Boolino sigue leyéndonos la mente. En éste caso a mi niño mayor. Poco después de que me llegara un paquetito con una actividad fascinante (a ver si adivinais...), Daniel expresó su deseo de hacer uno. Algo habría oído en el cole. Digo yo.
Le prometí muy contenta que al día siguiente lo haríamos, pero el tiempo jugó en nuestra contra y lo hemos tenido que ir postergando hasta ahora.
Estaba yo trabajando como una loca furiosa delante del ordenador,, cuando apareció el peque a mis espaldas proclamando a voz en grito que se aburríiiiiiia. "Cariño, ¿Y qué quieres que haya yo? Tengo que terminar esta propuesta y comenzar con otras mil cosas más" le contesté un pelín estresada. "Pero tú me dijiste que íbamos a hacer una árbol genealógicoooo..." protestó enérgicamente. ¡Tate! Tenía razón, así que le saqué la actividad de Boolino y le dejé completando caritas mientras yo volvía a mi tecleo descontrolado. Al poco le tenía allí de nuevo.
"Mamiiiiii", venía gritando desde el pasillo, "En el árbol hay tres casillas. Aquí abajo, pero yo sólo tengo un hermano. ¿Y en la otra que pongo?".
"Puedes poner a Fantasma o dejarla en blanco. Lo que más te guste", le propuse. "Valeeeee" asintió volviendo a la tarea.
Al rato volvía a tenerlo a mis espaldas preguntando porqué habían tantas casillas para papás si él sólo nos tenía a nosotros dos. Le expliqué que el resto de casillas era para rellenar con tíos. "Aaaaah... Y exáctamente quienes son mis tíos". Le recité la retahíla de familiares en medio minuto para que eligiera a quien poner en las ramas correspondientes. En realidad, no son tantos. Más feliz que una perdiz siguió construyendo su árbol.
Minutos después me volvía con otra duda, "¿Mami? ¿Dónde pone abuelos dibujo esqueletos?" Aaarg que mal rollo. "No, cariño", le contesté enseguida, "Yo creo que mejor dibujas a las bisabuelas, porque no hay más huecos y les va a hacer ilusión figurar". Le convencí enseguida, porque él tampoco estaba muy conforme con el tema de los esqueletos abuelos.
¡Y por fin me vino con el árbol terminado! Buenos, más o menos, porque a Raúl y a mí nos ha cambiado el nombre. A partir de ahora me podéis llamar Dazili, y a Raúl, Raulu. A José, el novio de mi hermana le falta un ojo. A Marian, la mujer de mi hermano la ha puesto gafas porque ella lo vale. A la bisabuela Paca, la ha radicalizado con un Paka cañero... Yo creo que ha mejorado mucho a la familia jajaja
Qué risa lo de los abuelos esqueletos, jajajaja! Es que se les ocurre cada cosa... XD
ResponderEliminarMuy buena actividad, un día a ver si la organizo para Peque!
Muas!
Es que se le ocurren unas ideas a este...
EliminarMenos mal que estamos todos vivitos y coleando en el árbol. Como me despiste me lo llena de zombies o algo así
Es una actividad muy chula, porque, con seis años Daniel tenía un lío tremendo en la cabeza con respecto a la familia y yo no me había dado cuenta
Hola Dazili; qué risa con el árbol genealógico que diseñaron. Por lo menos lo pasaron super bien. Seguimos en contacto
ResponderEliminarJajaja Veo que ya utilizas mi nombre en clave. Sí que no echamos unas risas con la actividad :D
EliminarOs ha arreglado a todos! Jajajaja, entre cambios de nombre y nuevos complementos (o carencias de miembros...). Qué tio! Un beso
ResponderEliminarMe parece que le apetecía tener una familia monster en vez de una normal jajaja
EliminarBesos!!!
Siempre me han encantado los arboles genealogicos, me parecen una actividad genial para entender parentescos con los niños. Y me da que tus retoños lo que quieren es que les traigas un hermanit@ para rellenar huecos jajajja
ResponderEliminarCon el gato van que chutan jajaja
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