martes, 31 de mayo de 2022
La gatoteca
lunes, 30 de mayo de 2022
Palabras de caramelo
Así comienza una preciosa historia de amor, motivación y superación enmarcada en un ambiente duro y hostil para un pueblo que vive en una tierra yerma y prestada.
Cuidado, que este relato es para emocionarse y llorar a moco tendido, pero también para reconocer la superación y la esperanza más allá de la dura realidad. Nos lo desgrana con gran maestría y un estilo maravilloso Gonzalo Moure, escrito y periodista muy comprometido con la situación saharaui.La edición "10 aniversario" es un auténtico tesoro, tanto por la calidad del tomo en sí como por las bellísimas ilustraciones de María Girón que contiene. Esta ilustradora tiene un estilo realista, pero con tintes que nos acercan a lo onírico, que retrata a la perfección el mundo en el que se mueven Kori y Caramelo.Está recomendado para niños a partir de 10 años, pero si tenéis peques muy sensibles esperad un poco más para que no se queden sólo en la tragedia de primer plano y puedan entender el mensaje subyacente.lunes, 23 de mayo de 2022
Darle un smartphone a un niño
Por ejemplo:
- Daniel, ¡qué haces en el recreo?
- Mirar cómo otros juegan
O también:
- ¿Qué tal la excursión?
- Bien, pero me aburrí en el autobús porque todo el mundo va jugando con el móvil.
Yo es que estas cosas no las entiendo. No entiendo que permitan que saquen el móvil en el instituto, ni en actividades lectivas. Que el niño tenga móvil o no, ya depende de las circunstancias de cada familia. Hay situaciones en las que los padres están más tranquilos si el peque puede llamarles en caso de necesidad, por ejemplo si tiene que coger transporte público el solo. Pero en el centro hay teléfono y no existe tal necesidad.
Y ya cuando les apuntas a una campamento en el que la única posibilidad de que contacten contigo es a través de móvil propio, te empiezas a mosquear. Dan por hecho que con 12 o 13 años ya todos tienen uno.
También es verdad que cuatro o cinco días sin que te llamen tampoco es tan raro, y que si pasa algo ya te contactarían los monitores, pero, qué queréis que os diga, al final he caído. Daniel tiene móvil.
No me hace gracia, pero a él le ha hecho una ilusión tremenda. Aunque las reglas son: Lo que digan y estimen oportuno mamá y papá. Nada de contratos, ni acuerdos que luego pueda reinterpretar y usar en nuestra contra. Que lo conocemos demasiado bien. Para empezar el móvil entra dentro del tiempo de pantallas. Puede elegir entre el móvil, la tablet, el ordenador o una consola. Cuando no está dentro del tiempo de pantallas, el móvil está en la mesa del estudio de papá. Y apagado, claro.
Aunque somos bastante blandos porque ahora que todos tienen se hablan mucho por whatsapp y a veces le dejamos consultar el chat de los amigos fuera del horario de pantallas.
Cuando queda con los amigos en el parque se lo lleva porque juegan al escondite con él. Se recorren el barrio poniendo fotos de donde están en sus estados de whatsapp.
Cualquier día nos llevamos un disgusto porque lo ha perdido o se le ha roto. Me lo estoy temiendo. Porque tengo claro que un móvil no es un juguete ni está hecho para las manos de un niño, pero al final la sociedad acaba imponiendo sus exigencias. Sin móvil acaban desconectados del grupo.
De lo que no se ha librado el peque es de las charlitas sobre uso, abuso y peligros. Se la hemos tenido que dar en varias dosis porque cada una daba lugar a preguntas y debates varios. Y así mejor, porque si es algo largo y unilateral seguro que nos desconecta a los dos segundos y la liamos.
Hemos intentado meter las charlas en conversaciones normales: cuando comentamos una noticia, algo que ha pasado en el cole o algo que le interese y vemos que cuadra, le metemos las perlas de sabiduría o la moraleja.
Sobre todo, que tenga claro que todos, sus amigos incluidos, tienen derechos de imagen y de privacidad, y que vulnerar cualquiera de las normas o leyes supone retirada inmediata del móvil por falta de responsabilidad.
Qué difícil es todo, aunque por ahora no hemos tenido más problema que pasarse de listillo con los turnos de pantalla. Que ya lo hacía antes.
Y el pequeño frotándose las manos porque ya sabe que la fecha límite para tener su móvil es el tercer trimestre de 1º de la ESO.
Que asco da a veces la tecnología.
viernes, 20 de mayo de 2022
Skandar y el ladrón del unicornio
De hecho, la mítica especie ha sido controlada durante mucho tiempo por los isleños con discrección, pero la cosa se les ha ido de las manos y ya no es posible proteger el secreto de tales fuerzas elementales desatadas.
El protagonista de la historia, Skandar, vive en un mundo en el que el mayor privilegio es conectarse con uno de estos temibles bichos y convertirse en su jinete para evitar que se asalvajen y arrasen con todo. Claro que hay mucho más bajo esta premisa inicial, pero no os quiero spoilear nada.
Dentro de que el argumento a veces cae en hilos previsibles y típicos (no olvidemos que es una lectura infantil juvenil recomendada a partir de 9 años), no carece de giros y situaciones llenas de suspense y emoción. El protagonista está muy trabajado, no tanto el coro que le hace de comparsa, aunque cumplen muy bien su papel dándole más registros a la historia.
No se puede negar que el libro engancha de principio y a fin. Y que la manera en la que nos va presentando las diferentes situaciones y misterios están muy bien resueltas. Casi sin darte cuenta, te van pintando un cuadro cada vez más complejo y lleno de detalles curiosos que nos va dando una visión dinámica del mundo de fantasía en el que nos introduce.En el primer tomo, nos presentan el universo, a los personajes que vamos a acompañar, el inicio del argumento de fondo y la historia auto conclusiva con una narración muy ágil, ya que combina muy bien la acción con la descripción y ambientación.
Entre sus páginas encontraremos muchos hilos de los que seguramente tirarán más adelante y que nos dejan con ganas de más, aunque la historia principal tenga su desenlace al final del tomo. Pero, ¿cómo se llegó a esta situación? ¿Qué esconden los mandatario de la Isla? ¿Cuál es la situación real con respecto a los unicornios salvajes? ¿La humanidad vuelve a correr peligro? ¿Cuál es el origen real de Skandar y su hermana?...
Son interrogantes que estamos ansiosos por ir desentrañando poco a poco a medida que se publiquen los siguientes tomos sobre las aventuras de los intrépidos jinetes de unicornios.
lunes, 9 de mayo de 2022
Pinto Geek, unas jornadas de juegos muy completas
CuBirds
Número de jugadores: de 2 a 5
Edad recomendada: Más de 8 años
Duración aproximada: 20 minutos
CuBirds parece sencillo a primera vista, pero tiene su miga. Una miga enorme, porque hay que pensarse muy bien cada acción y tener muy claros los objetivos.
Empezamos el juego con cuatro filas y tres columnas de pájaros. En cada fila debe haber al menos dos especies diferentes.
Se reparten ocho cartas a cada jugador y comienza el juegos para atrapar pájaros, juntar manadas grandes o pequeñas y conseguir los objetivos para ganar, que no obtener siete pájaros diferentes o dos tríos de pájaros.
¿Cómo se consiguen? juntando un número concreto de pájaros de la misma especie (que se indica en cada carta) en tu mano. Si consigues el número mínimo te quedas un pájaro de esa especie frente a ti. Si consigues el número mayor, te quedas dos. Ya estarías más cerca de conseguir el trío.¿Cómo se atrapan los pájaros? Tienes que poner un pájaro de tu mano en una de las líneas y te llevas todos los pájaros que haya entre tu pájaro y el siguiente pájaro de la línea que sea igual al que has bajado. Si no tienes ningún pájaro para hacer el combo o no te interesa hacer combos, por lo que sea, colocas un pájaro en la fila que quieras (que no haya de esa misma especie) y robas dos cartas del mazo.
Cuando te llevas pájaros de la línea y dejas sólo una especie o ninguna hay que rellenar con cartas del mazo hasta que vuelvan a haber dos especies. Las líneas pueden ser todo lo largas que se requiera.
Te dejas las neuronas pensando en las mejores jugadas. Y aún así perdí. Snif.
La tripulación
Número de jugadores: de 2 a 5
Edad recomendada: Más de 10 años
Duración aproximada: 20 minutos
La Tripulación me ha flipado. Cada fase es muy diferente a la anterior porque cambia los objetivos, aunque la mecánica siempre sea el mismo. Los jugadores deben tirar la carta del palo que se juegue. El reto es que el juego es cooperativo y hay que intentar que el jugador que tenga objetivos los cumplan. Para ello, tendremos que intentar jugar a palos que no fastidien los objetivos para deshacernos de las cartas más alta del palo que persigue uno de los jugadores, con el fin de despejarle el camino. Es mucho más difícil de lo que parece. Nosotros perdimos en nuestra tercera misión. ¡Y hay 50!
Sushi Go Party
Número de jugadores: de 2 a 8
Edad recomendada: Más de 8 años
Duración aproximada: 20 minutos
A Sushi Go hemos jugado muchísimas veces porque es uno de los juegos preferidos de Daniel. Y fue por él que tuvimos que coger éste juego en la ludoteca frente a la oposición del resto de la familia. No es que no nos guste, nos encanta, pero es que lo conocemos de sobra y nos gusta probar cosas nuevas.
Se puso tan cabezón que no quedó otra que preparar platos japoneses para sumar el mayor número de puntos. La verdad es que es una opción que siempre triunfa.
En la versión party hay varias opciones para sumar esos puntillos ganadores y hay que construirse el mazo antes de empezar a jugar. Una vez hecho, se reparten la carta y se sigue la mecánica de elegir una carta, ponerla en tu zona de la mesa y pasar la mano al jugador de la izquierda; elegir otra carta, colocarla frente a ti y pasar la mano... Y así hasta que todas las cartas estén sobre la mesa. Entonces se suman los puntos obtenidos con los combos.Se juegan tres rondas y los postres sólo puntúan en la ronda final. Eso sí, puntúan mogollón, así que puede valer la pena ir sacándolos desde el principio aunque sumes menos puntos en esas sondas. Lo importante es la puntuación final.
Unánimo
En las jornadas nos encontramos a Manu Palau, de Brain Picnic y Zacatrus, haciendo demostraciones de sus juegos y nos sentamos con él a jugar a Unánimo.
¡Qué risas! Es un juego fácil de entender, rápido en preparar y muy divertido. Se reparten tarjetas a los jugadores y se saca una carta con un dibujo. Según el dibujo tendremos que escribir ocho palabras relacionadas en nuestro cartón, que, posteriormente leeremos en voz alta para saber con cuantos de los jugadores hemos coincidido escribiendo la misma palabra. Si la hemos escrito dos nos llevamos dos puntos por esa palabra; que hemos coincidido tres, pues tres puntos; que con cuatro, pues cuatro puntos... Y así dependiendo del número de jugadores. Sencillo y muy resultón. Nos gustó mucho.
Cartografos
Y terminamos las jornadas apuntándonos a un torneo de Cartógrafos. No conocíamos el juego y nos pareció muy interesante. Consiste en crear un mazo de patrones y enemigos que cambia en cada partida y, durante las cuatro estaciones del año, deberemos colocar unos patrones que se van descubriendo en esas cartas en nuestro mapa con el fin de conseguir unos objetivos que también cambian en cada partida. Cada estación deberemos perseguir dos objetivos sin perder de vista el resto porque en la siguiente estación el segundo objetivo se convierte en el primero y vuelve a puntuar. ¡Vamos! Que es un juego rompe neuronas de encajar fichas de tetris, pero teniendo en cuenta muchos otros elementos. Además, cuando en el mazo sale un enemigo, tienes que pasar tu mapa al compañero que se indique ene la carta para que te los ponga en el peor sitio, te reviente al máximo y te haga restar mucho puntos de victoria.
Y aún quisimos jugar a otro juego, pero se nos echó el tiempo encima y nos fuimos muy tristes por no poder quedarnos más, pero los peques están en exámenes y no podemos disponer de todo el fin de semana como se nos antoje.