Ayer por la mañana tuve el privilegio de acudir a la actuación de Infantil del cole de Daniel. Digo el privilegio porque la hora se pegaba de tortas con la conciliación familiar. Eso que tengo que agradecer a mi estado actual de parada. Aunque se ve que ahí se pidió el día todo quisqui porque no cabía un alfiler.
Como quien no quiere la cosa me fui deslizando hacia filas delanteras, aun no sé ni cómo. Y al final conseguí una posición bastante buena para cazar la mejor foto del peque, emulando a la más intrépida paparazzi. No era la única que se dejaba los restos para inmortalizar el momento. Algunos de los más osados trepaban por las barras del gimnasio cámara en ristre.
Cuando un clase subía al escenario, crecía alarmantemente el nivel de babas por el sector paterno que tocara. Yo incluída. De repente, todos los peques se habían convertido en glamurosas estrellas de las tablas y los flases saltaban como locos.
No sentía las piernas, pero no hay dolor cuando estamos hablando de un recuerdo que perdurará a lo largo de los siglos... O hasta que el disco duro diga adiós. De repente, dio la sensación de que me crecía un tercer brazo: con uno grababa con el móvil, con otro disparaba fotos a diestros y siniestro con la cámara y con el que me había salido nuevo saludaba a mi hijo, que no se enteraba ni del No Do y seguía charlando con su amiguete tan pancho, ajeno a las contorsiones maternas.
¡Anda que no estaban guapos todos, con sus pajaritas, y más repeinados que en un día de boda! ¡Y las niñas, presumiendo de clavel y faldita de vuelo! ¡Y el más guapo de todos el mío! (Bueno, esta última afirmación puede estar un poco influida por el desmedido amor materno que le profeso, pero sólo un poquito de nada). Nunca me ha sonado tan bien la canción de La Tarara, y eso que cada uno seguía el ritmo que quería, que para eso son almas libres. ¡Y qué me decís de la poesía lorquiana que recitaron! Si alguien me puede decir algo, que me lo diga, porque aún no he descifrado cual era. Todo se perdonaba con la interpretación estelar de los chiquitines: moviendo la cintura, los brazos arriba y abajo, trotando cual potrillos... Y con las espectaculares genuflexiones finales a modo de despedida. Colosal. El gimnasio se venía abajo con las ovaciones del público.
Cuando todo acabó, casi no logro levantarme del suelo con las piernas entumecidas y la espalda quebrada. Pero llevaba un tesoro en imágenes. O eso creía. porque cuando llegué a casa. ¡Me encontré con lo de siempre! Fotos desenfocadas, vídeos temblorosos, cabezas inoportunas. ¡Sight! ¡Que sufrida es la vida de la madre paparazzi!
Que guapo esta y cada dia mas
ResponderEliminarMuchas gracias!!! Niñaaa, hay que quedar. mira que días. Al parque ahora mismo con los churimbeleeees. Para cuando una merienda o lo que sea?
EliminarQue guapo esta y cada dia mas
ResponderEliminarPero qué guapo!!!! eso sí todas hemos pasado por eso hasta el fatídico día en que tu hijo no te avise siquiera de que hacen función escolar y te enteres por otros medios, porque de lo que está claro es de que una madre siempre se entera ajjajajajajajajaa
ResponderEliminarBesines para el gran actor y la intrépida paparazzi
Jajaja. Es verdad. Acabamos enterándonos de todo por una medio u otro.
EliminarMuchas gracias :D
Vaya...siento q vuelvas a estar parada :-( en fin, ese tiempo q disfrutan tus peques de mamá. Lo de la cámara, las babas, el acabar sin sentir las piernas ... me suena taaaaaaaaanto, y lo de los horarios "conciliadores" también...yo el día de la "graducación" de mi niño también me lo tuve q pedir de vacaciones.
ResponderEliminarAh! por supuesto el tuyo es el más guapo...
Muchas gracias!! Babas babas... Es que es mucho el amor de madre ;)
EliminarDesde luego, cuando te conviertes en madre te enfrentas a cada situación!!! Si nos lo hubieran contado antes no lo creemos :S
Y la poca comprensión de la sociedad a nuestra labor educadora al no apoyar la conciliación es sangrante. Tienes que pedirte vacaciones para verlos actuar y luego buscarte abuelos o lo que sea para las vacaciones escolares. Ánimo, nosotras podemos aunque no lo pongan fácil.
Jajajaja. Está requeteguapo!!! A mí me encantaba de pequeña participar en las actuaciones y que mi madre viniera a verme. Aunque fotos ni tengo porque mi madre nunca tuvo espíritu de paparazzi. Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarConociéndote como te conozco, virtualmente, estoy segura de que brillabas sobre el escenario. Lo de las fotos se puede arreglar. Has pensado en hacer una escena teatral con forlan?? Seguro que te suben las visitas. Tu actuación con le palo fue magistral y seguro que Forlan da mucho más juego jejeje. Lo malo es que te robe el protagonismo ;)
Eliminarya sabes, a la proxima ¡¡¡ a hacer el mono en las barras!!! jijiji
ResponderEliminaresta guapisimo Daniel, todo un caballerete!!!
besotes.
Sí, me temo que eso me va a tocar. Esta vez tuve mucha suerte jajaja
EliminarMuchas gracias!!
Ay, nena, que no me da tiempo de leer todo lo que escribes y no me había enterado que estabas parada!
ResponderEliminarBueno, lo positivo es que pudiste disfrutar de ese día...y no me extraña para nada lo de las babas, jejejeje...
Besotes!
Jajaja es que escribo ¡demasiado! Es lo malo de ser tan madre babeante que hasta la tontería más tonta de los peques me parece superrequeteinteresante y susceptible de ser contado.
EliminarOtra vez en el paro, pero muy motivada para buscar otro :D
Y, como bien dices, con la oportunidad de no perderme nada de los niños jejeje