Nos costó un poco llegar a la zona de juegos porque había que atravesar la tienda y resulta que mis hijos lo querían tooodo. ¡Qué extraño! ¿Verdad?
Cuando por fin llegamos a la zona del campamento, los peques no sabían por donde empezar. Les pusieron un pañuelito al cuello y se integraron en el campamento emocionados. Aunque tenían muchas distracciones que no formaban parte del atrezzo porque es una tienda que tiene muchas sorpresas para los más pequeños. Como el tío vivo que encandiló a Iván o la zona de lectura y juegos, de la que no pude levantar a Daniel para que acudiera al cuenta cuentos que se realizó casi al final, porque estaba enganchado a un libro sobre el cuerpo humano (¡Que raro!). O la maquinita estilo Atari en la que podían jugar al comecocos de toda la vida.
¡Y qué decir de la mesa de chuches, bollería y fruta fresca que prepararon! Nada más llegar mis peques se dejaron llevar por la tentación y rellenaron sus reservas de azúcar al máximo. A pesar de los esfuerzos de las monitores, los peques me dieron el trabajo suficiente como para no poder disfrutar como me hubiera gustado de los deliciosos smoothies que me llamaban desde sus botellitas multicolores.
Creo que lo que más le gustó al mayor fue el taller de experimentos. Se le veía muy concentrado en lo que le estaban explicando las monitoras. Lo cierto es que me lo tuvieron tan entretenido que hasta tuve una rato para charlar con las otras madres. ¡Milagro, milagro!
En toda la zona habían dispuesto ejemplos de la colección primavera verano. Por lo que vi triunfan los juguetes de toda la vida: balones, casitas de madera, patinetes, cubos y palas con formas innovadoras... ¡Viva el juego al aire libre! Con el buen tiempo es lo que apetece. Pero era sólo una pequeña muestra de su nueva colección. Se han inspirado en los campamentos de verano basados en el ocio educativo, y lo cierto, es que su catálogo está lleno de tentaciones y pequeños tesoros. Juguetes para explorar la naturaleza, para hacer deporte, creativos e interpretativos, relacionados con la experimentación, la música, la tecnología, la estimulación temprana... ¡No se han olvidado de nada!
Tuve que irme un poco a la francesa porque el nivel de aullidos de Iván iba en crescendo en concordancia con su ataque rabioso. Pagué a toda prisa los libros y enfilé para el metro.
Cual fue mi sorpresa cuando, al bajar las escaleras de piedra, con carro, dos niños y bolsas, me encuentro con que toda la línea que lleva a mi humilde hogar ha sido cortada. Con tic nervioso en el ojo desandé el camino, que no es poco, y llamé a Raúl completamente desesperada. Recuento de daños: Espalda y riñones damnificados, bebé con perreta y niño sobreexcitado que no para de hablar y hablar y hablar.... Handicaps: total falta de orientación y desconocimiento de la zona por parte de la madre... Menos mal que el padre siempre pone todo en su sitio y aclara las ideas. Me propuso ir a buscarnos en coche, pero el tiempo de espera sin hacer nada no es bueno para el estado emocional en el que estaban los peques, así que nos buscó una ruta alternativa y nos esperó en la boca de metro más cercana a nuestra casa que encontró.
De tener una línea de metro directa que nos dejaba muy cerquita de casa, pasamos hacer dos trasbordos larguísimos, bajar millones de escaleras de piedra (menos mal que siempre le daba pena a algún transeunte y me echaba una mano con el carrito) y acabar en una parada a unos veinte minutos de casa. La parte buena es que los niños estuvieron tan entretenidos con el libro de los dinosaurios que se portaron fenomenal. Me encantó la forma en que hicieron turnos para pegar las pegatinas y cómo ayudaba el hermano mayor al pequeño.
Papá nos estaba esperando en los torniquetes y me echó una mano que le agradecí en el alma. Nos fuimos dando una paseo muy agradable hasta casa, en donde, como era de preveer, los peques casi ni cenaron y cayeron a peso en sus camitas. ¡Demasiadas aventuras!
Jajajaja. Si es que hay veces que salir es toda una aventura. Ya contaré lo que nos pasó a nosotros el sábado pasado...
ResponderEliminarEl acontecimiento parece haber estado estupendo. Si es que esta gente se lo curra siempre un montón. Besotes!!!
Me has dejado muerta de la curiosidad. Espero que no fuera algo malo. Por lo menos sé que acabó bien, porque aquí te tengo comentando sana y salva ¡Menos mal!
EliminarBuuuuu ¿Por qué en mi época no había de eso?? jajaja
ResponderEliminarLa verdad que dan ganas de meterse de lleno en las actividades tengas la edad que tengas
En la mía tampoco jooooo. Y ahora hay que aguantar la ganas de hacerse dos coletas e infiltrarse jajaja
EliminarHola mamá desesperada,
ResponderEliminarQuería darte las gracias por el sabio comentario que has dejado en mi blog.
A veces, tan sólo el saber que no te pasa a tí sola, que hay más peques iguales, que es un proceso y que antes o después puede cambiar... a veces sólo eso te da ánimos (porque a ratos andas de un cabizbajooo jejejeje).
De nuevo gracias, en serio.
Y leyendo este post.... ufff... es que no nos da algo no sé yo por qué no jejejejeje. Que stress !!!
besos
Me alegro haberte ayudado un poquito, aunque sea moralmente jajaja
EliminarEs que te entiendo porque yo lo pasé fatal. Sobre todo con la incomprensión de la gente. Todo son buenas intenciones, pero nadie se pone en tu lugar. Ánimo, las cosas sí que cambian. Espero que cuando empiece el "cole" de mayores empiece a darte un respiro.
Que chulo el campamento de de Imaginarium no?? que guay lo pasariais genial, me temo que ala vuelta no tanto, jajaj pobr, como te entiendo.
ResponderEliminarSe lo curraron un montón, como los chicos de RegalaCuento. Si es que nos tienen muy mimadas jajaja
EliminarDel viaje de vuelta ¡no me quiero ni acordar! Aaaarg!
jooooooo y yo que de pequeña no me llevaban a estas cosas?! creo que si voy a una campamento así el papa tendría que buscar antes a la madre que al hijo... jajajaj
ResponderEliminarEs que me temo que esto es nuevo jajaja
EliminarPero nosotras teníamos otras cosas muy chulas :D