Las Cartas a los Reyes Magos

Por falta de tiempo hemos ido alargando el tema Cartas a los Reyes. Otros años, a estas alturas ya íbamos por la segunda o tercera carta. Y los niños ya se estaban mosqueando bastante. "Mamaaaaaa, que no va a dar tiempo a que lleguen" me repetían todos los días. Y total, no cuesta nada cargarles de catálogos, tijeras y pegamento para que se hagan sus recargadísimos collage. Lo que cuesta en verdad es el lavado de cerebro para que pidan juuuuuusto el juguete que sabes que los Reyes Magos tienen en Stock.

Pero ante la presión infantil les dejé sólos con todos los materiales y me fui a adecentar mi casita cual ratita presumida. Pero poco tardaron en llamarme para reclamarme que en esos catálogos no había nada de plantas contra zombies. "Pues dibujáis lo que no haya y ya está" solucioné rápidamente. Daniel, para mi sorpresa, decidió escribir en vez de dibujar, pero, claro, para eso me necesitaba a su ladito. ¡Que listo!

Ya de perdidos al río y comencé con mi lavado de cerebro. "Miiiira Iván. Un set veterinario para curar a tus peluches. ¿No te gustaría tener uno?", "Síiiiiiiiiiii" gritaba el aludido como un poseso tijera en mano. "¿Y tú Daniel no querrías algún molde curioso para galletas? ¿O algo para fabricar piruletas o chuches?". Daniel se quedó pensando un momentito en el que el tiempo se paró. Ay, ay, ay. Crucé los dedos y contuve la respiración. "Mmmmm... No sé, no sé. ¡¡¡Síiiii!!! Quiero cosas para cocinar: un cuchillito, una sartén, cacerolas, una batidora... Mejor una cocina de verdad para mí sólo...". ¡¡¡¡¿Cómo?!!! Me temo que va a haber un niño muy triste este seis de enero. "Pero cariño, ¿dónde vamos a meter una segunda cocina en esta casa?" le contesté intentando que entrara en razón (y pidiera los moldes para galletas). "Bueeeeeno", se conformó, "pero el cuchillito, sí".

Y ya lleva unos cuantos días emocionado porque los Reyes Magos le van a traer un cuchillito. A ver ahora que se inventan sus majestades porque quiero a mi hijo feliz sin armas punzantes en las manos.