Ya tenemos a los peques vacunados y a salvo de un ejército de virus y gérmenes indeseables. La enfermera me dio hora para los dos el mismo día para facilitarme las cosas. Se agradece. Sobre todo, porque conseguir esa hora fue casi una misión imposible. Supongo que porque la revisión del programa del Niño Sano de los chicos coincide siempre con la campaña de vacunación de la gripe y la pobre debe estar hasta arriba.
Ninguno de los dos fieras quería que lo pincharan, pero el hermano mayor tomó el papel de protector absoluto y tranquilizó un poco a su hermano. No le mintió. "La vacuna duele Iván. ¡Y mucho! Pero sólo es un segundo y luego mamá te compra una cosa" ¿Hay algún argumento mejor para infundir valor a su hermano?
Los chiquillos entraron con paso firme en la consulta a pesar de lo mal que les sonaba la palabra vacuna. Daniel, tras una momento de vacilación, se presentó voluntario para ser el primero en recibir la banderilla. Días antes, su preocupada mamá, les había metido los capítulos de "Érase una vez la vida" hasta en la sopa para que supieran por qué era necesario pasar por el mal trago, así que mi primogénito no perdió la oportunidad de poner a las dos enfermeras la cabeza como un bombo con su sapiencia sobre el cuerpo humano. Las chicas se mondaban, pero a mí me estaba volviendo loca. "Veo que no tiene problemas de socialización" me soltó la enfermera titular muerta de la risa.
Mientras, Iván revolvía entre los juguetes de la consulta tan a gusto. Lo que más les gustóa los dos fue que les tomaran la tensión porque les dijeron que les estaban midiendo la fuerza y que estaban muy fuertes. Y lo que menos, el pinchazo, claro. Daniel no derramó ni una lágrima y nos aseguro que le había dolido menos de lo que pensaba, pero Iván se puso como un loco. Se ve que la vacuna de los cuatro años duele más que la de los seis. Y al pobre aún le toca la de la gripe dentro de un mes.
La enfermera me aseguró que mis hijos estaban más sanos que manzanos y en los percentiles correspondientes, así que me fui de allí muy tranquila y con dos niños con mucha prisa por llegar al kiosco y elegir su premio por haberse portado tan bien.
ay, a mi peque le tocaron las de los 4 años en Septiembre y tampoco le gustaron nada de nada, de hecho todavía se acuerda :( mucho ánimo, porque imagino que para la de la gripe Iván no va a ir muy colaborador que se diga
ResponderEliminarNo creo que vaya muy contento, no. Pero como le he prometido un zombling a la salida a lo mejor se resigan un poco. ¡Vamos a ver! Incluso Daniel se acuerda del pinchazo de los cuatro años. Debe doler mucho :_(
EliminarYo tengo suerte, Peque se porta en el médico mucho mejor que cuando me toca ir a mí. :P
ResponderEliminarOle esos manzanos sanos!!
Muas!
Pues es una grandísima suerte. Mis chicos van felices al médico si no hay pinchazos de por medios, aunque tuvimos una época... No me quiero ni acordar!
EliminarLo de que estén sanitos es lo mejor de lo mejor jajaja
Hola: Lo mejor es que están sanos como robles. Seguimos en contacto
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Que tranquilidad!!!
EliminarMira que buen aliado tiene con tu mayor. No sólo son dos trastos, también ayudan ;)
ResponderEliminarBesitos
Síiiii. Se me cae la baba con eso detalles entre hermanos :D
EliminarValientes y sanotes!!! Aunque pobres!! Daniel por aguantar e Ivan porquè dolía!!! Ay las vacunas!!! Pero se han de poner!!! besos
ResponderEliminarPues sí. No queda más remedio. Y ahora sólo les queda el recuerdo, los zomblings y unas cartas Sandokai jajaja
EliminarLo de las vacunas es un dramón para Rosquis,espero que algún día tenga el coraje de los tuyos, dos niños traviesos, pero bien sanos!!! besitos!
ResponderEliminarYo creo que es un drama para todos. A quien le gusta que le pinchen??! A mi noooooo XS
EliminarBesos!!
Pobrecitos, si es que duelen mucho, menos mal que luego se les pasa pronto.
ResponderEliminarMenos mal!! Porque es un mal trago, pero tan necesario...
EliminarPues menos mal que ya pasó ,pues la verdad es un pinchazo doloroso que aguantan como campeones.
ResponderEliminarAl mío pequeño cada tres meses le tocaba análisis para la tiroide desde pequeñito ,así que está frito a pinchazos el pobre ,se lo to a con resignación .