Cómo estaban de guapos mi dos chiquitines. Parecían modelos de revista. No porque lo diga yo que soy su madre... babas...babas.
Reguapos y bien vestidos nos encaminamos hacia la iglesia con algún alto que otro. A Daniel le llama la atención cualquier cosa. Iván se quedó dormido antes de entrar y no dio ninguna lata, pero su hermano...
En primer lugar se empeñó en no estarse quieto en su sitio. Si el cura decía que todos en pie, él nos tiraba de los trajes para que nos sentáramos. Si decía que nos sentáramos, él se empeñaba en que nos pusiéramos de pie. En un momento de la ceremonia en el que hubo un gran silencio se oyó la vocecita de mi hijo mayor: "¡¡Cumpleaños!!".
Le chistamos para que se callara y se estuviera quieto. Parecía que hacía algún caso, pero, de repente, estaba yo de pie escuchando la misa cuando de repente oigo pisotones muy fuertes en la madera en la que arrodillan los creyentes para rezar. "Había un caballo totón, que totaba que totaba..." cantaba mi hijo tan contento. La gente empezaba a mirarnos mal así que Raúl y yo cogimos a nuestro retoño y nos salimos de la iglesia para reunirnos con el grupo de descreídos que se estaba tomando una cervecita. Pero el pequeñajo no podía dejarme tranquila ni un segundo y se empeñó en que teníamos que buscar una tienda de chuches para comprarle un paquete de patatas.
En Salamanca la costumbre es comer magdalenas y sangría a la puerta de la iglesia o algo así. Para gran alegría de mi niño mayor. Se le iluminó la cara cuando le tendí la magdalena.
En la cena hubo que controlar un poco al grande porque se metía por los lugares más insospechados, saltaba por los sillones de la entrada, casi tira el cartel donde indicaban en que mesa iba cada invitado... ¡Vamos! Parecía un tornado más que un chiquillo.
En cuanto le sentamos en la trona se tranquilizó un poco y se hinchó a comer. Iván había estado un ratito despierto, pero se había vuelto a dormir y estaba tan tranquilo en su carrito.
El menú era exquisito y mi niño y yo nos los pasamos muy bien con la cigala;: haciéndola bailar y fingiendo que se iba a comer las croquetas de Daniel. Justo en ese momento se despertó Iván y me quedé sin cigala. El mayor ya estaba que se moría así que le dije a Raúl que nos íbamos a la habitación, pero él no me iba a dejar ir tan facilmente. Se le metió entre ceja y ceja que tenía que meter a los niños en la habitación de su madre para que nos turnáramos los tres a cuidarlos y poder bajar de vez en cuando a la boda. Cómo no pude convencerle de lo irracional de su idea no me quedó más remedio que ceder porque el pobre Daniel estaba que se caía. Así que ahí estuve yo, sentada en una silla viendo como dormían los peques durante ¡dos horas! Con el vestido de fiesta y un cansancio monumental.
Raúl se ha disculpado mil veces porque dice que al final se enredó la cosa y se le perdió su madre y luego todo salió mal... Y no se cuantas excusas más. A partir de ahora a esta clase de actos las voy a llamar Rauladas. Gracias Rosana por darme esta idea.
Cómo estaba agotada le dije que el domingo nos íbamos por la mañana. Y si no ¡haberme hecho caso! Así que a la mañana siguiente cogimos el coche y directitos a Madrid. Los niños estaban tan cansados que se durmieron casi en el minuto uno. Yo no tuve tanta suerte.
Vaya Raulada jaja con el sueño que tu tenías!!!La verdad es que fue un buen día y estabais los cuatro preciosos!!! Besitos y a descansar.
ResponderEliminarQué bonitos :)
ResponderEliminarImagino lo agotada que debes estar..
Buena semana para ustedes!
Que requeteguapos están los dos, bueno, los cuatro aunque ya sabes que los niños son los protagonistas jajaja. Me alegra que hayan tenido un gran día. Un besazo!
ResponderEliminar¿Magdalenas y sangría? Qué curiosas son las tradiciones... Pues no sé al final si te lo pasaste bien o no, con el tema del cansancio y de estar montando guardia y demás... Jajaja. Un beso grande y espero que Raúl escarmiente a la próxima XD. Un besote.
ResponderEliminarIr de boda con niños es un jaleo. Entre unas cosas y otras, no disfrutas nada....
ResponderEliminarEso si, solo por ver lo guapísimos que iban , merece la pena!!
Y tu no te quedas atrás, eeeh. Me encanta tu vestido!
Estais guapisimos los 4!!!! Me alegro de que lo pasarais asi de bien!!!! Aunque ir con los peques es un jaleo porque no paran quietos! Que guapos!
ResponderEliminarPor mi no hubiera llevado a los peques. Soy bastante estricta con los horarios, pero a mi marido le apetecía presumir de hijos en la boda de su prima y no pude convencerle de lo contrario. De todas formas no teníamos con quien dejarlos. mi suegra también asistía a la boda y mi madre vive muy lejos.
ResponderEliminarLo cierto es que estaban guapísimos jeje Babas, babas.
Los cuatro ideales!!!me encantan esos mocasines rojos
ResponderEliminarToda la ropa de los peques me la prestaron, incluidos esos mocasines. El dinero que me ahorraron mis amigas!!
ResponderEliminarPero que re guapos!!
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