miércoles, 29 de septiembre de 2021

La divertida vida de los profes

¡Por fin! Por fin he logrado hacerme con el libro de "La divertida vida de los profes", una guía muy surrealista que va en la misma línea que su predecesora "La divertida vida de las mascotas". Mis hijos habían secuestrado el ejemplar y lo hacían aparecer y desaparecer como el Guadiana por toda la casa. Lo han leído, consultado, releído, casi analizado... y poco les ha faltado para enmarcar las frases célebres como: "No te están examinando a ti. Están examinando a los profes para ver lo bien que te han enseñado". 

Las risas se podían oír por toda la casa. Y luego venían a enseñarme aquello que les había hecho tanta gracia. Así que, cuando por fin le he podido echar la zarpa encima, ya conocía mucho del contenido.

El autor mezcla una minimísima base real con imaginación y fantasía a toneladas para hacer reír a los peques y presentarles el colegio como algo más que un antro de tortura infantil (no son conscientes de la suerte que tienen al poder acudir a uno). Bueno, a los peques y no tan peques, aunque ya os aviso que hay chistes que sólo las mentes más "inocentes" apreciarán (la mía es muuuy inocente jaaaajajajajaja).

Desde las costumbres del profe común anglosajón, hasta bibliotecas de libros o pedos, pasando por los secretos más recónditos de esos lugares a los que llamamos colegios... el autor nos lleva de la mano a un viaje alucinante lleno de asombrosos personajes, simpáticos animalitos y muchas anécdotas personales descacharrantes extremadamente divertidas.

Como bien se explica al principio, este libro te hará perder todo miedo que puedas tener a acudir a tu colegio, aunque sea un centro nuevo, aunque tu profesor te imponga, aunque las clases te parezcan de lo peor... Una vez lo leas lo verás todo bajo otro prisma diferente y muy loco.

Por cierto, hablando de locuras, ¿no pensarías que bastaba con una lectura lineal? Eso sería demasiado fácil. Cada lector podrá elegir sus propios caminos según intereses personales y saltar de una páginas a otra a su gusto.

¡Ojo! Haced caso al aviso del principio. Este libro lo puede leer todo el mundo: altos, bajos, grandes, pequeños, gordos, delgados, de cualquier nacionalidad y cultura... excepto LOS PROFES. Si cae en manos de algún profe puede pasar algo parecido a cuando alimentas un gizmo después de medianoche. Luego no digas que no te han avisado...

Y no pierdas la oportunidad de dibujar un cole de cosecha propia cuando termines de leerlo. Aquí os dejo el mío:



martes, 28 de septiembre de 2021

El día que se coló un extraño en el chat de discord de Iván

La infancia hoy no tiene nada que ver con la nuestra, pero NADA NADA. Un día están cantando con la patrulla canina y al siguiente se están creando servidores en Discord para charlar con amigos de clase, por supuesto, bajo la estricta orden de incluir sólo y únicamente a los amigos de clase y nada más. Ni amigos de amigos, ni hermanos, ni nadie más que aquellos para los que específicamente lo crearon.

No te hace mucha gracia, pero tampoco puedes fomentar la discriminación tecnológica de tu churumbel, así que cedes y le dejas proceder. Y llega el día en el que, de repente, te suelta que se les ha colado un desconocido en el chat. ¿QUÉ? ¿CÓMO? 

Lo primero que hizo fue contármelo a mí (BIEN), lo segundo contarme sus planes de expulsarlo del grupo (DOBLE BIEN) y hablarle por privado para conocerle más y averiguar cómo había entrado en el grupo (MAL, MAL, FATAL, HORRIBLEMENTE MAL). 

Tocó charlita "Los peligros de los chats en internet". Le expliqué que ese niños podría ser lo que dice... o no. Y en esta última posibilidad había grandes profesionales del engaño a los que, si se les da la oportunidad, puede hasta destrozarte la vida. El riesgo es muy alto y las consecuencias, muchas veces, irreversibles.

El peque me escuchaba muy atento y, a veces, me interrumpía para preguntarme cosas. "Pero yo no soy tonto, mamá", me decía. "Lo sé", le contestaba yo, "pero es que ellos tienen más experiencia que tú y son expertos en hacer el mal en chats y redes sociales"

"¿Son haters?"

"¡¡¡Peor, mucho mucho peor!!!", más vale exagerar que quedarse corta, "hay que expulsarle, banearle, ¡¡¡denunciarle!!!... Bueno, eso último no, que a lo mejor es un niño de verdad. Por lo pronto, se lo cuentas a tu padre, que es el experto en estas cosas". Y allá que fue el peque a contarle muy emocionado a su padre lo del extraño en su grupo de discord, mientras yo avisaba por whatsapp a los padres de los otros niños de lo que estaba pasando.

Raúl se sentó en el ordenador de Iván y solucionó el problema. Felicitamos al niño por haber actuado tan bien y habernos avisado y todo volvió a la normalidad.

Más tarde nos enteramos que había sido una broma de uno de los integrantes del chat para tomar el pelo a sus amigos. Había pedido a un primo que se uniera al chat y les vacilara. Todo muy inocente. Pero nos sirvió de simulacro y me deja más tranquila que Iván acuda a nosotros ante situaciones de riesgo.

lunes, 27 de septiembre de 2021

El nigromante, rol con JuegAventura

Este verano mi hermana me pidió que le preparara una aventura rolera a mi sobri de cuatro añitos. Tanto leer en mi blog lo bien que nos los pasamos corriendo épicas aventuras que estaba deseando que el más peque de la familia se uniera a la diversión. ¿Cómo me iba a negar? 

En un principio pensé en pasarle el testigo a Raúl, que es el máster oficial de la familia (y el encargado de leer y explicar las reglas de los juegos de mesa. ¡Es una joya! Y es mío muahahaha). Y estuvo de acuerdo en preparar algo de Herokids, a pesar de que hace años que no lo toca.

Pero se me cruzó por en medio un sistema nuevo que vio la luz gracias a Verkami y no pude resistirme. la aventura se basaría en JuegAventura. ¡Decidido! En este punto, Raúl dijo que si yo elegía el sistema, yo dirigía. Prefiero jugar, peeero ¡nada me detiene! Me leí el manual en poquísimo tiempo. La verdad es que es muy sencillo, apto para todo tipos de padres, incluso los más despistados en temas de rol.

Con las reglas en la cabeza empecé una aventura trepidante intentando no perder el norte, porque ya estoy demasiado acostumbrada a mis fieras y volver a la edad de infantil me cuesta un poco. La historia iba a versar sobre una pandemia zombie, como me pidió el chiquillo. Muy ilusionada la escribí de un tirón, teniendo en cuenta varias opciones y la posibilidad de que los dados estuvieran cargados por el diablo. No quería una crisis de ansiedad en su primera partida.

Al final me salió algo que prometía dar para muchas situaciones épicas y gloriosas. O eso esperaba... Entonces comencé con la búsqueda de personajes y elementos que hicieran más visual el devenir de nuestro pequeño héroe. Ahí sí que perdí tiempo. No es fácil encontrar animalitos zombis monos. De hecho, una de las veces que pasó una de las fieras a mis espaldas bastó para tenerlos pegados a mi nuca muy interesados en mi búsquedas ainsss

Tras mucho esfuerzo, trabajo y aclaraciones al público que allí se había reunido, al que intentaba echar a toda costa porque eran los potenciales compañeros de aventuras del primo, tuve todo el material preparado. Incluso me hice con unos dados de 6 de colores preciosos que al peque le fliparon tanto que se los regalé.

Por cierto, agregué una regla, si perdían en los ataques perdían un dado (eso es lo que significa 1 de ataque), que podían recuperar descansando. Huelga decir que hubo momentos tensos en los que sólo les quedó uno para tirar jaaajajajaja.

El autor de JuegAventuras tiene material para descargar en PDF en su web que me fue muy útil.

Os dejo aquí el cutre texto que hice para la aventura (que os podéis saltar tranquilamente jaaajajajaja) y ya os cuento en otro post cómo nos fue en la partida. Adelanto: Hubo risas, llantos, tensión, momentos muy épicos y unos padres muy implicados):

"Vivís en el refugio (4 habitaciones y 1 sala común). Empezáis con 4 PA. Sois una banda de aventureros.

Os llega una gárgola mensajera de un antiguo componente del grupo (ahora tiene una granja de gárgolas):

Mensaje: “La muerte sale a pasear por las noches”

A la vez tocan a la puerta. Abrís y no parece haber nadie (es un animago lagartija. Tienen que tirar inteligencia para descubrirlo). Si lo descubren dice que viene porque le ha desaparecido algo muy importante (no quiere decir qué es) y quiere contrataros para que le ayudéis a recuperarlo. Si no lo descubrís, os sigue y lo descubrís más adelante (si os sale una tirada muy buena de inteligencia).

Si descubrís al Animago: os invita a su casa a buscar pistas. Pistas: Huellas de gárgolas poco comunes (Los investigadores cuentan con una foto de las huellas. Si no consiguen averiguar nada pueden hacer una tirada de inteligencia). Un gato asustado sale a recibiros seguido de un ratón zombi que os ataca (vida 1, ataque: 1).

¿Qué hacéis?

Preparad las mochilas: 3 objetos cada uno. 1 de ellos provisiones.

Elegid una mascota para que os acompañe.

Esperáis a que sea de día? Salís ya aunque sea noche cerrada?

Camino principal:

Si salís de noche, nada más adentraros en el camino oís un ruido muy extraño e inquietante. ¿Qué hacéis? (Son un rebaño de ovejas zombi (2 ovejas x número de jugadores que haya en juego de 1 de vida, 1 de ataque) si os escondéis pasan y no os hacen nada. Si no os escondéis os persiguen hasta el lago y, allí, si elegís el camino del lago: sólo tenéis una tirada para desanudar la barca.

Si elegís el camino que bordea: os topáis con las trampas de agujeros: las ovejas se caen en una de ellas y vosotros en otra. Cada jugador pierde un dado, pero os salváis del ataque ovejil.

Si salís de día: Oléis algo extraño: A un lado del camino hay un cinturón de mago con frascos de pociones rotos. Podéis salvar uno de ellos (Poción para hablar con los animales)

Mapa del camino: Hay que elegir entre pasar por el río o bordearlo

Si es de día, encontráis por el camino huellas muy extrañas y trozos de piel enganchadas a la maleza. El animago se pone muy nervioso (si es que os acompaña). 

Si es de noche aparecerán animales zombis (tantos conejos zombi como jugadores haya en juego de 1 de vida, 1 de ataque).

Río: Hay 3 barcas atadas:

-1: Todavía tiene la pesca del día anterior dentro y la cuerda es fácil de desatar (de noche los peques muertos os atacan (Hay un pez por jugador que haya en juego de 2 de vida y 1 de ataque). (Éxito a partir de 2 para desatarla)

- 2: La cuerda está un poco mejor anudada a la orilla, pero tampoco parece muy difícil de desatar (más adelante os dais cuenta de que el casco está rajado y entra agua poco a poco) (Éxito a partir de 4 para desatarla). Los jugadores tendrán que pensar qué hacen cuando la barca comience a llenarse de agua.

- 3: Está muy bien atada (Éxito a partir de 6 para desatarla)

Mientras cruzáis el río en la barca y oís un chapoteo extraño, ¿qué hacéis? Veis unos tentáculos emergiendo del agua ¿Qué hacéis? El monstruo marino no parece estar interesado en vosotros si no, más bien en huir. ¿Qué hacéis? Si habláis con él con la poción, os cuenta que por la noche los animales muertos reviven y les atacan. Son muchos y muy feroces.

Si lo matáis, se vuelve zombi. Sólo podéis despistarlo y huir (animago os ayuda). Uno de vosotros pierde un dado a su elección.

Camino

- Hay una trampa de agujero (si la descubrís la evitáis. Si no la descubrís alguien cae hay que sacarlo y pierde un dado a su elección.

- Os encontráis con un dragón, pero pasa corriendo por vuestro lado sin haceros ni caso. Parece muy asustado.

- Si es de noche: os cercan tantos conejos zombis como jugadores haya en juego. Os atacan (1 de vida, 1 de ataque).

De nuevo en el Camino principal (llegáis de noche): Un pollito zombi lleva algo en la boca y se entretiene comiéndoselo. Pasa de vosotros. ¿Qué hacéis?

Papel: “Hechizo para potenciar efectos. Con estas palabras el hechizo o poción será mucho, muchísimo más fuerte” No podéis ver el hechizo en sí porque se lo ha comido el pollito.

Estáis muy cerca de la puerta de la granja de vuestro amigo. La maleza que rodea los bordes del camino se agita ¿Qué hacéis? Son mucho animales zombies. Unas gárgolas bajan del cielo os cogen (prueba de cuerpo. Si alguien no lo consigue, otro compañero que sí lo haya conseguido puede hacer una tirada de valor para ayudarle a subirse a la gárgola) y os llevan a la granja.

Os encontráis con vuestro amigo. Está muy contento de veros, pero mira mal al animago (a estas alturas ya debe haber aparecido). Vuestro amigo es un aventurero hombre lobo. La próxima noche habrá luna llena, así que tendréis que iros antes.

Lo que os cuenta: De repente la zona se ha llenado de zombis. Él está a salvo con sus gárgolas, pero teme porque la plaga se extienda y se convierta en una pandemia a escala mundial. Cada noche los zombis avanzan más y mas. Ha hecho cálculos y cree que todo empezó en el cementerio del pueblo. 

Descansáis y recuperáis dados.

Al día siguiente vais al cementerio del pueblo. De día.

Tumba 1: Capa de invisibilidad

Tumba 2: Poción de rapidez

Tumba 3: Trampa apestosa (pierdes un dado)

Tumba 4: No hay nada, ni cadáver siquiera. Este se ha levantado a dar una vuelta

Tumba 5: Un almuerzo olvidado. Ganas un dado extra para una habilidad.

Tumba 6: Libro de mago: “Hechizo para noche infinita y cómo contrarrestarlo. Sólo necesitas un hueso bien grande de zombi y darle en la cabeza al hechicero que haya traído la noche infinita”

Mausoleo: Veis una figura al fondo murmurando algo extraño. Está rodeada por un círculo de fuego ¿Qué hacéis? (Plano: sólo hay una puerta de acceso. Hay adornos de escudos y espadas en las paredes. Hay tres tumbas grandes).

El mago estaba recitando el hechizo de noche infinita (tardará dos turnos en recitarlo del todo). De repente oscurece y se oyen ruidos raros. Los zombis se están levantando de sus tumbas y en un cementerio hay muuuuuchas tumbas. ¿Qué hacéis?

Los zombis son lentos. Tardarán en entrar al mausoleo un número de turnos que dependerán de cómo les vaya con los zombis de dentro a los aventureros.

De las tumbas del mausoleo se levantan tres caballeros zombis con espadas.

Si no habéis cerrado la puerta en breve comenzarán a entrar el reto de zombis del cementerio.

Si las cosas se ponen muy mal aparece el amigo hombre lobo y mata zombis a lo bestia.

Se hace de día, vuestro amigo os agradece vuestra ayuda y os regala unos bolis mágicos (son los típicos de tinta invisible con luz)".



jueves, 23 de septiembre de 2021

En barco para avistar cetáceos

Lo que más nos gustó cuando estuvimos en Tenerife fue la excursión en barco para avistar cetáceos, aunque a punto estuvo de arruinarse. Al llegar al puerto nos informaron de que el mar estaba especialmente bravo y que, no sólo de del avistamiento lo veían difícil, sino la excursión en si ya iba a ser movidita. 

En realidad, íbamos más emocionados en montar en el barco que en otra cosa. Está claro que ver animalitos  en sus habitats nos hubiera encantado, pero si no podía ser tampoco íbamos a rechazar una buena aventura sobre las olas. ¡Y menudas olas! Al principio parecía que nos hubiéramos montado en una atracción muy loca a impresionante. 

El barco saltaba literalmente y volvía a caer para júbilo de todos los tripulantes que pagábamos gritos emocionados. Nuestros guías nos observaban divertidos, pero acostumbrados a nuestras reacciones. Nos aseguraron que la familia que había alquilado el barco antes que nosotros lo habían pasado igual de bien.

La verdad es que acabamos mojados pero felices, cuando al fin el oleaje se calmó un poco. A lo lejos pudimos ver algún chorro de agua e Iván jura y perjura que vio saltar un delfín. Teniendo en cuenta que otra peque que nos acompañaba también ponía la mano en el fuego por una sirena es de prever que la imaginación infantil jugó u importante papel en los avistamientos.

Yo, personalmente, no vi nada de nada con mis dos dioptrías de miopía y mi falta de costumbre de usar gafas (me operé a los 21 y hace la tira de años que no las necesitaba, sumamos mi despiste y tachan, una Dácil que ve lo justo para no chocarse y la pantalla de su móvil para tuitear a gusto). Así que desde el principio daba por perdido el avistamiento.

Nuestros guías no explicaron un montón de cosas interesantes sobre la faunia de la zona, Los Gigantes, unos acantilados que conforman uno de los tres puntos primigenios de los que surgió la isla de Tenerife. por lo visto el Teide es bastante joven. En realidad, Tenerife comenzó siento una estrella de tres puntas. Teno (donde estábamos), Adeje y Anaga. Por lo visto, la presión que ejercían los tres volcanes acabaron por estallar en el enorme Teide. 

Concretamente, los gigantes es el punto más antiguo de la isla. Son unos acantilados impresionantes que, en algunos puntos, superan los 600 metros de alturas sobre el nivel del mar y que muestran huellas de su origen volcánico en sus vetas.

En el mar que regenta tan impresionante formación natural viven una gran variedad de ejemplares de cetáceos: Calderones, cachalotes, delfines mulares... Uno de nuestros guías nos iba explicando las características y costumbres de cada animal ayudado por figuras de juguete y otras piezas curiosas. También nos habló de las pobres tortugas bobas... que toman su nombre porque no reaccionan a tiempo y son muy fácil es de capturar o, peor aún, atropellar si no se va con cuidado.

También nos enteramos de que hay un proyecto de urbanización en esta zona protegida que esperamos que no prospere: el puerto comercial de Fonsalía. De hecho, a principios de este mismo año esta zona fue declarada área protegida a nivel mundial ya que se considera un refugio de cetáceos único en el continente europeo. Si se llegara a materializar dicho proyecto el ir y venir de embarcaciones de todo tipo haría peligrar la subsistencia de estos animales. Esperemos que gane la conciencia ecológica sobre la comercial.

Sería una tragedia que lo echaran a perder porque el lugar es impresionante. Y ya tiene demasiado tráfico marítimo como pudimos observar, aunque el guía nos aseguró que, desde luego, los autóctonos eran extremadamente respetuosos con el entorno y estaban muy muy orgullosos de toda la riqueza natural que tenían la suerte de disfrutar.

Y doy fe de ello, las vistas durante el paseo eran impresionantes. Hasta tuvimos la oportunidad de tomar un baño justo delante del acantilado cuando el mar se calmó un poco. Bueno, se bañaron ellos que yo, como buena integrante del club "Odio a Murphy", tenía la regla y decidí que con la experiencia del barco ya era la caña.

Terminamos el paseo muy entusiasmados y con ganas de repetir, la verdad.













viernes, 17 de septiembre de 2021

El sistema de almuerzos de Iván

Este año está siendo muy "especial". Daniel ya va al Instituto y juega en una liga diferente que la del hermano. Además de que está de un pavo subido que para aguantarle hay que ser su madre (y a veces ni ella lo aguanta. Lo sé de buena tinta). Otro día escribiré un post sobre esto, que se necesitan fuerzas, energías y las ideas muy clara para expresar esta etapa con palabras. Hoy me centraré en el sistema de almuerzos que se le ha ocurrido a Iván tras envidiar mucho a su hermano por poder comprarse el desayuno que quiere en el recreo.

Empecemos por el principio. Resulta que en el instituto de Daniel cuentan con cafetería y, aunque los alumnos de primero no pueden entrar porque tienen patio propio sin acceso (según mi churumbel, una especia de tierra de nadie), cuentan con un pequeño puestecito para que puedan adquirir su almuerzo cómodamente. Por supuesto, todo sano en la línea de una visión de negocios enfocada a los beneficios económicos: bolsas de patatas y similares, palmeras de chocolate, paninis... A ver qué si creéis que hay muchos adolescentes que se compran fruta de forma voluntaria para comer en el recreo. En fin, aunque no me guste la base alimenticia de esta iniciativa no me vi con fuerzas para negarle una paga de 5 euros semanales a mi hijo mayor para que fuera con los amigos a tomar a comprarse el almuerzo (porfi mami, todos lo hacen así, porfiiii). En fin, que a pesar de que estamos hablando de la friolera de 22 euros al mes de paga (A mí me parece mucho, que queréis que os diga), incluso se le queda corto, ya que el panini cuesta 1,50, la palmera 1,10 y la bolsa de patatas 0,50. Como en su mente está zamaparse un panini a la semana y el resto palmeras, ha decidido no comer uno de los días para poder conseguir sus objetivos. Por una lado lo tengo haciendo números y estrategias, que no está mal, pero por otro no me hace gracia que pase hambre y que coma tan mal todos los días.

Al que sí le ha hecho tilín el sistema ha sido al pequeño, que estuvo quejándose abiertamente porqeu él también quería una cafetería en su cole, o al menos un puestito aunque fuera pequeñito. después de una laaarga (demasiado larga) charla debate de por qué era imposible que se cumpliera su deseo llegó a la conclusión de que la solución estaba en su mano. Se sentó a desarrollar su incipiente idea y muy pronto me estaba presentando su proyecto.

Había confeccionado una lista de posibles almuerzos y sus precios "virtuales". Cada semana tendría 5 euros virtuales nuevos para gastar. Lo más sano es lo más barato y lo menos sano y apetecible lo más caro para que costara más conseguirlo (que conste que esto se le ocurrió a él. Yo no tuve nada que ver). Los productos que había apuntado, pero que no teníamos en casa y quedaban pendientes de comprar llevarían la etiqueta de "agotados" hasta que se repusieran. Y ¡plas! Me plantó la lista de precios en la nevera.

Estos tres días que llevamos con este sistema ha pedido sandwiches porque, como ya he comentado en alguna ocasión, mi peque es una reencarnación del tío Gilito y es más feliz con el dinero en la mano que gastándolo, aunque ese dinero sólo exista en nuestra imaginación. Supongo que la próxima semana, que arranca con 5 euros más el euro y medio ahorrado de ésta (que comenzó el miércoles por lo que recibió sólo 3 euros), se anime a darse algún capricho. O los caprichos se me van a acabar caducando.

El caso es que me encanta el sistema que se ha inventado. Bravo por su enorme creatividad y resolución a la hora de conseguir sus objetivos.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Este verano hubo playa ¡y olas!

Por fin este verano los niños pudieron quitarse la espinita de no haber olido una playa en más de un año. Con la pandemia no fueron a canarias y por la península tampoco veíamos motivo para viajar a la costa, así que estaban deseando rebozarse cual croquetas y saltar olas a lo loco.

Para mí, la verdad, es que las playas a las que fuimos en Tenerife no eran la octava maravilla, pero mis hijos las disfrutaron como si fueran las mejores del mundo. Cerca de donde nos quedábamos teníamos dos opciones muy diferentes: Una mediana con intenso oleado y otra doble más pequeña y más balsa de aceite. ¿Adivináis cual era la preferida de los peques? La de las olas, por supuesto. No hay nada como que te volteen y te arrastren de aquí para allá con la fuerza del mar. Cuando íbamos a esa yo me quedaba en la arena viéndoles morder la arena. 

En la otra sí que me bañé, era la de la famosa cueva a la que fuimos nadando en plan aventura y nos dimos con las rocas, nos atufaron a aceite de barco y mi hijo pensó que yo era una estupenda mula de carga marina para tirar de la tabla a la que iba cogido. Por lo demás muy bien. Era muy agradable bañarse allí.

Aunque el último día las olas invadieron incluso la playa balsa llenándola de porquería y lodo. Eran impresionantes. Y mis hombres, que están como cabras, no dudaron en bañarse desafiando el peligro. Casi les tuve que sacar de allí por la oreja.Y es que a mí el mar me da mucho, pero que mucho respeto. Por menos de nada ya te ha atrapado un corriente y estás perdido.

Decir que veníamos a esa playa rebotados de la otra en la que si ya de por sí había un oleaje intenso imaginaros con semejante marejada. De allí también los tuve que sacar casi a patadas (y con un enfado monumental) Menuda panda de inconscientes. La bandera era amarilla, pero ya os digo yo que merecía la roja rojísima. Me los llevé de allí con el premio de consolación de ir a la playa tranquila, pero como ya he contado. Tampoco duramos mucho, según ellos porque yo exagero, pero prefiero exagerar que llorar.

Las olas hasta cruzaban los diques de lado a lado. La gente tuvo que salir de allí corriendo con las mochilas y toallas empapadas. Mi hermana alucinaba y aseguraba que nunca había visto nada igual.

Aunque ahora que lo pienso ya nos hablaron de un oleaje fuera de lo normal cuando fuimos a la excursión en barco de avistamiento de cetáceos... Eso lo cuento en otro post, pero ya adelanto que moló muchísimo, sobre todo porque el barco parecía una montaña rusa subiendo y bajando las olas.