jueves, 31 de mayo de 2012

El método duermete niño a la fuerza

Más que el método "Duermete niño" lo que le estoy aplicando a Iván es el "Espera tu turno, que no tengo más manos". Al estar sola, inevitablemente, siempre hay algún momento en el que Iván llora desconsoladamente, pero yo no puedo correr a su lado porque tengo a Daniel entre manos. Una de las veces, cuando quise llegar, el bebé ya estaba felizmente dormido.

Yo soy más del "Quiereme mucho", pero con limitaciones. Yo adoro a mis hijos, les beso, les abrazo, le acaricio, siempre que puedo, pero si tengo la opción de que duerman en su cama o cuna, lo prefiero. Con ellos a mi lado es imposible pegar ojo. Me empujan, me dan patadas, manotazos... Y ya son pocas las horas de sueño de las que disfruto.

Me pone muy nerviosa oirlos llorar. Soy de esas madres que oye "güeee" y ya estoy acudiendo a ver que le pasa al chiquitín. Dice Raúl que tengo que dejarlos llorar un poquito, pero soy incapaz.

Pero dadas las circunstancias, que estoy sola porque Raúl está de viaje, no me ha quedado más remedio. Con los dos, porque Daniel  a veces también se pone a llorar porque me llama y no estoy a su lado en el segundo siguiente. Le explico las cosas a gritos mientras atiendo a su hermano, pero con un niño de dos años es muy difícil razonar.

Así que ando de los nervios, haciendo las cosas deprisa y corriendo y atendiendo a uno y a otro. Intentando minimizar lloros y preveiendo sitiaciones críticas. Estoy deseando que vuelva Raúl...

Estresante día de piscina

El segundo día que fuimos a la piscina Daniel se portó realmente mal. Debía estar cansado porque estaba un poco inaguantable. Lloraba por todo, se peló con los niños, no quería dejar sus juguetes... En fin, lo típico. Incluso tuve que castigarle un par de veces. Al menos el chiquillo no se lo pasó del todo mal porque cuando le decía de irnos a casa me decía que no. Creo que el mejor momento fue cuando el padre de uno de sus amiguitos les compró un helado de... ¡chocolate! Se lo comieron los tres muy a gusto sentados en la toalla. Cuando terminaron hubo que ducharlos porque se empeñaron en meterse en la piscina  con los morretes pringados.

Por mi parte acabé con un dolor de cabeza terrible por las peleas continuas con el niño y el calor. Al estar con los pequeñajos es muy difícil encontrar un momento de paz para darte un remojón. Cuando decidí irme a casa, Daniel se tiró en el suelo y se negó a andar. Harta le dije que yo sí que me iba y que él se quedara ahí solito. Por supuesto, me siguió llorando, pero a mí me dio mucho cargo de conciencia haberle dicho eso en un explosión de genio.

Una amiga que me vio superada me acompañó hasta casa. por el camino iban hablando su hijo Luis y el mío como si no hubiera pasado nada minutos antes.
"Me gusta el tomate"
"A mi nooooo"
"Y los macarrones"
"¡Macarrones! Sí"
"Con salchichas"
Y así todo el rato. Por lo menos no se peleaban.
Menos mal que ya en casa el peque se portó mejor.

Gracias por estar ahí...

David, de David 365- One a day, me ha dado un premio chulísimo: "Gracias por estar ahí..."

David es un bebé guapísimo que nos cuenta su día a día con mucho arte. Su proyecto tiene tiempo de fin: 365 días, pero yo espero que se alargue indefinidamente en el tiempo y no nos prive de su presencia en la blogosfera. Echaría tanto de menos esa sonrisa y esos ojazos...

Con el premio hay que contestar a unas preguntas.

Un libro que aconsejas: Podría aconsejar mil. Me voy a decantar por "La ladrona de libros". Lo leí hace relativamente poco (Embarazada de Daniel) y me pareció muy original.

Un juego, juguete o actividad que nunca falla: Tengo suerte. A mi hijo le gusta hacer de todo. Aunque creo que le encanta sobre todo jugar a las cosquillas.

Canción infantil: "Había una vez un barquito chiquitito", por ejemplo. Ultimamente la cantamos mucho.

Un buen plan: Todos, todos....TODOS: excursiones, museos, actividades manuales... ¡jugar con los juguetes! Yo es que saco la niña que hay en mi jeje.

Ahora se lo tengo que pasar a cuatro blogs que me gusten. Dificil, dificil, hay tantos... pero ahí van los galardonados:
- Spatium quietis
- O Cantinho de Piruli
- De dos a cuatro en mes y medio
- Entre montones de libros


miércoles, 30 de mayo de 2012

El primer día de piscina.

Con este calor el mejor sitio para llevar a los niños es el polideportivo. Tiene una piscina para bebés genial. El problema es que también tiene otras dos de mayores que llaman mucho la atención de Daniel. Ayer quedé con amiga que tiene un hijo de la edad de mi niño mayor para ir a que nuestros chiquitines se refresquen. Así iba más tranquila con una par de manos extras que me pudieran ayudar en un momento dado.

Daniel iba emocionado. No paró de decir que iba a la piscina y que se iba a bañar a todo el que nos cruzamos, conocido o no. Cuando llegué mi amiga ya estaba allí. Apenas tuve tiempo de desnudar a mi primogénito antes de que se metiera de lleno en la piscina para jugar con su amigo Luis. Iván se había quedado dormidito, así que tuvimos una ratito de paz y charla.

El bebé se despertó al ratito e intenté meterlo en la orillita. Se puso a hacer pucheros enseguida. Normal, acababa de despegar el ojo y ya le estaban haciendo perrerías. Lo dejé sobre una toalla con juguetes. Se lo pasó pipa. Pasado un tiempo prudencial lo volví a intentar. Le puse boca abajo en el agua y el crío empezó a chapotear encantado. Así estuvo un montón de tiempo. Los mayores se paraban a jugar con él de vez en cuando.

Por supuesto, lo enanos iban de crema solar factor 50 especial niños hasta las orejas. Daniel no se quiso ir sin darme el susto. Más veloz que un rayo llegó hasta el mismisimo borde la piscina de mayores. La socorrista ya estaba llamando por radio a al compañero de ese área, cuando mi amiga alcanzó el escapista. La bronca que le cayó fue bíblica. No era para menos. Me ha asegurado que la próxima vez que quiera ir a la otra piscina me pedirá permiso antes.

Antes de irnos a casa desplegams la merienda por las toallas y los chiquillos la devoraron. Ya eran las siete, pero es que los peques se lo estaban pasando tan bien que no quisieron probar bocado antes. Luego Daniel cenó poquísimo, pero cómo ya había comido antes no me preocupé.

martes, 29 de mayo de 2012

Grandes avances del bebé

Iván ya está hecho todo un bichito. Se remueve como un campeón y en cuanto le dejas en el suelo da palmaditas y pataditas al suelo, culebrea hacia atrás y gira en círculo como un loco. Ayer estaba bañando a Daniel cuando le oigo llorar. Me asomé por la puerta del baño a la velocidad de la luz y vi que se estaba sujetando a la barra de la cuna con las encías. ¡El muy brutote! Evidentemente le subí la barra para evitar tentaciones de tirarse de cabeza.

Le hemos cambiado la silla de paseo y la del coche porque ya es mayor e iba encajado en la maxicosi. ¡Cómo siga creciendo así se nos va a salir de la casa!

Ahora le ha dado por sacar la lengua y así se pasa un buen rato. Está la mar de gracioso.

Además, hay que ver como traga. En cuanto nos ve comer algo parece que se le van a salir los ojos. El pobre se tiene que conformar con su dieta a base de leche, cereales, verdura y frutas, aunque a veces hace un acercamiento a los alimentos prohibidos. Suma mami, que es una blanda.

Otra vez sin Raúl

Desde el domingo estoy de Rodríguez. Con alguna ayudita por parte de suegra me las estoy apañando bastante bien. Con alguna perreta que otra de Daniel, con algun ataque de llanto desconsolado de Iván, pero sin ataques de nervios por mi parte.

Lo mejor de todo: Susana. La vecina que se encarga de vestir, alimentar y llevar al cole a los niños cuando yo me tengo que ir a trabajar. Es un ángel. Cómo tiene que venir a las cinco y media de la madrugada, que es cuando yo salgo para el trabajo, se entretiene fregando y recogiendo. Ya le he dicho que ni se le ocurra volverlo a hacer. Ya tiene bastante con las dos fierecillas. Es un sol de mujer.

Eso sí. Estoy echando de menos a mi marido una barbaridad. Sobre todo cuando llego por las tardes con los niños después de un día lleno de actividades y deberes. Estoy cansadísima, pero aún me queda mucho por hacer.

Que conste que también le echo de menos porque le quiero, pero sobre todo, para que me ayude en el día a día con los niños. Sinceridad ante todo.

lunes, 28 de mayo de 2012

El parque de los chorros

Una amiga me propuso cambiar de parque para hacer algo nuevo. Su propuesta era pasar por ouna zona verde que cuenta con una fuente abierta para que el que quiera pase por entre los chorros.

Cómo me conozco el cuento le pedí a mi amiga que me prestara una toalla. Ya que ella vive por allí y yo a quince minutos. Casi sin preparación nos acercamos al lugar. Los mayores se volvieron locos ante la visión de la fuente. desnudé a Daniel a duras penas antes de que se metiera de cabeza en un chorro. Al principio se adentraban con timidez, pero al fina eran unos auténticos Kamikazes.
La madre del otro niño le puso un bañador y mi peque se encabezonó en que él también quería. Afortunadamente mi amiga llevaba un pañal bañador de chiripa en recuerdo del año pasado y se conformó con eso.

A Iván le metí conmigo entre los chorros. Los miraba alucinado. Yo acabé con las perneras de los pantalones empapadas, pero muy feliz.
Cuando empezó a refrescar les convencimos para acercarnos a la zona de juegos. No era la típica. Había un tirolina y dos pirámides de cuerdas que podías hacer girar. Y allí estuve yo haciendo músculo un buen rato para deleite de la chiquillería.

La verdad es que fue un día diferente y muy divertido.


domingo, 27 de mayo de 2012

Conversaciones con Daniel

Daniel estaba bebiendose el biberón en la camita cuando paró de succionar de repente.
"¿Ese ruido que eh?" Me preguntó intrigado.
"¿Qué ruido, cariño? Yo no oigo nada" nos quedamos los dos muy calladps y nos respondio el silencio. El peque volvió a lo suyo, preo no había pasado muchpo tiempo cuando paró de nuevo.
"Ese" Exclamó, "Ese ruido. ¿Que es?"
"Pero ¿Cual? ¿Cómo es?" Le pedí desesperada.
"Ummmm... No sabo. Ummmm... Pajaritos" me contestó pensativo
"Pues serán pajaritos" Afirmé dudosa. Yo seguia sin oir nada.
"Vaaale" El peque volvió a llevarse el biberón a los labios
Chuic chuic chuic
"¡Tate!, ya sé cual es el ruido que oyes" exclamé airosa "Lo haces tú con el biberón". El peque comprobó que efectivamente era el sonido que hacía al succionar de la tetina y se quedó tranquilo por fin.
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Daniel y yo estábamos leyendo un cuento de Max, la mascota de su clase.
"Mira, cariño, Max está desayunando. Como tu" Le señalé el dibujo.
"Como yooooo" gorjeó mi niño
"¿Que come Max?" le pregunté mientras señalaba el dibujo.
"¡Tostadas!" Exclamó jubiloso.
"¿Y que es esto que tiene en la taza?" seguí con el interrogatorio didáctico.
"Un cafetito" me soltó.
"Eeeeh... Nop. Es un Cola Cao. Como tu" Le contesté bastante descolocada.
El peque miró el dibujo de la taza unos minutos antes de contestar: "Ummm, si, un Cau"
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"¡Daniel! ¿Que haces?"
"Toy haciendo una cosita, ¿Vaaale?" Me contesta mi retoño mientras aporrea mi portatil.
"Para, para, para. Que te lo cargas" Le supliqué mientras corria a su lado para evitar una desgracia.
"Pera, pera. Estoy haciendo una cositaaaaa" Me insiste concentrado golpeando cada vez más fuerte.
"Que no Daniel que no puedes jugar con el portatil de mamá" le riño mientras apago el ordenador.
"Nooooo, mamá, que estoy haciendo una cositaaaaaaaa. Buaaaaaaaa".
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"Daniel te has portado muy mal. Estoy muy enfadada"
"Muac, ¿Estas contenta?"
"No Daniel, es que te has portado muy m..."
"Muac. ¿Estas contenta?"
"Que no Daniel..."
"Muac ¿Estas contenta ahora?"
¿Que puedes hacer ante este ataque de besos así? Pues reirte y asegurar finalmente que sí, que estas contenta.
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"Daniel, ¿Quieres ir al parque?" Le consulto a mi chico.
"No, a cacha. Toy agotado"
"¿Seguro que no quieres ir al parque? Insisto.
"No, a cacha. Ummmm. Pimero baño, lueeego comer, lueeego cuento, lueeego dormir" me explica unas cuantas veces. Y yo le digo que sí, aunque aún es pronto para empezar la rutina de irse a la cama. Cuando está tan cansado ve un poco la tele en casa ante de empezar con los baños.
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Cómo se estaba lavando el abrigo de mi niño mayor le tuve que poner uno que ya le queda un poco pequeño.
"Oooh, que bonito mamá" me dijo abriendo mucho los ojos.
"¿Te gusta?"
"Sí"
Se estuvo mirando un buen rato en el espejo antes de salir de casa. A partir de ahora se lo pondré más.
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"Daniel, el próximo año vas a ir al cole de mayores" canturreé el mismo día que me enteré que lo habían admitido. "Allí los niños visitan una granja y van todos los viernes a la piscina (previo pago, claro)"
"No quiero pichina, granja sí" me contestó muy serio.
"Vale. Todo es optativo. Sólo vas si quieres" Le expliqué
"Pichina síiii, quiero pichina, pichinaaaaa" se desesperó.
"Vale, vale, vas a ir a la piscina" le aseguré tranquilizándolo.
"Y granja tambien"
"También"
"¿Tú vas al cole de mayores?" Me preguntó.
"No, cielo, ¿querías que fuera?"
"No" me dijo tan ancho "Y papá tampoco. Sólo niños"
"Vas a ir con Luis"
"Con Luis y con Hugo"
"No, con Hugo, no cariño" A su amiguito lo habían admitido en otro cole, pero no sabía cómo explicárselo.
"Claro, poque es pequeñito. Luis y yo somos mayores. ¿A que sí mamá?" Zanjó él.
Le contesté que Sí. No encontré las palabras exactas para explicarle por qué Hugo no iba con él y Luis sí.
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Mi hijo salió disparado con la moto por la acera. Cómo se alejaba demasiado me puse a gritarle que parara como una loca. El peque frenó y se giró hacia mí.
"He parado mamá, ¿Y mi regalo?"
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Cuando Daniel se hace el remolón con la comida le retamos a un duelo de velocidad. Normalmente le dejamos ganar, pero esa noche a su padre se le fue la ola y se terminó el plato antes que él.
"Ganeeeee"
"No"
"Sí, ganeeeeeee"
"No, ganó papá"
"¿Por que?"
"Por que se ha terminado todo y tú aún tienes comida en el plato"
"Ñam, gruanf, gronf, ñam... Yatá. Gané"
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"Mamá, hoy me he portado bien" me dijo mi niño de camino a casa, "Ayer mal, pero hoy bien".
"Muy bien cariño" le contesté acariciándole la cabeza.
"Pero hoy bien, ¿Eh? mamá. Hoy bien" insistió.
"Si hijo, estupendo" le di un beso en el moflete.
Llegamos a la portería y la portera salió corriendo a ayudarme con el carrito.
"¿Te has portado bien?" le preguntó a Daniel.
"Síiiiiiii" gritó mas que habló mi niño.
"Muy bien, pues aquí tienes el chocolate" y le tendió al peque un chocolatina. El enano sonreía de oreja a oreja.
"Es que esta mañana le dije que si se portaba bien le daba chocolate" Me explicó la portera. Ahora lo entiendo todo.

Premio blog original y premio blog constructivo

OR2, de Azul Celeste, me ha otorgado dos pedazo de premios. Su blog es tan tierno que siempre tienes una lagrimita asomando por el rabillo del ojo mientras lo lees: de emoción, de felicidad, de tristeza... incluso de risa. El día a día con su familia es un cúmulo de sorpresas, carreras contrareloj y profundas reflexiones.

El primero de los galardones es el Premio blog constructivo y viene acompañado de una pregunta: ¿Qué te llevó a escribir en un blog tus experiencias como madre? Compartir y desahogarme. En un principio, la idea era que la familia que viviera lejos, encabezados por mi madre, vivieran mi reciente maternidad como si estuvieran a mi lado, pero luego me di cuenta de que mi proyecto crecía, se tranformaba y cobraba vida propia. Por otro lado, ser madre me pilló un poco de sorpresa y sin ninguna preparación. El blog fue una vía de escape a situaciones desconocidas, temidas e, incluso, frustrantes. Me sorprende cómo van cambiando las cosas. Ahora me siento muy cómoda en mi papel de madre.

Le paso el premio a:

- Trendy Children
- Los niños viene con un blog debajo del brazo
- La Jirafa
- La invasión Twin
- El Espejo de la Entrada
-TGD mama de Claudia
- Instantes
-Tan peques y blogueros
- Buceando en mi
- Cuenta hasta diez y ¡Explota!
- Con la venia de Madre
- Merengaza

El segundo es el Premio blog original y el requisito para recogerlo pasa por buscar una frase que me defina. Después de pensarlo mucho he decidio transcribir una que me repiten muchas veces "Cualquier día te dejas la cabeza..."

Este premio va para:

- Papacangrejo
- De lluvias y paraguas
- Baby Chloe
- Mi Alter Ego
- El camino para ser mama
- My points of view
- La maternidad by London
- Mami de mi nene
- Mi pequeño Koala
- Diario de mi embarazo y mi maternidad
- Berriro hasiz
- Mamá de Parrulin y Parrulinchi
- Un tarrito de miel




¡Ale! me he quedado a gusto repartiendo premios. Y eso que aún me gustaría haberselo dado a más, muchos más, muchos muchos mas.....

viernes, 25 de mayo de 2012

Atunga y el león que siempre aparecía en el momento más inesperado

Una noche cogí el cuento de los tres cerditos para leérselo a mi niño. Al peque le entusiamó la idea. Ese y el de Caperucita Roja encabezan los rankings de cuentos infantiles en la clase de mi hijo. No había pasado de la portada cuando mi chiquitín señaló al lobo del dibujo y me pregunta "¿Cómo se llama?" Me dejó un poco descolocada.
"No sé ¿Cómo quieres que se llame?" Contraataqué.
"Ummm" pensó mi chico con el dedito en la barbilla "¡Mnnbunga!"
"¿Atunga?" La verdad es que no me había quedado nada claro el nombre que había elegido.
"Atunga sí" asintió emocionado.
Así que le leí el cuento cambiando la palabra "lobo" por "Atunga". Fue un éxito total.
"¡¡Mira mamá!! Atunga" grita cada vez que aparece el animalillo en las ilustraciones. "Atunga sopló, sopló y la casa derrimrrumbó" me cuenta él a mí en cuanto ve al lobito soplando en las páginas del libro. "Mira mamá, Atunga se quemó el culete" En realidad fue la cola lo que se quemó, pero a él le hace más gracia decir "culete". Cosas de niños.

Como viene a ser normal en él. Cuando se le mete una idea en la cabeza no la suelta fácilmente, así que ahora todas las noches quiere el cuento de Atunga. Hoy he encontrado el cuento de Caperucita roja en otro estante. Intentaré leerle ese antes de irse a la cama. Cómo el dibujo del lobo es diferentes seguro que le pone otro nombre ¿Sera Ikosque o Manolo?

Otra cosa con la que me trae loca, además de tener que acordarme de los originales nombres con los que bautiza a peluches y personajes de cuento, es el maldito león. Casi siempre que le cuento un relato inventado llega un momento en el que... "Un león mamá, ¿Hay un león? Quiero un león" Y el león aparece de repente en pleno barco pirata, en la escuela que se está incendiando, en el restaurante, en el supermercado... Y entonces se me presenta el reto de:
a) Inventarme lo que pasa con el león y cómo se libran de él antes de que alguien salga herido.
b) Explicarle de donde demonios ha salido ese león. Lo más recurrente es que se escape del zoo, pero cuando la historia transcurre en un avión, un helicóptero, un coche o un barco no es tan fácil.

¡Este chico me pone en unos aprietoooos.

jueves, 24 de mayo de 2012

El niño mas "buenito" del mundo

"¡Soy el niño más buenito del mundo!" me soltó un día Daniel. Lo cierto es que no creo que sea el más bueno del mundo, pero que tiene buen fondo, eso seguro.

Cuando ve que estoy agobiada se acerca a mí para preocuparse o darme un beso, mima mucho a su hermano y siempre está intentando ayudar.

Una madre de un compañero de clase suyo me dijo que le encantaba mi hijo porque siempre saludaba a los papis que venían a recoger a sus pequeños y si uno de los chiquillos lloraba él se acercaba a consolarlo. Huelga decir que me hinché como un pavo. Al poco, otra madre me repitió mas o menos los mismo. Y una amiga mía también comentó lo bueno que era mi hijo.

Poco después le veía gritar a un amigo, arañar a otro niño del parque y contestarme de malas manera "¡No, no te obedezco ¡No quiero!" Y pensé "Bueno... Nadie es perfecto" y le di un abrazo amoroso al pequeñajo que se quedó un poco alucinado.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Un día perfecto, una noche de pesadilla

Noticias buenísimas. Maravillosas. Esta mañana hemos llevado a Iván al cardiólogo y el facultativo se ha quedado sorprendido de lo bien que está el pequeñajo. Tiene un reflujo leve y la cardiopatía no ha ido a más. Piensa que pueda tener una infancia tranquila y es probable que no tengan que intervenirlo de nuevo antes de los cinco años. Nos pegamos esperando toda la maldita mañana, pero valió la pena.

De camino a casa pasamos a ver las listas del colegio: ¡Admitido! Otra preocupación menos. Cuando vi que su amiguito Luis se había quedado fuera casi me da algo, pero luego su madre me aclaró que había sido un error y que estaba dentro también. ¡Menos mal!

Raúl y yo nos fuimos con el bebé a comer fuera para celebrarlo. Nada del otro mundo. A un vips para algo rápido porque antes de las cinco tenía que recoger a Daniel de la guardería. Por nosotros hubiéramos abierto el champán y las fresas, pero el deber nos llamaba a cada uno por un lado.

Fui corriendo a por el mayor al colegio. Una vez en casa jugamos los niños y yo un ratito. En un momento dado, los peques se entretuvieron solos un ratito y me dejaron tiempo para echar un vistacillo al ordenador y... ¡oh! Sorpresa, sorpresa. Madre desesperada era coganadora de una camiseta en el concurso aniversario de Papacangrejo. Vaya alegrón me llevé. La verdad es que el certamen fue muy emocionante y divertido. Lo malo fue que olvidé decirle al organizador que gppgle me hace malas pasadas y en los comentarios aparezco como "Madre desesperada" y en los seguidores como Dácil Muñoz, así que le hice un poco de lío.

Con Iván en la cuna y Daniel a medio cenar me despedí con besos para ir a cenar con mis amigas (por fin habíamos logrado ponernos de acuerdo para quedar después de siglos). Mi niño mayor me preguntó por qué me iba. Le contesté que había quedado un ratito con las amigas, pero que estaría en casa antes de que pidiera el biberón nocturno. El restaurante estaba a escasos metros de mi casa con lo que podía hacer una escapada cortita.Y así fue. A las doce menos cuarto entraba por la puerta, agotada pero feliz.

Me metí en la cama muy a gustito cuando... Empezó la pesadilla. Daniel e Iván me hicieron pagar caro que les abandonara un par de horas por mis amigas. ¡No me dejaron pegar ojo en toda la noche!

martes, 22 de mayo de 2012

Pandilla pañal: la nueva generación

Iván ya tiene su propia pandilla de juegos. Y lo que se le viene encima, porque los embarazos abundan y todavía quedan amiguitos por conocer. Por ahora parece que Mateo tiene muchas papeletas de se íntimo de mi bebé. Sobre todo, porque yo soy amiga de la madre y eso significa que quedaremos bastante. Por ahora sólo se miran, se dan palmaditas y algún que otro topetazo con los juguetes... Es un comienzo...


Amig@s bloguer@s

Mi Álter Ego me ha dado un premio que me encanta. Me llama amiga. Y eso a mí me ensancha el alma. Su blog, Plagiando a mi álter ego, es sencillamente indescriptible y sorprendente. Hay que leerlo y disfrutarlo. Aunque tengo que resaltar sus comentarios acerca de los anuncios publicitarios que ponen los pelos de punta. Son geniales.

Este premio ya me lo había pasado Chenchu en otro momento, así que no vuelvo a repetir mis respuestas. Sólo reincidir en que las amistades 2.0. me han abierto un mundo increíble que ni sospechaba que pudiera existir.

Le paso el premio a:

- Rachel, Cómo ser mamá y no morir en el intento
- Marieta alias Aurelia, Descubriendo un nuevo mundo
- OR2, Azul Celeste
- David Guapo, David 365 oneaday
- Sofía, Los días de Sofía
- Miri, Menos de 1000 y más de 30

Las preguntas que van con el premio son estas:

-¿En qué forma ha cambiado tu vida la amistad 2.0?

-¿Cómo crees que ha influido en la crianza la amistad 2.0 y el acceso generalizado a internet?

-¿Qué opinas de la relación de los niños con las nuevas tecnologías?

-¿Qué es lo que más te gusta hacer con tus hijos?

-¿Por qué creaste tu blog?


lunes, 21 de mayo de 2012

¡¡Pañalitis!!

Misterio resuelto. Ya sabemos porque el pequeño Iván ladra mientras enarbola sus puñitos cerrados. Tiene una pañalitis de caballo, probablemente propiciada por la inminente salida de los dientes (aunque ya llevamos un mes con síntomas y todavía no asoman ni uno).

El pobre tiene el culo rojo como un  tomate, lleno de pupas, e incluso sangre. Ante la gravedad de la situación, que en el cambio de pañal anterior no era tan evidente, decidimos dejarle toda la tarde del domingo con el trasero al aire. Hicimos uso de empapadores a tutti plen y echamos mano de las toallitas en miles de ocasiones, pero valió la pena, porque mi chiquitín ya tiene el culete de un color y forma más decente. Pobrecito. demasiado poco se queja.

domingo, 20 de mayo de 2012

Faunia

El domingo le dijimos a Daniel que íbamos a ver animalitos. Así que no paró de nombrar a los animalitos hasta que tuvimos todo preparado y salimos por la puerta. Raúl había conseguido una oferta para ir a Faunia por la mitad del precio de las entradas. No era cuestión de desaprovechar la oportunidad.

El día se presentaba feo, pero aún así nos animamos a acercarnos al recinto con los niños. El fallo fue llevarlos sólo con un jersey. Para Iván tenía una mantita, pero a Daniel tuve que prestarle mi chaqueta durante la actuación de las focas para que no pasara frío. Huelga decir que la que pilló el resfriado fui yo.

A los dos chiquillos les llamó mucho la atención la excursión. Cada uno a su modo. Iván se iba fijando en lo coloridos carteles que poblaban cada esquina y Daniel buscaba animales como un loco.  A la hora de la comida me di cuenta tarde que había olvidado coger el puré del bebé, así que se tuvo que conformar con un biberón bien cargado de cereales y galletas. Por supuesto, no le importó. El resto nos pusimos tibios a sandwiches y patatas fritas.

Lo que me pareció más curioso fue que Iván se volvió loco de contento en la sección de la granja. Parece que le gustan mucho los animales domésticos. Desde luego a los gatos de casa les trinca de los pelos en cuanto se acercan demasiado.

Daniel, por su parte disfrutó de todo, pero llegó un momento en que estaba tan cansado que se empezó a poner un poco tonto. El problema lo tuvimos con los malditos cochecitos que alquilaban por el "modico" precio de diez euros para llevar las cosas y montar a los críos. Mi hijo mayor se cogía una perreta tremenda cada vez que se cruzaba con uno. Al final tuvimos que dejarle que disfrutara de unos que estaban aparcados.

Nos llovió y nos hizo sol, nos congelamos y pasamos calor. La verdad que hizo un tiempo bastante inestable, pero lo pasamos realmente bien.





La tienda de campaña

Cómo el viernes vino la tía Silvia con su amiga Noemí a pasar la noche a casa, teníamos que reubicar a Daniel y que además accediera contento al cambio. A Raúl se le ocurrió una idea genial: construirle de forma casera una tienda de campaña en la habitación de juguetes. Le tiramos el colchón de la cuna de viaje en el suelo y con sillas y manta el papi hizo el resto. Yo agregué una puerta con un arrullo y pinzas porque en esa habitación tenemos lo que se suele llamar persiana veneciana, que tamiza la luz, pero que resulta del todo inútil para convencer a un niño de que a las ocho y media es la hora de dormir cuando luce el sol en todo su esplendor.

Ni que decir que a Daniel el encantó la sorpresa. No sólo durmió la noche del viernes, sino la del sábado y las siestas de todo el fin de semana. El domingo por la noche corrió a la habitación de juegos cuando le dije que se tenía que ir a dormir.

"¿Y la tienda de campana?" Inquirió. Le habíamos explicado mil veces que esa noche ya había que volver a la cama para descansar bien porque al día siguiente había que ir al cole. Bastante mohíno se dejó llevar hasta su lecho. Sólo volvió a sonréir cuando le enseñé el cuento de "Los tres cerditos".

sábado, 19 de mayo de 2012

La tía Silvia viene a ver a sus sobris

El viernes tuvimos visita de Las Palmas. Mi hermana y una amiga suya de toda la vida se quedaban a dormir con nosotros esa noche. No podían quedarse más porque al día siguiente debían asistir a una boda en Valladolid.

Silvia y Noemí llegaron muy tarde, así que mi hermana tuvo que esperar al día siguiente para ver a sus sobrinos. Los niños madrugaron bastante más que su tía. Cómo era de esperar.

A pesar de haber avisado a Daniel de que iba a venir su tía de Las Palmas se sorprendió muchísimo cuando la vio aparecer. Se puso contentísimo. Sobre todo cuando Silvia le dijo que le había traído un regalo. ¡Un libro para él y otro para su hermano! Chulísimos. Si es que los libros de niños son preciosos. El del mayor era de animalitos del zoo, con música y sonidos, y el del pequeño también de animalitos, pero de la granja, de tela con diversas texturas. A Daniel le gustaron los dos, como siempre. También le gustó muchisimo que su tía cargara desde las Palmas con kilos y kilos de ambrosías, palitos y galletas de Tirma. Para mí también hubo: camisetas veraniegas.

Desayunamos todos juntos y la tía Silvia y su amiga Noemí partieron rumbo a Valladolid, donde se celebraba la boda esa tarde.

Cuando se fueron, Daniel estuvo jugando un buen rato con su camión de basura. "Esto me lo ha regalado tía Silvia" me dijo. Era verdad, pero hace muchísimo tiempo. En verano. ¿Sería casualidad o se habría acordado realmente?

viernes, 18 de mayo de 2012

El niño perrito

Ahora le ha dado a Iván por emitir unos grititos parecidos a los ladridos perrunos. Es algo así: Uuuuuuuh ¡Ah! Al principio salía despepitada a su lado para ver que le pasaba y me lo encontrada ladrándole a un juguete muy concentrado. Me miraba y entonces a la que ladraba era a mí. Curioso.

jueves, 17 de mayo de 2012

El primer aspito de Iván

Una mamá del parque ofreció Aspitos a Daniel y éste los aceptó ni corto ni perezoso. El peque me los dio para que se los abriera prometiéndoselas muy felices, pero no contaba con que iba a tener que compartirlos. Iván crece por días y miraba el tesoro de su hermano con avidez.

"Dale uno al bebé" Le pedí amablemente.
"¡No!"me contestó muy serio.
"Pues nos vamos a casa" Atajé yo.  Dio resultado porque conseguí que me diera uno para que yo se lo acercara a Iván. Elchiquitín dio buena cuenta de la golosina, incluso se rechupeteaba los dedos al final.

La verdad es que da risa ver cómo sigue la comida con los ojos cada vez que nos ve comer. Me temo que ya pide cordero asado con patatas. El pobre se tiene que conformar con los purés. Por ahora...

miércoles, 16 de mayo de 2012

Nueva modalidad de castigo

Desde hace un tiempo he cambiado la forma de castigo. Leí que el chiquitín tenía que saber cuando empieza y cuando acaba. Pensando mucho en la manera de hacer comprender a un niño tan pequeño la duración de un periodo de tiempo, llegué a la conclusión de que la mejor manera era contando. Además, me parece un método muy didáctico.

"¡Estas castigado hasta que cuente quince!" le digo. Y él ya sabe que se tiene que quedar quieto hasta que su madre grite "¡Quince!" o veinte o treinta, según lo grave de su falta. Si no se deja castigar la cuenta va subiendo. Al final. Muchas veces lo inmovilizo con el abrazo del oso. "¡Cuarenta! Voy a contar cuarenta" le aseguro amenazante. "Nooo, mamá, noooo" se queja él.

Cuando termino de contar le pregunto si se va a portar bien o si no lo va a volver a hacer más. El me dice lo que quiero oir y se va tan contento a liarme otra.