sábado, 29 de octubre de 2011

La abuelita Matilde dice adiós... de momento

El tiempo se pasa volando y la abuela Matilde tiene que irse a Las Palmas a arreglar papeles y poner en orden su vida.
La voy a echar muchísimo de menos, porque me ha ayudado enormemente con los dos bichejos. Sobre todo por como han salido las cosas. No sé que hubiera hecho con Daniel en casa e Iván en el hospital si ella no hubiera estado aquí.

Gracias a mi madre he podido dormir todas estas noches. Aunque con Iván ya en casa lo de descansar ha sido relativo.

Se agradece en el alma una mano carñosa cuando te ves desbordada de biberones, pañales y llantos. Hemos tenido nuestros más y nuestros menos. Normal. Por algo somos madre e hija. Ya me pasará a mí lo mismo con mis vastagos cuando sean dueños de su propio destino y se me escapen de entre los dedos para vivir su propia vida. Debe ser muy duro que tus hijos se vuelvan independientes cuando antes te necesitaban para todo y eras su guía.

Daniel también la va a echar muchísimo de menos. No sé como reaccionará cuando diga por las noches "Abuela, mano" y no esté allí mi madre para dársela. El primer día de ausencia estuvo llamándola todo el rato. La verdad es que se lo pasaban muy bien juntos.

Yo le expliqué que la abuelita se había subido a un avión y había surcado los aires para irse a una islita chiquitita que es donde vive. Al crío le encantó el relato y repetía todo el rato "Buela tilde, vión bruuuuuum".

Hasta Raúl la echa de menos. Vaya conversaciones sobre política que tenían, cómo le gusta a mi madre pincharle y que poco al trapo entra mi marido. Verlos discutir, Raúl sin perder la calma y mi madre a voz en grito, resulta muy gracioso.

De todas formas no pasará mucho tiempo antes de tenerla de nuevo con nosotros. Nos ha prometido volver pronto y esperamos que cumpla su promesa.

2 comentarios:

  1. A ver si es verdad que vuelve, porque a esta madre mía no le gusta nada moverse de su casita y con ella nunca se sabe. Por gusto no viene nunca, pero si cree que realmente la necesito hace las maletas, pasa el mal trago y la tengo aquí en menos que canta un gallo.

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