lunes, 30 de agosto de 2021

A Daniel le cuesta abandonar sus múltiples personalidades

Daniel ha decidido que ya es mayor. Este nuevo curso entra directo al instituto y ya hay que ir olvidándose de comportamientos infantiles como considera que son sus múltiples personalidades. Porque amigos imaginarios sólo tuvo uno cuando era bien pequeño, el malvado Camole, pero personalidades animales no hay dedos en la mano para contarlas.

El otro día, me dijo muy serio que Juanjo, un simpático aunque también cafre perrito que le poseía de vez en cuando, se había ido para siempre. Por lo visto se fue a una estadio y un bolachito (una especie de raza de perritos parecidos a los beagles pero mucho más pequeños, peludos y gorditos que sólo existen en la imaginación de Daniel) tiró una granada al grito de "te mato wey". Desgraciadamente, Juanjo falleció... junto con katting (el hamster), Rufus (el gato rellenito que siempre estaba en medio) y los tigres de gordala (pues eso, tigres achuchables y mortales). 

Todavía dejó vivir a los bolachitos un poco más, pero amenaza con matarlos pronto.

Por supuesto, años de sacar a pasear estas personalidades para jugar, hacernos reír, sacarme de quicio y tomarnos el pelo, según la situación de cada momento, no se pueden borrar de un plumazo, así que no pasa mucho hasta que el mayor nos suelta cosas como "Juanjo ha llegado", "Juanjo te mira", "Juanjo está ofendido y se va", etc... con el consiguiente enfado porque él quiere pasar página y volcarse de lleno en su nueva etapa de adolescente "serio", pero es no pueeeeede. Juanjo está demasiado metido en su cabeza y eso le molesta muchísimo. 

A mí, personalmente, me da pena que intente forzar el tema, pero es su decisión y le apoyo totalmente. Le aconsejo que no le dé tanta importancia y que tiene que entender que el proceso de abandonar fantasías que ha estado utilizando asiduamente y diariamente no es nada fácil. No puede pretender cambiar hábitos de juego tan arraigados de la noche a la mañana. Y de una forma tan consciente y voluntaria.

Encima es que aún no tiene ni doce años como para ir despidiéndose así de todos sus comportamientos infantiles. Hay que ir poco a poco. Seguramente sus amigos seguirán siendo más infantiles que adultos también, y seguro que les dura mucho, ¡o eso espero! Que manía con querer crecer tan rápido.

En fin, echaré de menos a Juanjo y al resto de los personajes, aunque más a Juanjo que es el principal y el que más interpreta. Pero estoy segura que aún tendremos mucho juego de este tipo por delante porque Danielillo no lo puede evitar. Se le ve muy mayor por fuera, pero por dentro, afortunadamente, sigue siendo el niño de 11 años que debe ser.

viernes, 27 de agosto de 2021

El Loro Parque de Tenerife

¡Listos para la aventura!
Raúl y yo no somos muy de ir a parques temáticos cuando vamos de turismo porque nos va más conocer los encantos naturales y culturales de cada zona, pero al sobrinito canario le hacía una ilusión tremenda ir al Loro Parque con sus primos de Madrid y quién dice que no a un peque tan entusiasta y amoroso. Nada, nada. Había que acudir a la aventura selvática prefabricada caiga quien caiga.

Oooh que mooonas
Las fieras también estaban motivadas. A los peques les suele gustar ir a ver animalitos. Así que nos plantamos en la puerta del carísimo lugar, igual que un montonazo de gente de todas nacionalidades y tipología. 

¡Y bromistas! ¡Aaaarg!
Se nota que es una de las atracciones más publicitadas de la isla. Al final no fue tanto como parecía y no hubo que esperar mucho para adentrarnos en los dominios de los loros, orcas y otros animales salvajes criados en cautividad.

Hipnotizante...
De hecho, nada más poner el pie dentro del recinto nos tocó correr a la zona de las orcas porque faltaba poco para que comenzara el espectáculo. 

Elegantes...
Ya estaba hasta arriba de gente aunque vimos sitios libres bastante cerca del escenario. Nos sorprendió un poco, pero nos felicitamos por nuestra suerte y nos sentamos muy a gusto. Pronto entendimos por qué estaban libres esos sitios. Las pícaras orcas te dejaban empapado a fuerza de coletazos en un plis plas. Pero... y lo que nos reímos... Como hacía calorazo nos vino hasta bien.

Podría mirarlas todo el día
Resulta que terminamos con las orcas bromistas y vimos que poco quedaba para ver a los delfines. Menos mal que nos dio tiempo a pasarnos por el pabellón de las medusas. 

Huevos fritos meduseros
Menudo espectáculo alucinante de formas sinuosas, colores brillantes y movimientos elegantes. Me hubiera quedado horas contemplándolas. Tenían muchísimos tipos: desde las más habituales, hasta las más sorprendentes, pasando por las "huevos fritos". Una maravilla.

Así nos pasó, que cuando llegamos a los delfines ya estaba petado también, pero tuvimos suerte y encontramos sitios más o menos buenos. Como siempre los niños encantados con las evoluciones de estos mamíferos marinos.

Obra de arte
Por fin tuvimos un respiro con los espectáculos y pudimos darnos una paseo por el parque, que no es excesivamente grande, pero sí que tiene muchos rincones curiosos como el paseo de la jungla (con sus pájaros sueltos), el de las orquídeas, el pabellón donde crían a los pollitos y bebés loros y la columna de peces, entre otros.

Como suele suceder en este tipo de sitios, fuimos testigos de curiosas escenas como el spa de los hipopótamos, la alimentación de por parte de los cuidadores (sobre todo la de los pollitos con jeringuillas, muy tierno), un gordito ¡¡¡¡Capibara!!! (capibara, capibara, capibara Oooooh, pero no se dejó fotografiar bien. Estaba muy a gustito sumergido en el agua jajajaja. No necesita hacer nada curioso, un capibara en sí mismo es curioso), el túnel del hielo, peces curiosos, corales...

Gamificando las donaciones
También vimos animales que triunfan por si mismos aunque sólo estén durmiendo a pata suelta como el tigre de bengala, el gorila, el oso, el león...

Preciosas
Algunos se hacían desear y cuando avistabas una cola, una patita o una oreja era motivo de celebración máxima y foto obligatoria (si es que somos...). Evidentemente este post se ha convertido en un neverendingphotos en toda regla.

Mowgli jugando con Shere Khan
Las estatuas que vas encontrando en el camino dieron mucho juego y mucho material para Instagram. Si es que un museo lleno de figuras de animales para hacer fotos postureadoras tendría un éxito tremendo. Tuvimos a los peques emulando a Cocodrilo Dundee, Mowgli, Diane Fossey... Eso sí, los de verdad los veíamos de lejos y tras barreras de seguridad... lo que no queda claro es si por seguridad de los visitantes o de los animalicos. Yo voto por lo segundo.

Cocodrilo Dundee en Loro Parque
Entre medias, vimos también el espectáculo de los simpáticos leones marinos, que los niños aseguran que fue el que más les gustó. Desde luego, es el más divertido de todos. Además sucedió un hito histórico en la vida mi sobrinito. ¡Se le cayó su primer diente! ¡Paren máquinas! ¡Que se detenga el tiempo! Esa noche vendría a su casa por primera vez, nada más y nada menos que ¡el ratoncito Pérez!

Spa para hipopótamos
Y tras ese momento épico dental (sólo lo entenderán los que viven intensamente cada paso en el crecimiento de sus hijos) finalizamos el día con loros volando sobre nuestras cabezas.



¡¡¡Una patita!!!

¿Y esta gente que mira?

¿Le dejamos dormir?

Ternura máxima

Oooooh

No olvidemos la parte didáctica



En todos los acuarios buscamos a Nemo y a Dory




Encuentra al gorila

Ellos ya lo vieron

La hora de la pitanza

El túnel de hielo

The love is on the ice


Momento histórico

Los más simpáticos

Capibara por abajo

Capibara por arriba

¡¡¡Caaaaapiiiibaaaraaaa!!!





martes, 24 de agosto de 2021

Rumbo a Tenerife

Rumbo a Tenerife
Mi hermana finalmente nos convenció para darnos un salto a Tenerife a verla. Lo organizó todo para juntarnos allí y todos estábamos muy emocionados con la perspectiva. Era una isla desconocida para mí y me apetecía mucho conocerla. Sobre todo porque había oído maravillas sobre sus senderos, tanto desérticos como verdes, y tenía muchas ganas de recorrerlos...

Menudas vistas
Pero... ¡nos pasó de todo! Nuestro viaje se tornó en una aventura de ¡¡¡supervivencia total!!! Bueno, puede que haya exagerado una miajita, pero poco, porque lo que tuve claro desde el primero momento es que el señor Murphy se había colado en nuestra maleta y se empeñó en jorobarnos la parte turística de la visita.

En familia por fin! Aunque nos faltó gente
El primer día lo pasamos en Loro parque porque al más pequeño del grupo le hacía una ilusión tremenda visitarlo junto a sus primos de Madrid y ahí lo más que pasó es que nos encontramos mucha gente, ¡muchísima! Y no todo el mundo estaba por la labor de respetar la distancia de seguridad, pero bueno... Lo que viene a ser lo normal, tristemente. Pero ya contaré con más detalle en otro post, que la visita hay que contarla con más detalle.

Las mamis
El segundo día fuimos con la familia a una playa cercana a la casa de mi hermana cargados de gafas de bucear y para disfrutar del sol y el mar. Estuvimos la mar de tranquilitos mientras mis chicos, grandes y pequeños, se dedicaban a observar peces bajo el agua.

Todo maravilloso hasta que mi querida hermana propuso nadar hasta una cueva. "Dácil, ¡una aventura!" y ¿quién se resiste? Yo no, así que me dispuse a darlo todo. Y eso que yo de resistencia y natación voy fatal. Encima, la misión sumó dificultad porque mi hijo pequeño se cansó enseguida y tuve que remolcarlo en la tabla que llevábamos por si acaso.

De cine
Llegué con la lengua fuera y entonces nos dimos cuenta de que lo peor ¡no había pasado! Ahora tendríamos que enfrentarnos al verdadero peligro: Rocas submarinas terriblemente afiladas. ningún aventurero se libró de los rasguños y cortecitos... llegamos a la orilla con mucho esfuerzo, sobre todo porque la corriente nos empujaba de lado a lado con cada olita y cada avance era un gran logro. Sobre todo con Iván pegado a mí como una lapa. Qué difícil era mantener el equilibrio.

Pero al fin llegamos, agotados, pero llegamos (por lo menos Iván y yo, el resto parecía en mejores condiciones). 

La cueva maldita
Para volver al padre se hizo cargo del pequeño y yo nadé al lado de Daniel por si acaso. Por si acaso necesitaba que me salvaran, digo yo, porque estaba ya con la lengua fuera. Aunque la tuve que meter porque se nos acercaron una par de barcos malditos y nos atufaron a combustible. Lo que debían de estar contaminando. Mejor ni pensarlo.

Mal que bien por fin llegué a la orilla y me dispuse a besar el suelo, pero me lo pensé dos veces porque estaba compuesto de arena y no veas que asco llenarse la boca de porquerías.

Mi hermana pensó que la odiaría por el tema "Vamos a nadar a la cueva, yujuuu, una aventura" durante toda la semana, pero como hacía mucho que no la veía lo dejé pasar. Pelillos a la mar y Dácil en la orillita ya para todo el resto del tiempo. 

Nunca subestimes el poder de los pensamientos... Dos días después me vino la regla y se acabaron los bañitos (ya sé que existen los tampones, pero pasé de ellos. Tampoco soy una amante de la playa ni nada de eso).

Y eso fue sólo el comienzo. Luego llegó la ola de calor extrema (llegamos a los 47 grados el día de Masca ¡una burrada!), el cierre de los senderos rurales por peligro de incendios (adiós a las caminatas idílicas), el catarrazo que pillé en el paseo en barco, incluso un día de playa tremendo con oleaje salvaje cuando por fin se me fue la regla (estaba claro que la gafe era yo).

El océano infinito
A pesar de todo lo pasamos genial y nos reímos muchísimo. ¡Ah! E hicimos turismo también. Nada nos puede detener jajajaja 


Relax amigos

Me encantan estos puntos para libros