El otro día, me dijo muy serio que Juanjo, un simpático aunque también cafre perrito que le poseía de vez en cuando, se había ido para siempre. Por lo visto se fue a una estadio y un bolachito (una especie de raza de perritos parecidos a los beagles pero mucho más pequeños, peludos y gorditos que sólo existen en la imaginación de Daniel) tiró una granada al grito de "te mato wey". Desgraciadamente, Juanjo falleció... junto con katting (el hamster), Rufus (el gato rellenito que siempre estaba en medio) y los tigres de gordala (pues eso, tigres achuchables y mortales).
Todavía dejó vivir a los bolachitos un poco más, pero amenaza con matarlos pronto.
Por supuesto, años de sacar a pasear estas personalidades para jugar, hacernos reír, sacarme de quicio y tomarnos el pelo, según la situación de cada momento, no se pueden borrar de un plumazo, así que no pasa mucho hasta que el mayor nos suelta cosas como "Juanjo ha llegado", "Juanjo te mira", "Juanjo está ofendido y se va", etc... con el consiguiente enfado porque él quiere pasar página y volcarse de lleno en su nueva etapa de adolescente "serio", pero es no pueeeeede. Juanjo está demasiado metido en su cabeza y eso le molesta muchísimo.
A mí, personalmente, me da pena que intente forzar el tema, pero es su decisión y le apoyo totalmente. Le aconsejo que no le dé tanta importancia y que tiene que entender que el proceso de abandonar fantasías que ha estado utilizando asiduamente y diariamente no es nada fácil. No puede pretender cambiar hábitos de juego tan arraigados de la noche a la mañana. Y de una forma tan consciente y voluntaria.
Encima es que aún no tiene ni doce años como para ir despidiéndose así de todos sus comportamientos infantiles. Hay que ir poco a poco. Seguramente sus amigos seguirán siendo más infantiles que adultos también, y seguro que les dura mucho, ¡o eso espero! Que manía con querer crecer tan rápido.
En fin, echaré de menos a Juanjo y al resto de los personajes, aunque más a Juanjo que es el principal y el que más interpreta. Pero estoy segura que aún tendremos mucho juego de este tipo por delante porque Danielillo no lo puede evitar. Se le ve muy mayor por fuera, pero por dentro, afortunadamente, sigue siendo el niño de 11 años que debe ser.
Ayyy q mayores.... Da pena y alegría a partes iguales ir dejando etapas atrás....
ResponderEliminarTranquila. Juanjo se ha ido, pero ahora, de repente, tenemos a orejitas entre nosotros (es un gato) jaaajajajaja Si es que no puede evitarlo
EliminarSiempre te lo digo, sois una familia tan especial y divertida que realmente os tengo un poquito de envidia.
ResponderEliminarAaaay pues que va. En esta casa tenemos de todo: lo bueno, lo malo y lo regular. La convivencia es difícil aunque te quieras. Lo que pasa es que suelo contar lo bueno, que es con lo que me gusta quedarme XP
EliminarQue disfrute de tener 11 años, con todo lo que conlleva. QUe bonicos son!
ResponderEliminarEso pienso yo, pero a este le dan ventoleras y no hay manera de sacarle de sus ideas. No me preocupa porque se le olvida muy a menudo jaaajajajaja Ahora resulta que es el gato orejitas XD
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