Ha caído en mis manos un libro de esos que me encantan: ciencia ficción en un futuro decadente. Su título es Kepler62: La cuenta atrás, y es la segunda parte de Kepler62: El juego. Afortunadamente se pueden leer de forma independiente porque no tenemos el primero... aún.
Nos encontramos con un planeta tierra moribundo por culpa de los abusos de la humanidad. Los mandatarios no pierden la esperanza y lo apuestan todo a un planeta del sistema Kepler62 suyas condiciones hacen que se considere apto para vida, Kepler62f. Atentos porque este sistema solar existe de verdad. Me encanta cuando una novela parte de un hecho real. Porque lo que está claro es que la contaminación aumenta exponencialmente cada día que pasa y que los científicos han mandado al telescopio Kepler a descubrir exoplanetas similares al nuestro al espacio.
Ahora viene la historia que surge a partir de esta realidad. En un futuro decadente, Mary, una niña que puede tenerlo todo menos amor, gasta cantidades ingentes de recursos y dinero para averiguar el misterio que se esconde tras el famoso juego Kepler62. Está desesperada por cambiar una vida que sólo le lleva a un círculo de negrura y soledad, pero no se espera lo que se encuentra detrás de la puerta de oportunidades que se le abre tras descubrir lo que tanto anhela (y que no le cuesta nada, porque el libro se centra en sus aventuras posteriores).
Esta niña de 14 años, hija de un acaudalado traficante de armas pasa a formar parte de la tripulación de jóvenes que se embarcará en una misión increíble: la colonización de uno de los planetas que conforman el sistema Kepler62. Pero a Mary hay muchos detalles que no le cuadran. Ella sólo es buena creando armas efectivas y letales. ¿Qué papel le han reservado en este viaje de investigación y repoblación?
No tardará mucho en descubrirlo aún a riesgo de perderlo todo.
El libro nos sumerge en una atmósfera opresiva en la que casi podemos intuir los hilos que mueven a Mary en sus intentos por liberarse de una ataduras presentes: un padre indiferente a todo lo que no sea su negocio, un primer amor que odia todo lo que ella representa y un círculo cercano sin amigos ni familia. Todo eso la empuja a aceptar viajar a lo desconocido y la reclusión en el Área 51, un clásico de este tipo de literatura.
Allí conocerá, entre otros personajes, a los protagonistas del primer libro, aunque no se les da un papel muy destacado. Aquí la protagonista absoluta es Mary, su miedo y sus inquietudes.
Las ilustraciones que acompañan al texto se adaptan perfectamente a lo que nos transmite la historia y alimentan la atmósfera oscura y depresiva que vive la protagonista y de la que intenta escapar desesperadamente. Los trazos ocres, negros, blancos y grises se entrelazan con toques de color con predominancia de rojo y amarillo, en una acertada combinación que no deja indiferente.
A los niños les ha enganchado la historia, pero se les ha hecho un poco cuesta arriba el lenguaje utilizado. Evidentemente, para ellos la historia se presenta mucho más sencillas que las conclusiones a las que me llevan mis elucubraciones y me di cuenta de que, a medida que nos acercábamos al emocionante final, se les iba olvidando los detalles del principio, que a mí me parecieron imprescindibles para conocer a nuestra protagonista. Cuando acabamos la última página clamaban por conocer la continuación y ya no se acordaban del amor no correspondido de Mary ni de su "amigo" de pago.
Al final se abren muchos más interrogantes de los que se cierran y te sientes ansiosa por seguir la aventura en el siguiente tomo. Espero que no tarden mucho en publicarlo.
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