso, las bondades medicinales y estéticas de la miel... en un millón de datos más.
El libro está editado por Maeva Young, que se describe a si misma como una editorial que edita libros para los que les gustan los libros. Me ha gustado mucho la frase que utilizan. Y está escrito por Piotr Socha, que ha desarrollado una labor de investigación orientada a los más pequeños alucinante.
Yo, que odio las abejas (más bien a sus aguijones), he acabado admirándolas tras leer este álbum ilustrado.
jueves, 27 de julio de 2017
Cuadros prepintados
Estas Navidades, los Reyes Magos me trajeron unos cuadros prepintados de animales muy chulos gracias a Høsten, una tienda de cosas monísimas que hay por el centro de Madrid. Hasta hace poco no pude sacarlos de su plástico y estrenarlos. Mi idea era que cada miembro de la familia pintara uno, pero mi marido me miró con una cara que... en fin, desistí en el intento.
En cambio mis hijos se prestaron entusiasmados. Eso sí, enseguida me pidieron los pinceles. Estos cuadros se podían colorear con rotus. Y seguramente hubieran quedado mejor, pero no hubiera sido tan divertido.
También podría haberlos coloreado yo con mucho cuidado e invirtiendo tiempo y tiempo de paciencia, pero... tampoco hubiera sido tan divertido.
Así que preparé los acrílicos, vasos de agua, pinceles y ¡a pintar!
Probamos contrastes, combinaciones, mezclas... Pintamos con más risas que precisión y nos fuimos comentando los avances y pidiendo consejo en grupo para ver que color usar ahora y dónde. Daniel prefería los colores fuertes y gruesos de pintura, Iván los más diluidos y yo... Yo hacía lo que podía entre asistencia a niños, control de riesgos y detección y corrección de desastres.
Al final quedamos muy orgullosos de nuestras obras de arte estilo libre. Aunque creo que el padre no piensa lo mismo. Es más práctico que sensible y cuando le dije que dónde quería que los colgáramos volvió a echarme esa mirada... Ya buscaré yo el hueco, mejor.
En cambio mis hijos se prestaron entusiasmados. Eso sí, enseguida me pidieron los pinceles. Estos cuadros se podían colorear con rotus. Y seguramente hubieran quedado mejor, pero no hubiera sido tan divertido.
También podría haberlos coloreado yo con mucho cuidado e invirtiendo tiempo y tiempo de paciencia, pero... tampoco hubiera sido tan divertido.
Así que preparé los acrílicos, vasos de agua, pinceles y ¡a pintar!
Probamos contrastes, combinaciones, mezclas... Pintamos con más risas que precisión y nos fuimos comentando los avances y pidiendo consejo en grupo para ver que color usar ahora y dónde. Daniel prefería los colores fuertes y gruesos de pintura, Iván los más diluidos y yo... Yo hacía lo que podía entre asistencia a niños, control de riesgos y detección y corrección de desastres.
Al final quedamos muy orgullosos de nuestras obras de arte estilo libre. Aunque creo que el padre no piensa lo mismo. Es más práctico que sensible y cuando le dije que dónde quería que los colgáramos volvió a echarme esa mirada... Ya buscaré yo el hueco, mejor.
miércoles, 26 de julio de 2017
Iglesia de Santo Tomás
Muy pocas veces he encontrado a abierta la Iglesia de Santo Tomás en Covarrubias. En cambio, la ex-Colegiata es raro verla cerrada. Las dos son dignas de ver.
Este verano, la hemos pillado abierta dos veces, una para visitas y otra por un concierto de música Gospel precioso. La acústica de la iglesia hacía que las voces de los cantantes sonara aún mejor. Mientras escuchas esas voces privilegiadas es imposible no mirar alrededor y reparar en todos los detalles de la amalgama de estilos de la iglesia.
A mí, lo que más me llama la atención es la escalera plateresca que se alza a espaldas del altar. Es impresionante. Desde ella se accede al órgano, que es más pequeño que el de la colegiata, pero igual de bonito. Me gustaría ir alguna vez a oírlo igual que he ido a escuchar el otro. Los conciertos de órgano son una maravilla.
Los retablos bañados en pan de oro y con imágenes barrocas también son un lujo e ideales para observar detenidamente mientras se disfruta del concierto.
Una pena que mis niños no se decidieran a entrar a escuchar las canciones de gospel y decidieran quedarse en la puerta a jugar con otros niños del pueblo bajo la atenta miraba de su padre, que luego me aseguró que había escuchado perfectamente la música desde el exterior. Pero no es lo mismo. Desde dentro era totalmente diferente y mucho mejor.
Este verano, la hemos pillado abierta dos veces, una para visitas y otra por un concierto de música Gospel precioso. La acústica de la iglesia hacía que las voces de los cantantes sonara aún mejor. Mientras escuchas esas voces privilegiadas es imposible no mirar alrededor y reparar en todos los detalles de la amalgama de estilos de la iglesia.
A mí, lo que más me llama la atención es la escalera plateresca que se alza a espaldas del altar. Es impresionante. Desde ella se accede al órgano, que es más pequeño que el de la colegiata, pero igual de bonito. Me gustaría ir alguna vez a oírlo igual que he ido a escuchar el otro. Los conciertos de órgano son una maravilla.
Los retablos bañados en pan de oro y con imágenes barrocas también son un lujo e ideales para observar detenidamente mientras se disfruta del concierto.
Una pena que mis niños no se decidieran a entrar a escuchar las canciones de gospel y decidieran quedarse en la puerta a jugar con otros niños del pueblo bajo la atenta miraba de su padre, que luego me aseguró que había escuchado perfectamente la música desde el exterior. Pero no es lo mismo. Desde dentro era totalmente diferente y mucho mejor.
martes, 25 de julio de 2017
Los patos de la plaza de los Chorros
La plaza de los chorros no se llama así, evidentemente. Así la llamamos nosotros por razones obvias. El nombre real no nos lo sabemos. Nunca nos hemos preocupado en averiguarlo. Es curioso como les cambiamos los nombres a ciertos lugares según nuestras experiencias.
El caso es que este verano hemos ido bastante para refrescarnos y variar de la piscina de vez en cuando, pero, hasta la última vez, no nos habíamos dado cuenta de que habían patos en el estanque. De hecho, yo juraría que no habían. ¿Se habrán mudado hace poco? ¿Estarían de paso?
Los niños se quedaron mirándolos embelesados tras el descubrimiento. Incluso intentaron acercarse con gran peligro de su integridad física porque el estanque está tirando a verde asquerosito y yo no metería ni una uña dentro. Pero ellos son unos valientes, así que se alongaron sobre las aguas pantanosas hasta límites insospechados. Patos no tocaron, porque tontos no son, pero recuperaron una pelota solitaria que navegaba por ahí y un palo enorme que les hice tirar sin contemplaciones.
En esas estábamos cuando llegó una señora, sacó una bolsa, de la bolsa sacó pan y empezó a tirárselo a los, de repente ansiosos patos. Muy pronto tuvo al enjambre de niños con ojos de bambi alrededor. La verdad que era una señora encantadora porque enseguida hizo trozos el pan y lo repartió lo más equitativamente que pudo entre las manitas que se estiraban hacia ella ansiosas.
Los peques se lo pasaron genial alimentando a los patos (¡como si no lo hubieran hecho nunca!), que se dejaron cebra muy a gusto. Una vez terminado el festín alzaron el vuelo y se perdieron en el aire. En busca de otro estanque, supongo yo. Imagino que deben acudir al pan de la señora y luego se piran. Eso explicaría por qué no los habíamos visto nunca antes.
Al final poco jugaron con los chorros con la novedad del estanque. Y me temí que acabaran llenos de cieno y basura, pero, felizmente, me los llevé sequitos a casa. Fue un alivio.
El caso es que este verano hemos ido bastante para refrescarnos y variar de la piscina de vez en cuando, pero, hasta la última vez, no nos habíamos dado cuenta de que habían patos en el estanque. De hecho, yo juraría que no habían. ¿Se habrán mudado hace poco? ¿Estarían de paso?
Los niños se quedaron mirándolos embelesados tras el descubrimiento. Incluso intentaron acercarse con gran peligro de su integridad física porque el estanque está tirando a verde asquerosito y yo no metería ni una uña dentro. Pero ellos son unos valientes, así que se alongaron sobre las aguas pantanosas hasta límites insospechados. Patos no tocaron, porque tontos no son, pero recuperaron una pelota solitaria que navegaba por ahí y un palo enorme que les hice tirar sin contemplaciones.
En esas estábamos cuando llegó una señora, sacó una bolsa, de la bolsa sacó pan y empezó a tirárselo a los, de repente ansiosos patos. Muy pronto tuvo al enjambre de niños con ojos de bambi alrededor. La verdad que era una señora encantadora porque enseguida hizo trozos el pan y lo repartió lo más equitativamente que pudo entre las manitas que se estiraban hacia ella ansiosas.
Los peques se lo pasaron genial alimentando a los patos (¡como si no lo hubieran hecho nunca!), que se dejaron cebra muy a gusto. Una vez terminado el festín alzaron el vuelo y se perdieron en el aire. En busca de otro estanque, supongo yo. Imagino que deben acudir al pan de la señora y luego se piran. Eso explicaría por qué no los habíamos visto nunca antes.
Al final poco jugaron con los chorros con la novedad del estanque. Y me temí que acabaran llenos de cieno y basura, pero, felizmente, me los llevé sequitos a casa. Fue un alivio.
lunes, 24 de julio de 2017
Museo Geominero de Madrid
El Museo Geominero de Madrid ha sido otro gran descubrimiento que hemos hecho los niños y yo este verano. ¡Nos ha parecido increíble! Su colección es fascinante, pero ya sólo las estancias, tan abiertas y preciosas, son un motivo para visitarlo. Cuando mis peques entraron a la sala principal, se quedaron tan alucinados que no sabían ni para dónde tirar.
Sobre sus cabezas, una gran cristalera con dibujos de escudos coronaban un altísimo techo. Desde la sala principal se puede acceder por angostas escaleras de caracol a las galerías abalconadas superiores. Excepto a la última planta, la cuarta, que no está abierta al público. Pero ya desde la tercera planta la vista es impresionante.
Los fósiles, piedras preciosas y minerales que alberga el recinto son una maravilla que despierta la curiosidad e imaginación de los peques. Los míos encontraron los cristales en los que grabó el padre de Supermán su holograma en la película de 1978, e incluso muestras de criptonita.
Sus mentes inventaron grandes aventuras con la cabeza del tiranosaurio llena de dientes pinchudos y el esqueleto del oso de las cavernas. Les brillaron los ojitos con las brillantes gemas.
Alucinaron con los meteoritos. Sólo de pensar que venían del espacio exterior ya tenían bastante. Los restos del mastodonte que yace en el centro del primer piso les tuvo hipnotizados un buen rato.
Yo pensé que se cansarían antes, pero estuvieron un buen rato admirando la colección y encontrando verdaderos tesoros ante sus ojitos. Iván se había llevado a su peluche Perrito y él y su hermano le estuvieron enseñando e inventando historias sobre todo lo que se encontraban.
Para mí que iban demasiado rápido y no me dejaron disfrutar de las vitrinas a gusto, pero con mis niños las visitas son así, urgentes y saltando de una cosa a otra a la velocidad de la luz.
Como suele ocurrir, el peque se enganchó a un terminal interactivo en cuanto los descubrió, mientras el pequeño admiraba una cuevita de cuarzo que sería ideal como casita para su perrito si le añadiéramos un mullido cojín.
Cuando Iván empezó a dar muestras de aburrimiento di por terminada la visita. Como era de esperar el mayor protestó muchísimo porque aún le quedaba un montón por ver, pero enseguida puso buena cara cuando se enteró de que regalaban de material didáctico un cd con el contenido del terminal en el que había estado cacharreando. También nos llevamos dos libritos muy curiosos sobre minerales y fósiles que les encanta ojear.
Cuando le contamos al padre nuestra visita y le enseñamos la foto tuvo claro que él también quería ir. Así que seguro que volvemos pronto.
La entrada es gratuita y el horario es de 9 a 14 de lunes a domingo.
Sobre sus cabezas, una gran cristalera con dibujos de escudos coronaban un altísimo techo. Desde la sala principal se puede acceder por angostas escaleras de caracol a las galerías abalconadas superiores. Excepto a la última planta, la cuarta, que no está abierta al público. Pero ya desde la tercera planta la vista es impresionante.
Los fósiles, piedras preciosas y minerales que alberga el recinto son una maravilla que despierta la curiosidad e imaginación de los peques. Los míos encontraron los cristales en los que grabó el padre de Supermán su holograma en la película de 1978, e incluso muestras de criptonita.
Sus mentes inventaron grandes aventuras con la cabeza del tiranosaurio llena de dientes pinchudos y el esqueleto del oso de las cavernas. Les brillaron los ojitos con las brillantes gemas.
Alucinaron con los meteoritos. Sólo de pensar que venían del espacio exterior ya tenían bastante. Los restos del mastodonte que yace en el centro del primer piso les tuvo hipnotizados un buen rato.
Yo pensé que se cansarían antes, pero estuvieron un buen rato admirando la colección y encontrando verdaderos tesoros ante sus ojitos. Iván se había llevado a su peluche Perrito y él y su hermano le estuvieron enseñando e inventando historias sobre todo lo que se encontraban.
Para mí que iban demasiado rápido y no me dejaron disfrutar de las vitrinas a gusto, pero con mis niños las visitas son así, urgentes y saltando de una cosa a otra a la velocidad de la luz.
Como suele ocurrir, el peque se enganchó a un terminal interactivo en cuanto los descubrió, mientras el pequeño admiraba una cuevita de cuarzo que sería ideal como casita para su perrito si le añadiéramos un mullido cojín.
Cuando Iván empezó a dar muestras de aburrimiento di por terminada la visita. Como era de esperar el mayor protestó muchísimo porque aún le quedaba un montón por ver, pero enseguida puso buena cara cuando se enteró de que regalaban de material didáctico un cd con el contenido del terminal en el que había estado cacharreando. También nos llevamos dos libritos muy curiosos sobre minerales y fósiles que les encanta ojear.
Cuando le contamos al padre nuestra visita y le enseñamos la foto tuvo claro que él también quería ir. Así que seguro que volvemos pronto.
La entrada es gratuita y el horario es de 9 a 14 de lunes a domingo.
viernes, 21 de julio de 2017
Recorrido turístico por Covarrubias y alrededores
Tanto he hablado de Covarrubias, el pueblo de Raúl, que creo que ya puedo hacer un post recopilatorio que sirva de guía a los visitantes de este precioso pueblo. Sólo dar un paseo por sus preciosas calles ya es motivo suficiente para dejarse caer, pero ofrece muchísimo más a sus visitantes. Dónde no pongo enlace es porque no tengo un post específico sobre esos lugares, aunque sí que los nombro en textos generales. Si algún día vais a ver el pueblo ya me contaréis vuestra experiencia.
Lugares de interés turístico:
- Botica histórica
- Río Arlanza
- El Torreón de Fernán González
- Ex Colegiata
- Museo de la Colegiata
- Princesa Kristina de Noruega
- Archivo del Adelantamiento de Castilla
- Casa de Doña Sancha
- Cruceros Góticos
- Iglesia de Santo Tomás
- Rollo Jurisdiccional
- Murallas de la Villa
- Calles y plazas
Alrededores:
- Ermita de San Olav
- El cementerio de Sad Hill
- El desfiladero de la Yecla
- La Ermita de Mamblas
- Ura
- Fuente Azul
- El Monasterio de San Pedro de Arlanza
- Santo Domingo de Silos
Fiestas más importantes:
- San Isidro (15 de mayo)
- Navidad
- La Pasión viviente (Semana Santa)
- La noche de San Juan (23 de junio)
- Spanish Olav Festival (finales de junio)
- Mercado Medieval y Fiesta de la Cereza (primer fin de semana de julio)
- Los demonios del mercado medieval (primer fin de semana de julio)
- Fiestas de San Cosme y San Damian (finales de septiembre)
- Halloween (31 de octubre)
Lugares de interés turístico:
- Botica histórica
- Río Arlanza
- El Torreón de Fernán González
- Ex Colegiata
- Museo de la Colegiata
- Princesa Kristina de Noruega
- Archivo del Adelantamiento de Castilla
- Casa de Doña Sancha
- Cruceros Góticos
- Iglesia de Santo Tomás
- Rollo Jurisdiccional
- Murallas de la Villa
- Calles y plazas
Alrededores:
- Ermita de San Olav
- El cementerio de Sad Hill
- El desfiladero de la Yecla
- La Ermita de Mamblas
- Ura
- Fuente Azul
- El Monasterio de San Pedro de Arlanza
- Santo Domingo de Silos
Fiestas más importantes:
- San Isidro (15 de mayo)
- Navidad
- La Pasión viviente (Semana Santa)
- La noche de San Juan (23 de junio)
- Spanish Olav Festival (finales de junio)
- Mercado Medieval y Fiesta de la Cereza (primer fin de semana de julio)
- Los demonios del mercado medieval (primer fin de semana de julio)
- Fiestas de San Cosme y San Damian (finales de septiembre)
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