Un día que estábamos bastante aburridos se me ocurrió una idea que me pareció genial. Cogí una tanda de pañales del bebé, unos fluorescentes y senté a los pequeños para que liberaran su vena artística. Y ya que tenía que ponerme con ellos a vigilar que no me la liaran me metí de lleno en la actividad con gran entusiasmo. Mientras yo dibujaba patos, soles, gatitos, lunas, estrellas... Mis hijos hacían garabatos con gran estilo. Estaban encantados.
Cuando terminamos le cambié el pañal por uno que había dibujado su hermano porque si no a Daniel le daba algo. El bebé fue corriendo por toda la casa enseñando su exclusivo pañal a todo el mundo. Se lo señalaba encantado y movía el culito con mucha gracia. Era desternillante.
La idea al final no fue tan genial porque los fluorescentes desteñían con el sudor y acababan manchando la piel del bebé. Pero a Iván le encantaban sus pañales customizados y se los puse todos para que los luciera a gusto.
Jajajaja, ¿vamos a medias? pues ála, tú me customizas los pañales y yo los cuelgo dónde los dulces... jejejeje, que chulos!!!!
ResponderEliminarBesotes.
¡¡Estupendo!! Aunque al lado de esas preciosidades que haces mis pañales no tiene nada que hacer :D
EliminarQué gracia!! Me encanta.
ResponderEliminarSe lo pasaron genial!!
EliminarJajaja. Vaya ideas se te ocurren... Besotes!!!
ResponderEliminarLos niños aburridos son muy peligrosos. Hay que agudizar el ingenio :D
EliminarSi tus hijos no salen artistas no será porque tú no hayas intentado exprimir esa faceta jajaja
ResponderEliminarSaludos
Yo puedo poner todo de mi parte, pero ellos luego hacen lo que quieren :D
EliminarEs la eternas frustración paterna y materna jajaja
vaya telaaaaaaa si es que lo que no se te ocurra para entretenerlos!!!
ResponderEliminarImaginación al poder!! Jajaja
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