Hablando con una de las monitoras del campamento de Daniel sobre los golpes y chichones de los pequeños, me soltó algo que me descolocó: "A estos niños no se les puede dar palos para jugar". "Hay que tener cuidado", le contesté yo, "pero que jueguen con palos fomenta su imaginación". Y ahí fue cuando lo remató. "Son niños de ciudad", aseguró muy seria, "Cuando vamos a las excursiones nos faltan manos para sujetarlos y que no se caigan mil veces en el camino". Le pregunté a qué se refería con 'niños de ciudad' y confirmó mis sospechas: Niños a una consola pegados.
Lo negué enérgicamente. "Los padres de hoy en día se preocupan por la crianza de sus hijos" afirmé categorica. Me miró con cara de '¿en qué mundo vives?' y me echó un par de jarros de agua sobre mis bonitas ideas.
Una madre con la que había quedado para tomar café y que acababa de incorporarse a la conversación se puso del lado de la monitora. "Mi hijo mayor aún no tiene cinco años y no piensa en otro cosa que en el videojuego de turno. Nosotros no lo fomentamos, pero todos sus amiguitos del cole lo tienen y juegan con él. No comprárselo era condenarle a la discriminación. El que no juega no es guay" explicó con tristeza.
Me fui a su casa rumiando toda esa información. Una vez allí el hijo mayor no paró de pedir a su madre que le pusieran la consola. "Para enseñársela a Daniel" aseguraba zalamero. Al final la madre cedió y no había quien le quitara los mandos al pequeño. Por fin cedió su tesoro a la fuerza, con lloros y un enfado descomunal. Daniel se vició enseguida y sólo salió de la casa con la promesa de que papi le pusiera un juego de guerras en la tele de casa. Miedo me dio el asunto. Hasta lo pelos de la nuca se me erizaron.
Daniel estuvo un semana larga pidiendo el juego todos los días. Le dejaba jugar en compañía de su padre y sólo lo que tardaba yo en hacer la cena y servirla. Cuando le tocaba a Raúl hacer la cena no tocaba jugar a la consola. El peque torcía el morro, pero acababa conformándose con la tele a secas. Ahora parece que se le ha pasado un poco el vicio.
No estoy de acuerdo...nuestro peque ya tiene 6 años, este curso irá a primaria y no tenemos consola, ninguna...ni la Wii, ni la DS...alguna vez ha jugado con su padre en el ordendor o en el móvil, pero pocas veces y desde luego le gusta mucho más ir a la piscina o al parque con la bici o el patinete.
ResponderEliminarTodo depende de lo q los padres fomentemos con los hijos...pero claro, es más cómodo "enchufarle" a la consola q salir con ellos al parque a jugar.
¡¡Me alegro mucho!! Espero que con Daniel pase lo mismo. Anoche sin ir más lejos, le pidió al padre que le pusiera el juego de la Wii. Raúl le dijo que cuando acabara de cenar se lo ponía un ratito. Cuando llegó el momento el peque había cambiado de idea y prefería jugar al escondite :D
EliminarRaro es el niño que teniéndolo a mano no se vicia si los padres no controlan la situación, por desgracia para muchos padres es una buena forma de que los dejen tranquilos un buen rato. Bssss
ResponderEliminarEs muy difícil lidiar con esa situación. Menos mal que en casa no somos muy jugones aunque tengamos la Wii desde hace un montón de años. Al principio si le cogimos el gustillo, pero la vida y sus obligaciones no nos dejan mucho tiempo de ocio y el que nos deja lo aprovechamos en otras cosas, así que Daniel no tiene el ejemplo de videojuegoadicto en casa ¡Menos mal!
EliminarEn casa, los mayores de Mr. X han pasado épocas muy viciados a según qué juegos, pero no en exclusiva, también hacen otras muchas cosas. Y yo no puedo hablar, porque de pequeña no había quién me apartase de mi Game Boy, jajajaja!
ResponderEliminarDesde mi punto de vista todo ha de ofrecerse en su justa medida. :)
Besotes!
Estoy deacuerdo. Jugar a los videojuego no es malo. INcluso los hay muy educativo. Lo que es malo es pegarse horas y horas enganchado.
EliminarPor desgracia eso es lo que he visto en muchas familias y lo que sigo viendo. Creo que a muchos padres se les va de las manos. Esos juegos no son prudentes cuando se convierten en un vicio para el niño pero si pusieramos un poco el limite dandoles mas opciones de juegos esto no ocurriria. La gran mayoria de las cosas las podemos evitar nosotros como padres, con paciencia. Pero tampoco quiero hablar mucho, no vaya a ser k me pase luego a mi y me coma mis propias palabras!! Jejeje! Un beso
ResponderEliminarES que es muy difícil encontrar la medida exacta de las cosas. Yo diría que imposible. Encima hay factores que no puedes controlar como madre. Ahora, más o menos sí, pero cuando sea mayor lo que haga en el cole o con sus amigos no será tan fácil de controlar. Si yo no le dejo jugar, llegará el momento en el que se vaya todas las tardes a casa de su amigo fulanito y juegue ahí.
EliminarTu eres una madre estupenda y estoy segura de que no te vas a tener que comer tus palabras, aunque sí que es verdad que hay madres estupendas a las que se les ha ido de la mano, pero tu no serás una de ellas :D
Es que esos juegos vician mucho... Hay que tener mucho cuidado con la cantidad de horas que juegan y, sobre todo, que los juegos sean adecuados a su edad. Un besote!!!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. El problema es que los peques cada vez empiezan antes a hacer las cosas. Por ejemplo. Cuando yo tenía tres años no había hecho ni de lejos todas las cosas que hace Daniel. A veces somos los mismos padres los que no nos damos cuenta de la edad de nuestros hijos.
Eliminaryo creo que es dificil comparar a los ninos de antes, o a la educacion de antes, cuando los crios tienen tanta estimulacion electronica, no me malinterpreten, pero yo creo que es lo mismo que el nino juegue un juego electronico de Barney que juegue wii...el enganche es el mismo, ademas los papas andamos con el Iphone pegado al dedo...
ResponderEliminarEn casa, no hay vicios en ese aspecto, la rubia tiene pasion por ver peliculas en la tablet...
besos
Cierto. Los primero enganchados somos los padres y ellos nos copian. Me alegro de que en tu casa no haya visio electrónico :D
EliminarYo no quisiera que se viciase, asi que intentaremos llevarlo mucho a hacer deporte y al campo, ya te contaré, de momento tiene 3 años y ni siquiera ve casi dibujos.
ResponderEliminarBesos
Me parece excelente. Ojalá en mi caso pudiera hacer como tú, pero hay veces que no me queda más remedio que engancharlos a la tele un rato si quiero tener la loza limpia o poner una lavadora :S
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