Una amiga me propuso cambiar de parque para hacer algo nuevo. Su propuesta era pasar por ouna zona verde que cuenta con una fuente abierta para que el que quiera pase por entre los chorros.
Cómo me conozco el cuento le pedí a mi amiga que me prestara una toalla. Ya que ella vive por allí y yo a quince minutos. Casi sin preparación nos acercamos al lugar. Los mayores se volvieron locos ante la visión de la fuente. desnudé a Daniel a duras penas antes de que se metiera de cabeza en un chorro. Al principio se adentraban con timidez, pero al fina eran unos auténticos Kamikazes.
La madre del otro niño le puso un bañador y mi peque se encabezonó en que él también quería. Afortunadamente mi amiga llevaba un pañal bañador de chiripa en recuerdo del año pasado y se conformó con eso.
A Iván le metí conmigo entre los chorros. Los miraba alucinado. Yo acabé con las perneras de los pantalones empapadas, pero muy feliz.
Cuando empezó a refrescar les convencimos para acercarnos a la zona de juegos. No era la típica. Había un tirolina y dos pirámides de cuerdas que podías hacer girar. Y allí estuve yo haciendo músculo un buen rato para deleite de la chiquillería.
La verdad es que fue un día diferente y muy divertido.
Guauuu que parque tan divertido!!! es genial!!!!! que dia tan divertido, me alegro mucho. Un besazo
ResponderEliminarMe encanta esa fuente, parece Las Vegas jejeje y que bien que va ahora con el calorcito
ResponderEliminarLa verdad es que ha sido un descubrimiento ¡Hay que repetir!
ResponderEliminarQué chulada!!! Yo quiero ir ahí a jugar!!! Jajaja. Besotes.
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