El circuito de Washi tape

¡Mamá que sabe! me dio una idea genial para llevar a cabo con mis peques. Ella le hizo a su niña un circuito con washi tape. Yo pensaba hacerles una rayuela, pero no encontré espacio en mi casa, así que decidí copiar la idea de este blog.

Me puse a hacer el circuito mientras ellos jugaban con sus juguetes, pero pronto se olieron algo y vinieron a investigar que estaba haciendo. Les conté el plan y me presionaron para que acabara cuando antes. Ante el estrés que me producía sus comentarios, gritos y miradas insistentes hice el circuito mal y pronto. Los peques insistieron en ayudarme, así que les cortaba celo para que los pegaran ellos mismo donde quisieran.

Cuando acabaron, les propuse hacer el circuito, pero ellos tenían ideas mejores. Daniel proponía recorrer el circuito con una bomba en la mano, un cojin pequeñito, y había que soltarlo en un cuadrado que tuviera una de las rayas de washi tape que él había pegado, si no caía dentro estallaba y perdías.

Iván hizo el amago de jugar un par de veces, pero salía corriendo pasillo adentro con el cojín y teníamos que perseguirlo para recuperarlo.

Cuando Daniel, se cansó, su hermano usó el circuito para colocar su colección de "malossssh" con los que se monta unas luchas que para qué os quiero contar.

Ya los tenía todos colocados, y de repente, llegó el mayor y lo convenció para arrasar con los muñecos en plan Godzilla.

Poco después, Daniel se fijó en que el celo tenía dibujitos y añadió una variante al juego. Teníamos que elegir un personaje antes de empezar el circuito como si fuera uno de sus amados videojuegos. El era el bicho verde, Iván el azul y yo el que tenía cara de fresa.

Todavía tenemos el circuito montado en el salón, tres días después, y de vez en cuando juegan con él, cada uno, a su manera. Imagino que pronto lo quitaremos y entonces se lo pasarán bomba despegando el washi tape.