viernes, 30 de junio de 2017

A falta de plastilina bien viene masa de harina

En verano los niños se aburren.... y mucho. Tengo claro que eso es bueno para ellos. ¡Pero para mí no tanto! Tantas tareas que hacer y encima los tengo todo el día en la chepa preguntándome que hacen. "Me abuuuurro, mamiiiiii", "¿Qué puedo hacer ahora?", "Mamiiiiii, dame alguna ideaaaa". Y las ideas de mami les entretienen cinco minutos, minuto arriba minuto abajo, y otra vez a la carga.

La mayoría de las veces les digo que se busquen la vida o les pongo a limpiar y a recoger. Eso me vale para alejarlos un ratito por si me da por cumplir la amenaza. ¡Que poco les gusta recoger!

El otro día se me ocurrió sacarles la plastilina, que lleva ya meses y meses acumulando polvo. Herramientas, menaje, moldes, utensilios... tiene de todo. De todo... Menos plastilina, por... oh sopresa, sorpresa: ¡Estaba seca!

Que poco dura. Y eso que ya les he comprado de todas las marcas. En fin. Que me miraron con esa cara que ponen ellos de "Esto es un timo", con lo que hubo que poner las neuronas a trabajar rápido porque yo tenía cosas que hacer.

"Si... Bueno... Estoooo... ¿Y si en vez de plasti os doy masa de harina?"
"Síiiiiiiii"

Vale. Ya sé que hay ciento mil recetas por internet de plastilina casera, pero no me sobraba el tiempo. Tenía la comida a medio hacer, el suelo a medio fregar y una lavadora por tender, así que cogí harina, agua, mezclé y listo. Ya teníamos el material.

Los peques estaban encantados y allí estuvieron pringando y gorrineando en la mesa del comedor hasta que se cansaron y me llamaron para ver sus obras de arte. Daniel había hecho un sistema solar. E Iván una serpiente, una bola, un avión y una boca. ¡Muy original!

Me pusieron ojitos de bambi para que dejara secar sus creaciones y estuvieron rogando un ratito hasta que accedí y las puse en un rincón de la encimera. ¡Ya verás cuando las descubra el padre! La cara que me va a poner. En fin. De todas formas les he advertido que lo que han hecho es arte efímero. Para que no hagan muchas ilusiones de que vaya a ponerlo en un estante de adorno.

jueves, 29 de junio de 2017

El día que se comieron a Luis

A mis chicos les llama muchísimo la atención los libros delirantes con historias imposibles como el que hoy nos ocupa. "El día que se comieron a Luis" nos lo dio a conocer una cuentacuentos estupenda en una biblioteca municipal. Cuando acabó la sesión corrimos a cogerlo por insistencia de mis peques, pero... ¡ya había volado!

Nos costó bastante tiempo dar con él porque siempre estaba prestado, pero, tras muuucho tiempo preguntando por él cada vez que nos pasábamos, conseguimos pillarlo. ¡Uauuuu! Que emoción. ¡Por fin!

A lo mejor todo ese esfuerzo invertido ha hecho que a mis peques les guste más todavía. No sé, pero el caso es que les fascina. Y se pueden pegar horas y horas mirando y repasando qué monstruo se come a qué monstruo. Porque este es un libro de zampar y mucho. También es la historia de una niña muy valiente y con recursos ilimitados que se enfrentará a lo que sea con tal de sacar a su hermanito de varias tripas.

¡Que mala suerte que se cruzaran con el insaciable Comilón en su paseo en bici por el bosque! De un bocado. ¡Nam! Luis acabó en su tripa. Pero esto no va a quedar así porque Sara atravesará oceanos, montañas, desiertos y lo que se tercie para salvar a su hermano. Y tiene un plan. No os creáis.

Las ilustraciones son muy graciosas. Hasta los temibles monstruos llegan a parecer monos y todo. La verdad es que es un libro muy original.


miércoles, 28 de junio de 2017

El accidente en el río de Iván

El viernes, nada más llegar, nos fuimos de cabeza al río. No hacía un calor asfixiante, pero tras el éxito del finde pasado los peques estaban deseando volver. Así que allá nos encaminamos más felices que perdices.

Lo estábamos pasando genial. Los chiquillos jugando con su padre en el río y yo disfrutando de uno rato de tranquilidad tras una inmersión agradable y cortita. De repente vi como Raúl me hacía señas. Iván se había cansado de bañarse y quería que le llevara a la orilla de la manita. Muy propio de un niño mimoso de cinco años.

Fui a por él y pretendía llevármelo a la orilla cuando vio que su padre se alejaba con su hermano río arriba en una barquita hinchable. "Joooo. Yo también quería", se quejó el peque. ¡Que raro! En fin. Para no disgustarle, le propuse vadear el río por la orilla y hacer señas a su padre para que le recogiera más adelante.

En un punto de la orilla hay una cuerda atada a la rama de un árbol para que los más valientes se tiren al agua cogiendo impulso. Ahí descubrió Iván la escalera. "¡Mira mami!" desde aquí puedo bajar al agua. Dicho y hecho. Con tan mala suerte que al bajar se hizo una raja en la pierna bastante considerable. Cuando me acerqué a sacar al lloroso niño me di cuenta de que la escalera estaba totalmente oxidada.

Más blanca que un papel corrí al bar que hay en la "playa" del piélago para pedir alcohol, agua oxigenada o hielo para cortar la hemorragia. pero cual no fue mi sorpresa cuando la camarera me aseguró, casi sin mirarme, que ni tenía botiquín ni me podían ayudar en nada.

Más asusta que indignada (que lo estaba y mucho). Metí al peque al río para ver si dejaba de sangrar la herida. Un poco logramos parar la hemorragia, pero no del todo. Como el padre no se enteraba ni del No Do allá por la otra punta del río. Decidí marcharme corriendo con Iván a casa para ponerle agua Oxigenada a litros. Le pedí a unas niñas muy amables que avisaran a mi marido de lo qie había pasado y corrí hasta la casa.

Allí la abuela de Raúl le limpió muy bien la herida al chiquillo. Cosa que le agradezco porque yo ya estaba como un flan. Se ofreció a ponerle crema y vendarla para que cerrara bien, pero yo preferí acudir a la Farmacia del pueblo a por consejo. Y que no hay centro de salud.

Cuando llegué la farmacéutica nos dijo que echarle agua oxigenada es lo mejor que se puede hacer en un primer momento, pero que ahora el tema era llevarle a urgencias a un pueblo cercano. La verdad es que nos trató con muchísima amabilidad. nada que ver con la chica sin una gota de empatía del bar. Debe ser que el botiquín es como el baño: sólo para clientes.

Dejé al peque al cuida de su bisabuela y corrí a por el padre. No lo creeréis, pero cuando llegaba al río justo estaba saliendo del agua el pater. Daniel y él se habían pegado todo ese tiempo navegando tranquilamente. Nada más asomar yo la nariz vi como las niñas le estaban informando de la situación. ¡Que majas!

Raúl se dio la vuelta para irse corriendo a casa y justo me vio. Le puse en antecedentes por el camino. Daniel se ponía blanco por momentos. "¿Pero está bien? ¿Pero le duele mucho? ¿Pero la herida es superextramegahorribleeeee? ¡¡¡Yo no quiero verla!!!".

Ahora al que dejamos en manos de la bisabuela fue al mayor y nos fuimos volando a urgencias de Lerma porque ya se nos hacía tarde y no sabíamos si era 24 horas o si cerraba a alguna hora. Nos atendieron enseguida. La médico y la enfermera fueron encantadoras y el niño no pasó miedo en ningún momento. Al contrario, se ganaron totalmente su confianza. Y eso que iba con mucha desconfianza por lo que le pudieran hacer.

Le hicieron una cura en profundidad, le pusieron una cosa para desinfectar, le vendaron, le mandaron antibiótico y nos mandaron a casa con a recomendación de que le viera su médico de regreso a Madrid.

Por supuesto, al peque se le acabó el río para todo el finde porque la venda no se podía sumergir.

El lunes fuimos a la consulta y la cosa no fue nada bien para el peque. La enfermera le trató con todo el mimo del mundo, pero nadie le quitó el dolor del tirón de los esparadrapo y el pinchazo de la vacuna antitetánica que le tocaba a los seis años y que adelantó tres meses por si acaso. Al día siguiente le tocó otra cura y ahora se la vamos limpiando nosotros desde casa. Hasta la próxima semana no se podrá dar un chapuzón, pero lo más importante es que no se le infectado en un primer momento y no parece que el óxido le haya afectado internamente.

¡Menos mal! Vaya susto. En cuanto pillemos el Ayuntamiento de Covarrubias abierto iremos a avisar de que existe ese peligro en el río.

martes, 27 de junio de 2017

Contra el calor bien vale un río fresquito

Huyendo del calor nos hemos dado el salto al pueblo, que, al estar en la provincia de Burgos, los grados bajan bastante. Aún así nos ha hecho mucho calor. Así que el primer fin de semana nos lo pasamos casi todo el tiempo en el río.

Allí los peques se lo pasan genial y los mayores nos refrescamos de lo lindo. Normalmente, nos congelamos de los lindo, pero en esta ocasión el agua estaba hasta buena. Se nota que no había llovido en el caudal, el nivel y la temperatura.

Y que la temporada de bañistas acababa de comenzar por la superpoblación de cangrejos y peces. Todavía no había llegado el grueso de sus depredadores principales: los niños. Se me ocurrió comentar esto último en voz alta y mis churumbeles me miraron con cara de santitos, aunque luego fueron de los primeros en darles caza.

Afortunadamente, creo que al final lograron escapar todos de la jaula de piedras que les habían construido. Eso espero al menos. Cuando les digo si les gustaría que se lo hicieran a ellos ponen cara de angustia, pero no cesan en sus actividades acosadoras. Daniel se llevó algunos merecidos pinzazos que le sirvieron para mejorar su técnica de caza.

Cuando se cansaron, se dedicaron al chapuzón puro y duro y a saltar de piedra en piedra como espíritus libres.

Al pobre Iván enseguida se le mete el frío del agua hasta los huesos y cuando le veo tiritar lo saco del agua antes de que se le pongan los labios azules (que se le pueden llegar a poner. Doy fe). Entonces, le convenzo para que juegue conmigo a hacer música con los palos y piedras que encontramos o a construir castillos de piedras cuanto más altos y grandes mejor.

El siguiente fin de semana que paramos por el pueblo, lo primero que hicimos fue darnos el salto al río. Pero ocurrió algo que nos tiene lejos del agua por una temporada corta.

lunes, 26 de junio de 2017

La noche de San Juan en Covarrubias

Hemos pasado la noche más corta del año en el pueblo de Raúl. Sabíamos que algo organizarían porque en Covarrubias siempre hay un plan molón que hacer. No nos equivocamos. Aquella noche teníamos verbena, chocolate y hoguera.

En cuanto escucharon las dos últimas palabras mis churumbeles tenían claro que querían ir esa noche a la plaza. Como están de vacaciones no les pusimos ningún impedimento y después de cenar nos acercamos a la verbena.

Había poca gente, pero de lo más animada. Enseguida los niños se pusieron a bailar. El pequeño no se despegó de mí, como suele ser habitual. Estuvimos bailando juntos todo el tiempo y no dejó que el àdre ocupara su lugar, como mucho bailábamos los tres juntos, pero tampoco es que le hiciera mucha gracia.

El mayor sí que se acercó al grupo de los niños a bailar como indicaba la cantante. Que si para un lado, que si para otro, que si pikipikipiki... Se lo estaba pasando y pipa. Cuando acabó la sesión infantil no quiso regresar con sus padres. Todo lo contrario que su hermano, él nos huía como de la peste.

Hasta que encendieron la hoguera y consintió en sentarse con nosotros mientras veíamos el espectáculo de llamas. Pero duró poco porque alguien dijo chocolate y allá que fue disparado mi primogénito. Tanto que se puso el primero en la cola. No le importó nada que el resto de la familia estuviéramos unos puestos más hacia atrás.

Con el chocolate y los bizcochos nos volvimos a sentar en el suelo mientras volvía a sonar la música. Nos tomamos nuestras viandas muy a gustito y ahí fue cuando notamos que Iván se nos estaba quedando frito. A pesar de sus protestas me lo llevé a casa y lo metí en la camita. En la mía, porque decía que si no estaba Daniel a su lado no se iba a su habitación de la casa del pueblo.

Así que lo tumbé a mi lado un ratito. La idea era que cuando llegaran el padre y Daniel lo pasáramos a su cama, pero yo también me torré y los juerguistas se metieron en la habitación de los niños sin más. Así que me pegué toda la noche recibiendo patadas del culebrilla del pequeño. Madreeee. Como se mueve este niño. En un momento dado hasta pensé que estaba despierto, pero que vaaaaa. Ni me contestaba ni reaccionaba a mi voz, pero se seguía moviendo buscando la mejor postura. Que debía ser la de echar a mamá de la cama porque tuve que cambiar de lado al menos un par de veces para no caerme en el abismo.

Al día siguiente tenía más ojeras que los dos que se habían quedado hasta que apagaron la hoguera.

sábado, 24 de junio de 2017

Peluqueros de pelusillas

El finde pasado tocó pelar a los peques porque ya tenían unas matas nada acordes con las temperaturas infernales que venimos sufriendo de un tiempo a esta parte. El padre cogió la maquinilla, los sentó en el patio de la casa de su abuela y les descargó siguiendo las indicaciones de cada churumbel. Porque resulta que ya saben exáctamente lo que quieren y no vale con rapar así, a lo loco.

Iván creo quedó bastante bien, pero Daniel, como siempre se dejó muchísimo pelo por la parte de arriba de la cabeza. De nada me sirvió discutir con su padre para que le cortara más. "Que el niño lo quiere" y de ahí no le saqué. En fin, que tuve que conformarme a pesar de que sé que le va a dar calor y que tendremos que volver a cortar en breve.

Tras los niños le tocó el turno a Raúl. Le relevé a la maquinilla y se preparó para que le cortara el pelo. Mientras tanto, los chiquillos se habían hecho con las tijeras y el cepillito que viene en el set y se dedicaban a labores de peluquería con las enormes pelusas que iban reuniendo. Se lo estaban pasando pipa. Y lo mejor es que hacían turnos y cada vez a uno le tocaba ser peluquero o ayudante. Así da gusto y cuando se pelean por la más mínima tontería.

Eso sí, pusieron todo hecho un cristo con los pelos y luego nos tocó a nosotros intentar adecentarlo de nuevo.

viernes, 23 de junio de 2017

Superjuegos, pasatiempos y chascarrillos del Capitán Calzoncillos

¿Conocéis al capitán calzoncillos? Pues ya estáis tardando. Sobre todo porque ahora hay peli y ya no tenéis la excusa de que nos os guste leer (no es que no te guste leer, es que no has encontrado el libro adecuado). Dos niños extremadamente traviesos y amantes de los cómics se inventan un superhéroe surrealista que acaba tomando vida en el estricto director de su cole, el Señor Carrasquilla, de un forma poco ortodoxa. Delirante.

La editorial SM tiene más de veinte libros sobre estos curiosos personajes entre ediciones y reediciones, de las que cabe destacar dos novedades. En primer lugar el libro de la película: Capitán Calzoncillos: su primer peliculón. El libro oficial de la peli. Que incluye todo lo necesario para conocer muy a fondo los entresijos de este film.

Superjuegos, pasatiempos y chascarrillos del Capitán Calzoncillos, un libro de actividades muy original que nos va a venir de miedo para el verano. éste es el que nos han enviado desde Literatura SM y ha triunfado entre mis churumbeles.

Daniel ya es una gran fan de esta colección, así que se le puso una grandísima sonrisa cuando le mostré el libro de actividades. Su hermano aún no tiene edad suficiente para leer sus aventuras, pero también le llamó mucho la atención.

Lo estuvimos ojeando juntos y vimos que está lleno de comics (puntazo), juegos, clases de dibujo de cómics (esto le flipó al mayor que le ha dado por hacer muchos), flipogramas y cómo hacerlos (no habré hecho yo de esos en las esquinas de mis libretas del cole jajaja), chistes, aventuras para rellenar al gusto del consumidor... y cuando llegamos a la última página... "¡Pegatinas!", exclamaron ambos muy ilusionados.

Desde luego los vamos a tener muy entretenidos con este libro, de eso no me cabe duda.

jueves, 22 de junio de 2017

Nutriben Innova con la Vida Saludable. Nutrición y bienestar para toda la familia (2ª parte)

Fuente: Nutriben Innova
En el evento de Vida Saludable. Nutrición y bienestar para toda la familia, organizado por Nutriben Innova, se dedicó la tarde a la visita a la fábrica y a desarrollar unos talleres orientados a conseguir bienestar emocional.

Fuente: Nutriben Innova
Nada más terminar el brunch, acompañado con una buena charla para comentar lo que acabábamos de escuchar en las ponencias de la mañana, nos metimos en un autobús y pusimos rumbo a la fábrica de Nutriben, en la que nos esperaba un recorrido muy completo para enseñarnos el proceso que sigue la leche desde que llegan los ingredientes a la fábrica hasta que se empaquetan para enviar a su destino.

Como es de esperar, los ingredientes pasan por un proceso muy estricto de calidad en el que se descarta todo lo que no cumpla las exigencias de la ley y de la empresa. Los lotes se registran y organizan con un programa informático que nunca dejará pasar a la siguiente fase un lote descartado. Luego los ingredientes se mezclan en líquido y pasan procesos específicos para asegurar la ausencia de elementos tóxicos o extraños en el producto y buscar la calidad óptima. Por ejemplo, pasa por una serie de filtros, un tratamiento térmico para eliminar microorganismos y se pasteuriza antes de añadirles las vitaminas que ya se ponen en el producto en seco. La mezcla líquida pasa por un proceso de evaporación y secado para conseguir una textura ideal para que se disuelva en el agua sin dejar grumos.

Fuente: Nutriben Innova
Entonces comienza la fase de envasado en la que está todo milimétricamente medido y protegido de agentes externos mediante un proceso automático que vale la pena ver. Al final obtenemos una caja con un lote numerado y registrado lista para ser enviada a su destino.

Para poder acceder a las áreas restringidas nos pidieron que nos quitáramos abalorios y que nos pusiéramos guantes, gorros, fundas en los zapatos, que nos pusiéramos desinfectante en los guantes... ¡Vamos! que las medidas de seguridad son impresionantes.

Terminada la visita nos volvimos al Café de Oriente del Museo del Traje, que era donde se desarrollaba el grueso del evento. Allí nos esperaba Aritz Urresti para desarrollar el taller de En busca del bienestar emocional I- Coaching. En él nos demostró que nadie nos enseña el lenguaje que entiende el cerebro sino un lenguaje que no comprende. Por eso no somos productivos al cien por cien y perdemos muchas horas infructuosamente. Lo genérico nos confunde y por eso no solemos llevar a término la acción con buenos resultados. Por ejemplo, no es lo mismo "recoge tu cuarto" que "mete los juguetes que veas en el suelo en el baúl". Tenemos que ser más específicos para llevar a buen término cada acción. También debemos buscar resultados tangibles: no tenemos que ir al gimnasio porque nos viene bien en general, sino porque necesitamos reducir barriguita o mejorar la resistencia. Algo de lo que podamos ver los resultados.

También solemos ser reactivos en vez de proactivos. Lo que significa que seguimos directrices de terceros en vez las nuestras propias. Es importante marcarse metas concretas, tangibles, proactivas y medibles para poder alcanzar unos resultados óptimos.  Y aquí llegamos al siguiente punto. No vale con alcanzar la meta concreta que nos hemos propuesto. Además, tenemos que medir las repercusiones de la misma y sacar conclusiones.

El truco para sentirnos a gusto con nuestra vida reside en el equilibrio entre todos los aspectos de la vida: salud, familia, profesión, formación, sociedad y cultura y valores éticos y espirituales. Uno de estos elementos no puede invadir el espacio de los otros como suele ocurrir con el ámbito profesional y familiar en muchas ocasiones.

Aritz nos enseñó el método de las cajitas para que comprendiéramos el tipo de lenguaje que el cerebro asimila. Se trata de un organigrama con acciones sencillas que hay que realizar para llegar a una meta. El mismo ejemplo de recoger la habitación nos vale. Si dejamos a un chaval en el centro de un desastre de cuarto y le decimos que lo recoja no sabe ni por dónde empezar y no lo hará, pero si le das directrices concretas su cerebro lo gestiona eficientemente y lo hará. Nos puso un ejemplo muy sencillo en el que la meta era regar las plantas y las acciones: coger la regadera, llenar la regadera y verter el agua a las plantas. Con estas instrucciones la meta se conseguirá seguro y de la manera más eficaz.

Tras la charla de coaching salimos todas al precioso jardín para empezar el taller de Bikram Yoga y de hipopresivos. Yo me las prometía muy felices pensando que la historia iba de relajarnos, pero no podía estar más equivocada. Nuestra profe nos hizo sudar de lo lindo para aumentar nuestras pulsaciones. Nos contó que este tipo de Yoga se hacía a cuarenta grados (que si no los hacía, rozaba) y con un 40% de humedad. He de confesar que mi elasticidad brillaba por su ausencia y alguna vez tuve que desistir porque notaba el tirón a puntito de hacerme la pascua. La profe en cambio se estiraba y doblaba con una facilidad pasmosa. La verdad es que sudamos la camiseta y sufrimos un poco, pero nos lo pasamos genial.

Los hipopresivos me parecieron dificilísimos. Nunca se me ha dado bien eso de dejar de respirar. Y no llegué a entender como porras mover los músculos que nos pedía. Para mí es como el que mueve las orejas, un misterio. La profe tuvo una paciencia infinita con las que teníamos más problemas en pillarle el truco.

Y ahí se acabó la cosa. Una pena con lo bien que nos lo estábamos pasando. Confieso que aún estuve un buen rato de charla con amigas y compañeras. ¡Hay que aprovechar esos momentos en los que coincidimos a tope!


miércoles, 21 de junio de 2017

Nutriben Innova con la Vida Saludable. Nutrición y bienestar para toda la familia

El lunes asistí a unas jornadas completísimas organizadas por Nutriben Innova: Vida Saludable. Nutrición y bienestar para toda la familia. Un tema que me interesa mucho porque la salud empieza por unos hábitos saludables, sobre todo alimenticios. Algo cada vez más complicado por factores externos y genéticos que  hacen que se produzca el aumento exponencial de los casos de obesidad infantil y un tremendo auge de las alergias y las intolerancias.

Afortunadamente, y toco madera, mis dos hijos pueden comer de todo (y además lo hacen en cantidades ingentes), y no están obesos porque lo queman con sus juegos diarios, pero eso no significa que estos problemas sociales no me afecten en mi entorno, ni que no me encuentre cara a cara con alguno de ellos en un futuro.

Las dos ponencias iniciales nos abrieron los ojos a la realidad de la obesidad como pandemia del primer mundo y nos aclaró muchos puntos sobre alergias e intolerancias. Las primeras tienen efectos visibles desde el primer contacto y la segunda posteriormente (Gracias Marisa Madres estresadas por tu infinita sabiduría).

La doctora Aurora Molina, pediatra de atención primaria, nos habló de la prevención de la obesidad infantil desde el nacimiento. Comenzó su ponencia afirmando que es uno de los problemas de salud más graves a los que nos enfrentamos en este siglo.

Para evitarlo, los padres debemos estar concienciados de la importancia de la nutrición desde la concepción del bebé. Es cierto que el 20% de las causas de la obesidad son genéticas, pero debemos tener en cuenta que el otro 80% son derivadas de la nutrición, el estilo de vida y los factores medio ambientales.

Los primeros 1.000 días de la vida de un niño son determinantes para preservar su salud en este sentido y cambiar la genética a través de la nutrición.

Si no alimentamos de forma correcta al feto y al niño en sus primeros días tiene más posibilidades de sufrir diabetes, hipertensión y obesidad. También afecta de forma negativa al desarrollo neurológico, al metabolismo y al crecimiento.

Existen estudios que relacionan directamente el peso del bebé al nacer, con el peso durante su infancia y la masa corporal de su etapa de adulto. Si el niño pesa poco o demasiado al nacer esto repercutirá en elevar la probabilidad de que sufra obesidad en el futuro.

Tips para prevenir la obesidad en nuestros hijos

Durante el embarazo olvídate de comer por dos. Como bien indicó la ponente, hay que comer pensando en dos, que es muy diferente. Significa que no tenemos que comer más en general sino de unos nutrientes y vitaminas determinados que beneficiarán al buen desarrollo del feto. Hay que tomar ácido fólico y mayor aporte de micronutrientes como hierro, zinc, yodo, vitamina A y vitaminas del grupo B.

En los primeros meses de vida la OMS recomienda lactancia materna al menos hasta el sexto mes, pero si no puedes hacerlo así, como me pasó a mí con el segundo, que nació con un problema y de la angustia y estrés que me causó la situación no era capaz de producir leche, tampoco tenemos que fustigarnos por ello. Al fin y al cabo, lo más importante en todos los casos es que nuestros hijos se sientan queridos (aunque a veces nos enfademos con ellos). La doctora Molina aseguró que en esta etapa tenemos que tener mucho cuidado con las calorías que ingerimos, los micronutrientes y las vitaminas y aconseja tomar una aporte extra de Omega3.

De los seis meses al año, empieza la época que llamó yo de exploración y descubrimientos increíbles. Introducimos nuevos sabores y texturas al paladar del bebé con predominancia de frutas y verduras. Es el momento de evitar las fobias alimentarias y de detectar intolerancias y alergias.

Del año a los dos años, el peque da un estirón y necesita ingerir más alimentos, pero cuidado con pasarnos porque resulta que tienen menor capacidad digestiva y de absorción metabólica que un adulto y no le favorece nada.

Problemas nutricionales habituales

La doctora Molina hizo hincapié en el exceso de proteínas que consumimos en nuestras dietas. Nos ha dado por cenar verdurita y filetito o pescadito y eso es un error. Hay que meter más cereales, frutas, verduras y legumbres en los menús. También explicó que abusar de la sal puede producir hipertensión, del azúcar síndrome metabólico y caries y de las grasas saturadas riesgo coronario. También comentó que en España, al estar tan concienciados con la fotoprotección los niveles de vitamina D en el organismo estaban disminuyendo de forma alarmante. ¡Vamos! que no te pongas a las doce de la mañana a tomar el sol cual lagartija sin crema protectora, ni te empotingues con ella cada vez que salgas a la calle aunque sean las ocho de la noche. El yodo y el zinc también escasean en nuestro organismo con lo que pueden incrementar las alergias y disminuir la inmunidad del organismo.

Algunos estudios hasta han encontrado relación entre la falta de sueño y la obesidad.

Los niños obesos tienden a convertirse en padres obesos agravando el problema. Si empezamos ya, esta anomalía se puede corregir a partir de la tercera generación.

El doctor Jorge Martínez, pediatra del Hospital Niño Jesús, fue el encargado de desarrollar la siguiente charla: La alimentación del bebé en sus dos primeros años de vida. Ambos ponentes coincidieron en muchos puntos importantes para prevenir la obesidad y otros problemas de salud a través de la nutrición.

El ponente comenzó poniendo énfasis en que esta etapa es fundamental porque hay un crecimiento físico gigante (el mayor que experimenta el ser humanos en su vida), un desarrollo cognitivo bestial (85% de la masa cerebral adulta ya se ha desarrollado a los 3 años de edad), y se produce la maduración del aparato digestivo y del sistema inmunitario.

Al nacer la respuesta inmunitaria es inmadura y se tarda dos años en en desarrollar la barrera intestinal. La leche materna es lo ideal para desarrollar el sistema inmunitario de una forma óptima, ya que contiene ingredientes naturales como las inmunoglubinas que influyen positivamente en el desarrollo del sistema inmunitario, y como los oligosacáridos que promueven la producción de bacterias intestinales “buenas”.

La leche materna tiene una composición única que hace que funcione como una orquesta bien sincronizada donde cada componente es importante. Las madres lactantes tienen que beber mucha agua, llevar una alimentación variada, evitar productos estimulantes y dietas hipocaloricas.

Si al final optamos por la leche de fórmula es importante elegir una baja en proteínas para evitar propensión a la obesidad. Con el tiempo las fórmulas se han ido perfeccionando para parecerse más a la leche de las madres.

Como el aparato digestivo va madurando poco a poco es muy importante seguir unas pautas en la alimentación infantil. Mucho cuidado con iniciar la alimentación complementaria antes de los 4 meses porque el doctor Martín asegura que aumenta la obesidad.

El ser humano suele rechazar nuevos sabores y por eso es tan importante la introducción de diferentes texturas y sabores durante el primer año. Incluso a través de la leche materna, ya que dependiendo de lo que coma la madre cambia de sabor.

Disfruté tanto de las ponencias como de la charla con las mamis blogueras durante el desayuno y el brunch, que, por cierto, demostró que lo saludable no está reñido con los delicioso. Estaba todo buenísimo y era tan bonita la presentación que daba pena comérselo.

Hay tanto que contar que me dejo el programa más práctico para otro post. Resaltar que la visita a la fábrica fue impresionante. No sabía que hacer leche de fórmula era tan complicado, pero eso ya lo cuento mañana que esto está quedando muy largo.