sábado, 29 de octubre de 2011

Misión : ¡Fuera pañal!

Las "seños" de la guardería me informaron el otro día de que mi peque se empeña en sentarse en el orinal como el resto de sus compañeros, así que no ven posible esperar a que acabe el periodo de adaptación al hermano antes de comenzar con tan difícil tarea. Me han mirado con pena y me han dicho que con los dos me va a resultar casi una misión imposible. "Anda, anda que exageradas" pensé. Pues nó. No exageraban ni un poco.

Se supone que tengo que sentar al pequeñajo cada hora u hora y media en el orinal. ¿Cómo voy a hacer eso si tardo entre una hora y hora y media en dar de comer y cambiar el pañal a Iván? Sin contar con las veces que no le saco bien los gases al pobre y llora desconsolado. Entonces no hay manera de desgasarlo por muchas vueltas que le dé al chiquillo, ni por muchas palmaditas en los riñones que le propine al pobre.

Pero eso no es lo peor. Daniel estará encantado de sentarse en el orinal en clase, pero en casa no quiere ni verlo. Eso se junta a que tampoco quiere que le cambie el pañal. Ya le he explicado que es orinal o pañal, pero es demasiado epqueño para entenderlo. Las profes me recomendaron que le comprara el orinal porque nosotros habíamos optado por el adaptador, pero como es mejor imitar el método de clase me fui al Alacampo y compré el más barato.

El caso es que a su padre le da alguna oportunidad. A veces lo veo sentado tan contento. Cantando a dúo con su progenitor la canción del pis (mi marido se la inventa y cada vez es diferente). Incluso a veces tiene éxito y le hacemos una fiesta. Pero cuando me toca a mí. Todo cambia. "Pis nooooooo" lloriquea Daniel, "Venga, que te canto la  canción del pis" le animo, "pis nooooo", empieza a subir los decibelios, "Anda cariño, si quieres te cuento un cuento...", "noooooooooooo", berrea. Yo empiezo a cantar la canción del pis (también me la invento), pero lo único que consigo es que se ponga más histérico. Al final lo doy por imposible porque no quiero que le coja rabia.

Ayer tuve al chiquillo todo el día en casa porque le vi un poco pachucho y estando yo de baja decidí que podía permitirme el lujo de que se quedara en casa. No logré llevarle al baño ni una vez. Por la tarde llegó mi marido a casa y le dijo alegremente "¿Vamo a hacer pis?", "nooooooo" Contestó categoricamente Daniel. "Lleva todo el día así. No creo que lo consigas" añadí yo, pero subestimaba la paciencia de Raúl. Al rato los oí a los dos "Pis, pis, pis, vamos a hacer pis". El niño estaba sentadito en el orinal siguiendo el ritmo con las manos. ¡¡¡Pero!!! ¡¡¡Pero!!! ¡¡¿Cómo lo hace?!!

3 comentarios:

  1. jajaja creo que lo de hacer pis en el orinal va a ser cosa de papá durante un tiempo. quizás pueda funcionar que estéis los dos juntos con él cuando esté orinando, o que papá se marche un momento a atender al peque y entres tú y le sigas cantando la canción. lo que me extraña es que no se haya hecho pis encima todavía... si no se lo hace mucho mejor!!! es que yo estoy tan acostumbrado a cambiar ropitas cuando se lo hacen en la guarde... pero cada vez controlan más y mejor. poquito a poco!!

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  2. al mio segundo se lo quite en mayo el cumplio los dos en abril y como en julio iba a nacer l hermanito lo vi el momento ideal,la verdad que los primeros dias fatal pero despues le pillo el truco y a dia d hoy con 30 meses ya no lleva ni pañal de dia ni el de la noche,si tu crees que no esta preparado no lo fuerzes que todo llega

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  3. Jesús, me temo que ya no quiere ni con el padre. Si le cantamos la canción del pis a dúo y todo, pero nada, es un cabzón. No se moja la ropa porque todavía va con pañal. Nos han dicho en la guardería que al principio le quitemos el pàñal sólo cuando le sentemos en el orinal. Dentro de poco empezaré a encontrarme charcos por toda la casa :S

    Marta, ¡Que suerte que no tuviste mucho problema con el peque! Yo no fuerzo a Daniel, pero le insisto mucho y le prometo el oro y el moro si se sienta un ratito en el orinal. Ni con esas...

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