Huyendo del calor nos hemos dado el salto al pueblo, que, al estar en la provincia de Burgos, los grados bajan bastante. Aún así nos ha hecho mucho calor. Así que el primer fin de semana nos lo pasamos casi todo el tiempo en el río.
Allí los peques se lo pasan genial y los mayores nos refrescamos de lo lindo. Normalmente, nos congelamos de los lindo, pero en esta ocasión el agua estaba hasta buena. Se nota que no había llovido en el caudal, el nivel y la temperatura.
Y que la temporada de bañistas acababa de comenzar por la superpoblación de cangrejos y peces. Todavía no había llegado el grueso de sus depredadores principales: los niños. Se me ocurrió comentar esto último en voz alta y mis churumbeles me miraron con cara de santitos, aunque luego fueron de los primeros en darles caza.
Afortunadamente, creo que al final lograron escapar todos de la jaula de piedras que les habían construido. Eso espero al menos. Cuando les digo si les gustaría que se lo hicieran a ellos ponen cara de angustia, pero no cesan en sus actividades acosadoras. Daniel se llevó algunos merecidos pinzazos que le sirvieron para mejorar su técnica de caza.
Cuando se cansaron, se dedicaron al chapuzón puro y duro y a saltar de piedra en piedra como espíritus libres.
Al pobre Iván enseguida se le mete el frío del agua hasta los huesos y cuando le veo tiritar lo saco del agua antes de que se le pongan los labios azules (que se le pueden llegar a poner. Doy fe). Entonces, le convenzo para que juegue conmigo a hacer música con los palos y piedras que encontramos o a construir castillos de piedras cuanto más altos y grandes mejor.
El siguiente fin de semana que paramos por el pueblo, lo primero que hicimos fue darnos el salto al río. Pero ocurrió algo que nos tiene lejos del agua por una temporada corta.
ay, que nos dejas con el suspense de lo que ocurrió, habrá que estar pendiente mañana del blog ;)
ResponderEliminara mi peque también se le llegan a poner los labios morados cuando coge frío, de hecho, le basta una clase de natación de 30 minutos para que se le pongan
A este igual. A los 30 minutos me sale azul de la natación y tengo que ponerle debajo del secador aunque sólo sea para que recupere el color ainss.
EliminarCon Iván nos pegamos un susto tremendo. Te lo cuento mañana, pero si quieres te lo cuento ya. Muacs
Uix, ya nos contarás, qué susto...
ResponderEliminarEn las fotos se los ve felices de la vida con el chapuzón!
Muas!
Síii, es que estábamos la mar de felices. Con el calor que hacía el río nos venía de miedo. Además el agua no estaba congelada como viene siendo lo normal
EliminarEy, que lo de dejar a la gente con la intriga es cosa mía. Jajajaja. Tengo que enterarme de qué fue lo que os pasó. Besotes!!!
ResponderEliminarJajajajaja tienes razón sensei ;)
EliminarSólo soy una aficionada.
Ahora os cuento lo del accidente
voy a la aventura del prox post, pero.... antes decir ¡me encanta vuestra embarcación!
ResponderEliminarMuchas gracias!!! Yo hace siglos que no me monto por deferencia a los salvajes de mis niños jajaja
EliminarPero cualquier día me hago con ella y me voy solita a buscar la paz de la parte profunda ;)