El domingo fuimos al cumpleaños de un primo de Daniel. Nada más llegar el chiquitín se encontró con una sorpresa más que agradable: en el patio de la casa habían montado un castillo inflable pequeño. Mi hijo no perdió tiempo y en cuestión de minutos estaba descalzo y dando saltos como un loco. Todo fue bien hasta que la población infantil dentro del castillo empezó a tornarse peligrosa. Al principio temía por la integridad de mi niño, por su corta edad, pero visto lo visto empecé a temer por la de los otros niños.
Tuve que mediar más de una vez, incluso castigar a Daniel dos veces, porque no dejaba de dar patadas y manotazos a diestro y siniestro sin importarle donde caían. Al final, dos de los niños le echaron del castillo por pegón. Mi hijo se deshizo en lágrimas. Le expliqué lo que había pasado y que los dos amigos le dejarían entrar si dejaba de pegarles. Asintió a todo y les pidió perdón con mucho sentimiento, pero nada más entrar... ¡manotazo a uno de ellos! Ni corta ni perezosa lo saqué del castillo en volandas para castigarle de nuevo. Vaya matón de guardería me salido este enano.
Menos mal que se lo pasó muy bien a pesar del desagradable episodio. Hubo un momento en el que, incluso, tuvo el castillo para él solito. Tuve que desinflarlo para que accediera por fin a reunirse con todos los invitados para ver cómo soplaba las velas el homenajeado.
Cómo ya estaba muerto de sueño no hubo manera de que saliera sonriente en las fotos. Se puso a llorar de puro cansancio. Raúl y yo nos miramos y decidimos que era la hora de irnos. Iván llevaba un buen rato durmiendo en la cuna de su prima, pero con la canción de cumpleaños se despertó asustado.
Daniel estaba dividido entre su deseo de saltar mucho mucho en el castillo o derrumbarse por fin en su camita. Finalmente entró en razón y nos fuimos a casa felices pero agotados.
jajaj Daniel es energía pura!!! No te preocupes po lo de pegon, suelen ser etapas, pasara!! Hicistes bien!. Besitos.
ResponderEliminaraisss que de energía tienen estos niños!
ResponderEliminarjejejejje...qué tío, pide perdón y luego vuelve a las andadas...cómo saben estos peques!!!
ResponderEliminarComo te dice Rocío, son etapas...así que pasará!!!
Pobrete, luego acabó reventado de tanto saltar...puro cansancio!!!
Un besote
Irene está empezando a pegar y eso que no va a la guardería!! .. yo creo qeu les viene de serie ... además, coge carrerilla, pone cara de "la qeu te va a caer va a ser gorda" y pumbaaaa!!
ResponderEliminarAcabó agotado, pero luego no quería dormir :(
ResponderEliminarSupongo que estaba sobre excitado.
Uuuuy Irene que peligro tiene jeje Debe estar graciosísima cuando pone esa carita.