Desde hace unos días padre y primogénito se meten bajo el edredón a contarse sus cosas mientras Iván corre cual gacela a su cama al grito de "Almohadaaaaaa" y "Teteeeeeeeeee".
Mientras le pongo el pijama manta al más pequeño, los otros dos se cuchichean sus cosas.
Últimamente, me tumbo con el más pequeño en su cama para que no sea menos, aunque me consta que no se le invita a instancias de Daniel y que el padre estaría encantado de tener allí a los dos contándole sus vidas.
Nos tumbamos los dos muy felices en la camita y le empiezo a preguntar sobre, el cole, el día, los amigas, lo que le gusta, lo que no... La mayoría de las veces sólo consigo incoherencias, pero a veces saco cosas en claro... ¡Incluso me ha cantado una canción del cole que yo no conocía! Me derretía escuchándole: "Chicosssss, chicossssss, chicossss ¡uenos días! undauengeumabaaaa ¡a juga! ¡Bieeeeeeeen!" Y aplaudíamos los dos tan contentos.
Así estamos hasta que llega su hermano y les damos sus besos de buenos noches a ambos.
Espero que dentro de poco sea una práctica que hagamos la familia completa y no cada uno por su lado. Aunque entiendo, que ahora mismo, Daniel prefiera tener un ratito a su padre para él sólo.
Si es que les encanta eso de tener momentos "exclusivos". Un besote!!!
ResponderEliminarSupongo que les hace sentirse especiales jajaja
EliminarQue ternura!
ResponderEliminarA mí también me derriten estas cosas jejeje
EliminarBabas, babas, babas...
¡Cómo me gustan esos momentos padre-hijo! El Padre en Prácticas se muere por que Mayor crezca un poco y puedan compartirlos...
ResponderEliminarSeguro que pronto empezarán con sus cuchicheos y reuniones. A los peques les encanta hablar con sus padres... y con sus madres. Hay que aprovechar lo bueno de cada edad :D
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